El B-52 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha demostrado una adaptabilidad excepcional desde su vuelo inaugural en 1952.
Versatilidad y adaptabilidad del B-52 en conflictos convencionales
El Boeing B-52 Stratofortress se ha mantenido relevante durante décadas gracias a su capacidad para adaptarse a diversas misiones. Originalmente diseñado para misiones nucleares estratégicas, el B-52 ha evolucionado para desempeñar un papel crucial en conflictos convencionales. Equipado con cápsulas de selección de objetivos avanzadas, puede realizar ataques estratégicos, apoyo aéreo cercano, interdicción aérea y operaciones ofensivas contra el aire y marítimas. Estas cápsulas mejoran significativamente la efectividad del B-52 en combate, permitiendo ataques precisos incluso en condiciones climáticas adversas.
El B-52 puede desplegar una amplia gama de armamento, incluyendo bombas guiadas por láser, bombas convencionales y armas guiadas por GPS. También puede lanzar bombas de gravedad, bombas de racimo, misiles guiados de precisión y municiones de ataque directo conjunto (JDAM). Un ejemplo destacado de su capacidad es su participación en la Operación Libertad Iraquí, donde lanzó aproximadamente 100 misiles de crucero convencionales lanzados desde el aire (CALCM) durante una misión nocturna en marzo de 2003.
El uso de bombas de gravedad convencionales, aunque menos precisas que las bombas inteligentes, ha demostrado ser devastador tanto física como psicológicamente. Con una carga útil de hasta 70,000 libras, el B-52 ha jugado un papel crucial en varias operaciones militares, destacando su capacidad para impactar decisivamente en el campo de batalla.
Las misiones más decisivas del B-52 en la historia militar
A lo largo de su historia, el B-52 ha sido fundamental en varias misiones críticas. En la Operación Arc Light (1965-1973), sus bombardeos devastadores contra las formaciones del Viet Cong y el Ejército de Vietnam del Norte tuvieron un impacto significativo durante la Guerra de Vietnam. Durante la Operación Linebacker II en diciembre de 1972, el “bombardeo de Navidad” sobre Hanoi obligó a los norvietnamitas a volver a la mesa de paz.
En la Operación Tormenta del Desierto de 1991, los incesantes bombardeos del B-52 contra las tropas de la Guardia Republicana de Irak tuvieron un efecto psicológico devastador, llevando a la rendición de unidades iraquíes sin que siquiera fueran bombardeadas. En la Operación Fuerza Aliada de 1999, un ataque con bombardeos de saturación provocó daños significativos a las tropas serbias, obligándolas a retirarse del campo de batalla.
Durante la Operación Libertad Duradera en Afganistán, el B-52 desempeñó un papel clave en el derrocamiento del gobierno talibán, infligiendo bajas masivas y representando un tercio del total de toneladas de bombas lanzadas en 2001. Estas misiones destacan la capacidad del B-52 para adaptarse y sobresalir en diversos teatros de operaciones.
La evolución de la misión nuclear del B-52 en la Fuerza Aérea de Estados Unidos
La misión original del B-52 se centraba en el despliegue de bombas nucleares de gravedad, pero las tecnologías modernas han dejado obsoleta esta forma de ataque. Actualmente, los B-52H están autorizados para llevar el misil de crucero lanzado desde el aire AGM-86B (ALCM), que será reemplazado por un nuevo misil furtivo bajo el programa Long Range Stand Off (LRSO).
Según la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS), el Comando Estratégico de Estados Unidos (STRATCOM) ha dejado de asignar bombas de gravedad nuclear a los B-52 desde al menos 2010. Hoy en día, solo los bombarderos furtivos B-2 están asignados con bombas de gravedad nuclear estratégicas según los planes de ataque nuclear.
El cambio se debe a que el B-52 ya no es considerado capaz de evadir las defensas aéreas modernas y lanzar bombas nucleares de gravedad sobre territorio enemigo. Sin embargo, dado el estado actual de las tensiones globales, el potencial del B-52 como dispositivo de lanzamiento nuclear no puede descartarse por completo.