Bollinger Shipyards asegura un contrato para construir buques autónomos antiminas, fortaleciendo la capacidad naval de EE. UU. en operaciones marítimas seguras.
Bollinger Shipyards avanza en tecnología naval autónoma
La empresa Bollinger Shipyards marcó un hito en abril de 2025 al entregar los primeros tres buques no tripulados de contramedidas contra minas (MCM USVs) a la Marina de Estados Unidos. Estas embarcaciones, construidas en las instalaciones de Lockport, Luisiana, representan los primeros buques autónomos de producción a gran escala bajo un programa oficial de la Marina, un paso clave hacia la modernización de las operaciones navales. Los MCM USVs están diseñados para realizar misiones de detección, barrido y neutralización de minas, reduciendo el riesgo para el personal humano en entornos marítimos hostiles.
El contrato, firmado en 2022, incluye la construcción de nueve buques, con opciones para hasta 18 adicionales. En febrero de 2025, la Marina otorgó a Bollinger un contrato de 7.7 millones de dólares para materiales avanzados, consolidando su rol en este programa. Ben Bordelon, presidente y CEO de Bollinger Shipyards, destacó que esta entrega demuestra la capacidad de la empresa para producir soluciones tecnológicas complejas que responden a las necesidades cambiantes de la Marina.
Los MCM USVs integran múltiples sistemas de entrega de carga útil (PDS), que incluyen capacidades de barrido y caza de minas, con la flexibilidad para incorporar tecnologías futuras de neutralización. Estos buques, equipados con sonar y cámaras, pueden detectar minas flotantes, cercanas a la superficie o ancladas al fondo marino. Su diseño autónomo permite operaciones desde buques o desde tierra, ampliando la versatilidad de la Marina en misiones de contramedidas.
Recientemente, posts en X informaron que Bollinger aseguró un contrato de 65 millones de dólares para continuar desarrollando estos buques no tripulados, consolidando su posición como un proveedor clave para la Marina. Este acuerdo refuerza la transición hacia sistemas autónomos que mejoran la seguridad y eficiencia en operaciones navales críticas.
Datos clave sobre los MCM USVs de Bollinger
- Capacidad autónoma: Realizan misiones de detección, barrido y neutralización de minas sin intervención humana directa.
- Contrato inicial: Firmado en 2022 para nueve buques, con opciones para 18 adicionales.
- Financiación reciente: 65 millones de dólares para avanzar en la producción de buques antiminas.
- Tecnología: Equipados con sonar y cámaras para identificar minas en diversos entornos marítimos.
- Producción: Construidos en Lockport, Luisiana, en las instalaciones de Bollinger Shipyards.
Inversión de la Marina en tecnología no tripulada
La entrega de los MCM USVs se alinea con la estrategia de la Marina de EE. UU. para integrar sistemas no tripulados en su flota. En abril de 2025, el Comité de Servicios Armados del Congreso aprobó un paquete de defensa de 150 mil millones de dólares, destinando 4.9 mil millones para buques no tripulados. Esto incluye 1.8 mil millones para el programa de buques de superficie no tripulados medianos (MUSV), 1.53 mil millones para vehículos de superficie pequeños y 1.3 mil millones para vehículos submarinos no tripulados. Esta inversión refleja la prioridad de la Marina en desarrollar capacidades autónomas para enfrentar amenazas marítimas modernas.
Los MCM USVs reemplazan gradualmente a los buques de contramedidas de minas de la clase Avenger (MCM-1), introducidos en la década de 1980, y a los helicópteros antiminas MH-53E Sea Dragon, que han operado durante décadas. Estas plataformas tradicionales, aunque efectivas, exponen a las tripulaciones a riesgos significativos. Los buques no tripulados, como los construidos por Bollinger, ofrecen una alternativa más segura y eficiente, permitiendo a la Marina mantener el control de regiones marítimas críticas y proteger las rutas comerciales globales.
