La comunidad de inteligencia estadounidense ha confirmado la existencia del JH-XX, un nuevo cazabombardero chino rodeado de misterio, que se anticipa será más veloz y posiblemente apto para operaciones en portaaviones. Este avión estaría destinado a complementar el H-20, ampliando las capacidades de ataque de China contra blancos regionales.
Este desarrollo subraya la estrategia de China de avanzar en su tecnología de sigilo y fortalecer sus capacidades militares de alcance extendido, lo cual tiene profundas repercusiones para la seguridad en la región Asia-Pacífico.
Impacto del JH-XX en el equilibrio de poder regional
El bombardero furtivo Xi’an H-20 ha sido objeto de intensa especulación, dado su potencial para alterar la hegemonía aérea de Estados Unidos, marcando a China como una superpotencia militar emergente. Su diseño de ala voladora lo ha puesto a la par en comparaciones con el B-21 Raider, que actualmente está siendo desarrollado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
A pesar de que los detalles sobre el H-20 son aún limitados, ha sido apodado “Tormenta” por los analistas, destacando el hecho de que tanto China como Estados Unidos son de las pocas naciones que cuentan con bombarderos estratégicos furtivos. La entrada del H-20 en servicio podría reconfigurar la dinámica estratégica en el Pacífico, resaltando la rivalidad entre estas dos grandes potencias.
No obstante, el H-20 no es el único proyecto avanzado en el arsenal de bombarderos furtivos de Beijing. El JH-XX también está en desarrollo y, aunque confirmado por la comunidad de inteligencia estadounidense, los detalles específicos sobre esta aeronave siguen siendo escasos. La simple confirmación de su desarrollo ha provocado alarma dentro del Pentágono, y se ha sugerido que podría tratarse de un cazabombardero capaz de ejecutar misiones de ataque a larga distancia e incluso de portar armamento nuclear.
La Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) de Estados Unidos advirtió en un informe de 2019 que “la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF) está desarrollando nuevos bombarderos furtivos de medio y largo alcance para alcanzar objetivos tanto regionales como globales”. Asimismo, resaltó que “la tecnología de sigilo sigue siendo un pilar fundamental en el desarrollo de estos nuevos vectores aéreos, que se espera estén operativos no antes del año 2025”.
Potencial estratégico del JH-XX en conflictos regionales
El Pentágono ha señalado que el JH-XX podría alcanzar velocidades significativamente superiores, lo cual sería crucial para operaciones contra adversarios regionales, especialmente en apoyo a las reivindicaciones territoriales de China en los mares de China Oriental y Meridional.
Además, se especula que el JH-XX podría ser operativo desde portaaviones, ampliando considerablemente su alcance y flexibilidad operativa. Los expertos sugieren que este cazabombardero podría sustituir al bombardero de mediano alcance H-6K, con un radio de acción que oscilaría entre 1.000 y 2.000 millas náuticas, situando incluso a la isla de Guam dentro de su rango operativo.
De manera más alarmante, se considera que este avanzado modelo tendría la capacidad de lanzar ataques sobre Taiwán desde bases ubicadas en la China continental, potenciando significativamente las capacidades de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF).
Aunque la información sobre el JH-XX es limitada, los analistas postulan que su diseño podría ser más similar al de los cazas Lockheed Martin F-22 Raptor o Lockheed Martin F-35 Lightning II, en lugar del bombardero Northrop Grumman B-21 Raider, aún en desarrollo. Esto implicaría un sacrificio en el alcance y capacidad de carga del H-20 a favor de una mayor velocidad y, posiblemente, un mejor desempeño en combate aéreo.
Influencia tecnológica y la especulación de espionaje
El JH-XX también podría compararse con el proyecto FB-22, una versión bombardera del caza F-22 Raptor. Aunque el F-22 por sí mismo no posee capacidades de bombardero de largo alcance, con un rango operativo de solo 600 millas, el FB-22 propuesto requería un fuselaje adaptado para transportar hasta 15,000 libras de armamento.
Existe una creencia generalizada de que piratas informáticos chinos han robado diseños tanto del F-22 como del F-35, lo que sugiere que Beijing podría estar desarrollando su tecnología a partir de diseños que inicialmente fueron concebidos por la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Esta posibilidad añade una dimensión intrigante a las capacidades futuras del JH-XX en el teatro de operaciones aéreo global.