Para potenciar sus capacidades de combate aéreo, Bélgica ha obtenido la aprobación del Departamento de Estado de Estados Unidos para integrar la bomba de diámetro pequeño Increment II (SDB II) en su flota de F-35. Este acuerdo de defensa, valorado en 115 millones de dólares (105,8 millones de euros), busca fortalecer el poder de disuasión del país europeo.
Según el informe “Belgium Defense Market 2023-2028” de GlobalData, la Fuerza Aérea belga está en proceso de adquirir cazas F-35A, los cuales se espera lleguen en 2025. Estas aeronaves mejorarán significativamente las capacidades actuales de la defensa aérea de Bélgica. La incorporación de las SDB II, que pueden ser lanzadas desde estos cazas furtivos de quinta generación, permitirá a Bélgica ejecutar ataques con mayor precisión.
El acuerdo no solo contempla la adquisición de las bombas, sino también un conjunto de elementos de apoyo como entrenamiento, mantenimiento y soporte logístico, asegurando así que las fuerzas belgas estén completamente preparadas para utilizar este armamento de manera efectiva.
Además, Bélgica ha avanzado en su transición hacia nuevas capacidades aéreas mediante un programa de formación de instructores de simuladores de F-35 en Estados Unidos. Este programa capacita a los instructores para dominar los simuladores del F-35, preparando el camino para la integración de 34 F-35 en el componente aéreo de Bélgica. Los instructores formados en EE. UU. regresarán a Bélgica para entrenar a futuros pilotos en la base aérea de Florennes.
En paralelo, en junio de 2023, el Departamento de Estado de EE. UU. también aprobó una posible venta de 293 millones de dólares de bombas SDB II a Noruega, otro aliado de la OTAN.