El programa también se beneficia de colaboraciones con otras empresas. Por ejemplo, Textron Systems recibió un contrato en abril de 2025 para proporcionar actualizaciones de software y sistemas de carga útil, como el sistema de barrido magnético y acústico MAGNUSS, que mejora la capacidad de los MCM USVs para neutralizar minas. Esta integración de tecnologías avanzadas asegura que los buques permanezcan adaptables a futuros desafíos navales.
La Marina también está explorando otras plataformas no tripuladas, como el vehículo submarino no tripulado extragrande (XLUUV Orca) y el buque de superficie no tripulado grande (LUSV). Estos programas, junto con los MCM USVs, forman parte de una visión más amplia para crear una flota híbrida de buques tripulados y autónomos, optimizando la capacidad operativa en escenarios de alta intensidad.
Contexto estratégico de los buques no tripulados
La adopción de buques no tripulados responde a la necesidad de contrarrestar amenazas marítimas emergentes, particularmente en regiones como el Indo-Pacífico. La Marina de EE. UU. enfrenta desafíos crecientes debido a la modernización de flotas adversarias, como la de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China, que ha demostrado capacidades de largo alcance con despliegues recientes alrededor de Australia. Los MCM USVs, al operar de manera autónoma, permiten a la Marina mantener una presencia constante en áreas disputadas sin comprometer recursos humanos.
El concepto de “hellscape”, descrito por el almirante Samuel Paparo, jefe del Comando Indo-Pacífico de EE. UU., subraya el uso de enjambres de drones marítimos y aéreos para disuadir agresiones, como una posible invasión china a Taiwán. Los MCM USVs, junto con otros sistemas no tripulados, forman parte de esta estrategia, proporcionando capacidades de vigilancia, reconocimiento y contramedidas en entornos hostiles.
Además, la Marina está aprovechando ejercicios como el Integrated Battle Problem (IBP) 23.2, realizado en 2023, para probar la integración de plataformas no tripuladas en operaciones de flota. Estos ejercicios han demostrado que los buques autónomos pueden actuar como multiplicadores de fuerza, extendiendo el alcance y la efectividad de las fuerzas navales tradicionales.
La inversión en buques no tripulados también responde a lecciones aprendidas de conflictos recientes. En el mar Negro, drones marítimos ucranianos han mostrado la efectividad de sistemas autónomos contra objetivos navales, lo que ha acelerado el interés del Pentágono en desarrollar capacidades similares. Los MCM USVs de Bollinger están diseñados para operar en entornos similares, asegurando que la Marina mantenga una ventaja tecnológica en la guerra marítima moderna.
Rol de Bollinger en la modernización naval
Bollinger Shipyards no solo se limita a los MCM USVs. En abril de 2025, la Marina seleccionó su astillero en Lockport, Luisiana, para construir el primer casco del programa de buques de desembarco medianos (LSM), basado en el diseño del Israeli Logistics Support Vessel (ILSV). Este contrato, respaldado por el Acta de Autorización de Defensa Nacional de 2025, permitirá a la Marina adquirir una opción comercial no desarrollada, acelerando la producción de buques para apoyar a los regimientos litorales del Cuerpo de Marines.
La empresa también construye cortadores de respuesta rápida para la Guardia Costera de EE. UU., demostrando su versatilidad en la producción de embarcaciones militares y comerciales. Su experiencia en la integración de tecnologías avanzadas, como sistemas autónomos y cargas útiles modulares, ha posicionado a Bollinger como un socio estratégico para la Marina en su transición hacia una flota más automatizada.
El programa MCM USV destaca por su enfoque en la producción a gran escala de buques no tripulados, un cambio significativo respecto a los prototipos experimentales del pasado. La capacidad de Bollinger para entregar buques operativos en un corto plazo refuerza la confianza de la Marina en su infraestructura y mano de obra.
La colaboración entre Bollinger, la Marina y socios como Textron asegura que los MCM USVs no solo cumplan con los requisitos actuales, sino que también sean adaptables a futuras innovaciones. Este enfoque garantiza que la Marina de EE. UU. mantenga su liderazgo en la guerra naval, protegiendo intereses estratégicos en un entorno marítimo cada vez más complejo.