El sistema de misiles Buk-MB2K, integrado con el misil 9M318, debutó en MILEX 2025, lo que marca un hito en la defensa antiaérea bielorrusa.
Buk-MB2K fortalece la defensa antiaérea bielorrusa en MILEX 2025
En la exposición internacional de defensa MILEX 2025, celebrada en Minsk del 21 al 24 de mayo, la empresa bielorrusa OKB TSP presentó el sistema de misiles tierra-aire Buk-MB2K, equipado con el misil guiado 9M318. Esta fue la primera exhibición pública del sistema completo tras su aparición como prototipo en la exposición ADEX 2022 en Azerbaiyán y las pruebas con fuego real realizadas en diciembre de 2024 cerca de la frontera con Ucrania. El Buk-MB2K entró formalmente en servicio con las Fuerzas Armadas de Bielorrusia, consolidando los esfuerzos del país para alcanzar autosuficiencia en defensa antiaérea. La exposición contó con 150 empresas de seis países, mostrando más de 750 equipos militares, incluyendo 200 nuevos productos.
El Buk-MB2K es un sistema móvil de defensa antiaérea de mediano alcance diseñado para interceptar aviones, helicópteros, drones, misiles de crucero, misiles balísticos tácticos, misiles antibuque y municiones guiadas. También puede atacar objetivos terrestres y de contraste de radio. Montado en una plataforma sobre ruedas con un motor diésel de 500 caballos, alcanza 60 km/h y un rango operativo de 700 km. Su radar de arreglo en fase detecta cazas a 130 km y los rastrea a 110 km a 3.000 metros de altitud. Helicópteros a 30 metros se detectan a 8 km. El sistema optoelectrónico identifica objetivos a 40 km sin emisiones, ideal contra contramedidas electrónicas.
La envolvente de combate del Buk-MB2K cubre de 3 a 70 km de alcance y de 15 a 25.000 metros de altitud, enfrentando amenazas convencionales y de baja observación. Los puestos de mando y lanzamiento se conectan por cable, radio hasta 10 km o fibra óptica hasta 120 km. Cada lanzador lleva cuatro misiles 9M318 y alcanza preparación en cinco minutos, minimizando vulnerabilidad. Compatible con variantes anteriores de Buk, incorpora software modernizado y subsistemas digitales para integrarse en redes de defensa antiaérea. Desarrollado íntegramente en Bielorrusia, incluye radares y sistemas de seguimiento nacionales, ofreciendo una opción de actualización para operadores de Buk soviéticos.
El misil 9M318, diseñado para los sistemas Buk-MB2 y Buk-MB3, pesa 815 kg y enfrenta aviones, helicópteros, misiles balísticos, misiles de crucero y objetivos terrestres. Su buscador de radar activo permite rastreo autónomo en la fase terminal, liberando el radar para otras amenazas tras el disparo. Soporta maniobras de 25 g, intercepta objetivos a 1.350 m/s y cubre de 3 a 70 km y 15 a 25.000 metros. Su vuelo incluye impulso inicial, guía a mitad de curso y guiado terminal. El fuselaje, buscador y software son bielorrusos, mientras que el motor de combustible sólido y subsistemas provienen de China.
Avances clave en el Buk-MB2K y 9M318 presentados en MILEX 2025
- Primera exhibición completa: El Buk-MB2K con misil 9M318 se presentó operativo tras pruebas en diciembre de 2024.
- Capacidades multiobjetivo: Intercepta aviones, drones, misiles y objetivos terrestres en entornos de alta interferencia.
- Radar avanzado: Detecta cazas a 130 km y helicópteros a 8 km, con seguimiento optoelectrónico pasivo a 40 km.
- Producción nacional: Bielorrusia desarrolla el fuselaje, buscador y software del 9M318, con componentes chinos.
- Interoperabilidad: Compatible con sistemas Buk soviéticos, facilita actualizaciones para otros operadores.
Expansión de la producción de misiles en Bielorrusia
La producción de misiles en Bielorrusia ha crecido en la última década para reducir la dependencia de inventarios soviéticos y proveedores externos. Actualmente, fabrica el 9M318 para los sistemas Buk-MB2 y MB3, y cohetes para el sistema Polonez, aunque su producción en serie no está confirmada. Bielorrusia participa en asociaciones industriales, posiblemente fabricando componentes para los sistemas rusos Iskander o S-300/S-400, pero sin detalles confirmados. Se estima que para 2027 o 2028, la capacidad de producción podría alcanzar 300.000 misiles anuales de diversos tipos.
El desarrollo del 9M318 comenzó en la década de 2010 tras la interrupción de entregas rusas del misil 9M38. Este misil fortalece la autonomía bielorrusa en defensa antiaérea, integrándose en sistemas modernizados como el Buk-MB2K. Las pruebas de diciembre de 2024, realizadas en el pantano de Olmanskoye, demostraron su capacidad para alcanzar objetivos a 70 km, generando alertas aéreas en el norte de Ucrania. Estas pruebas confirmaron la operatividad del misil contra drones, misiles tácticos y helicópteros.
Bielorrusia mantiene cooperación con China en la producción de componentes, como el motor del 9M318, siguiendo un modelo de desarrollo industrial similar al chino de décadas pasadas. Esto busca internalizar fases clave de fabricación, para fortalecer la soberanía industrial. Sin embargo, la dependencia de subsistemas chinos indica que la autosuficiencia total aún no se ha alcanzado. La estrategia combina desarrollo nacional con asociaciones estratégicas para garantizar continuidad en la producción.
El Buk-MB2K se posiciona como una solución competitiva para países con sistemas Buk obsoletos, ofreciendo tecnología moderna a menor costo que alternativas rusas como el S-400. Su diseño modular y software actualizado facilitan la integración en defensas antiaéreas existentes, ampliando su atractivo en mercados internacionales. La exhibición en MILEX 2025 destacó su potencial exportador, con delegaciones de 30 países presentes.
Cooperación militar con Rusia y despliegue de sistemas avanzados
Bielorrusia alberga sistemas rusos S-400 y lanzadores Iskander en su territorio, y se prepara para recibir misiles balísticos Oreshnik en la segunda mitad de 2025. Los dos países han realizado ejercicios conjuntos con sistemas Tochka-U cerca de la frontera ucraniana. Además, Bielorrusia permite el despliegue de armas nucleares tácticas rusas, para reforzar la integración militar. Estos acuerdos complementan el desarrollo del Buk-MB2K, asegurando capacidades estratégicas avanzadas.
La cooperación con Rusia incluye formación, logística e integración de sistemas. Mientras Bielorrusia avanza en la producción del 9M318 y Buk-MB2K, depende de Rusia para sistemas estratégicos y vigilancia del espacio aéreo. Esta relación asimétrica permite a Bielorrusia fortalecer su flanco oriental frente a la OTAN, mientras Rusia gana profundidad logística. Los ejercicios conjuntos, como los de febrero de 2022 con misiles Tochka-U, han demostrado interoperabilidad en escenarios de combate real.
El despliegue de los misiles Oreshnik en Bielorrusia, anunciado para 2025, incluirá launchers fabricados localmente. Hasta 30 sitios han sido evaluados para su instalación, acercando estos sistemas a objetivos occidentales. Rusia suministrará los misiles sin costo, y consolida la alianza militar. Este desarrollo no reemplaza al Buk-MB2K, sino que complementa las capacidades bielorrusas en defensa antiaérea y disuasión estratégica.
La estrategia bielorrusa combina el desarrollo de sistemas propios, como el Buk-MB2K, con la integración de tecnologías rusas avanzadas. Esto garantiza continuidad en capacidades críticas, incluso si las restricciones políticas limitan el acceso a sistemas rusos. La exhibición en MILEX 2025 subrayó este enfoque, presentando a Bielorrusia como un actor emergente en la industria de defensa con ambiciones globales.