El bombardero estratégico Tupolev Tu-95MS, conocido con el indicativo OTAN “Bear-H”, sigue ejerciendo presencia en la proximidad de Alaska, subrayando así la apuesta de Rusia por mantener y demostrar su potencial en operaciones de aviación de largo alcance.
En un reciente despliegue, dos de estos bombarderos, acompañados por cazas Su-30SM, efectuaron un sobrevuelo en las aguas internacionales del Mar de Bering, adyacentes a la costa occidental de Alaska. Este operativo, que se extendió por más de 11 horas, tuvo lugar dentro de la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Alaska (ADIZ).
Dicha actividad no es nueva, pues se remonta a 2007, año en que el presidente Vladimir Putin reinstauró esta práctica característica de la era soviética. Aunque estas misiones son rutinariamente monitorizadas por el NORAD, no representan una amenaza al realizarse en espacio aéreo internacional. El Tu-95MS, una versión modernizada del modelo original de la Guerra Fría, simboliza la proyección de fuerza rusa más allá de sus fronteras.
Presencia continuada del Tu-95MS ruso cerca de Alaska
Aunque pueda ser anecdótico, no hay certeza de que los pilotos rusos conozcan “North to Alaska”, la popular canción de Johnny North de 1960 que John Wayne inmortalizó en cine, pero este tema bien podría ser un leitmotiv para los tripulantes del Tu-95MS, cuyas operaciones cerca de Alaska se han intensificado. La misión más reciente se llevó a cabo esta semana y superó las 11 horas de duración.
“Dos bombarderos estratégicos de misiles Tu-95MS de la aviación de largo alcance de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia realizaron un vuelo programado en el espacio aéreo sobre las aguas neutrales del mar de Bering, cerca de la costa occidental de Alaska. El vuelo duró más de 11 horas. Las tripulaciones de los aviones Su-30SM de las Fuerzas Aeroespaciales proporcionaron apoyo a los cazas”, declaró el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado emitido a Tass.
“En ciertos segmentos de la ruta, los bombarderos estratégicos portadores de misiles fueron escoltados por cazas de naciones extranjeras”, añadió el Ministerio.
Un dúo de cazas Sukhoi Su-30SM, identificados por la OTAN como Flanker-H, escoltaron a los bombarderos durante su incursión dentro de la ADIZ de Alaska, con seguimiento por parte del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD).
“Las aeronaves rusas se mantuvieron en espacio aéreo internacional y no ingresaron al espacio aéreo soberano de Estados Unidos o Canadá. Esta actividad rusa en la ADIZ de Alaska es recurrente y no se percibe como amenazante”, confirmó NORAD.
Este patrón de vuelos cerca de la frontera rusa ha sido una constante preocupante. En 2007, el presidente Putin reanudó la práctica soviética de desplegar aviones bombarderos en patrullas más allá de las fronteras rusas.
Según TheAviationist.com, un F-16C Fighting Falcon de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, asignado al 18º FIS (Escuadrón de Cazas Interceptores) de la Base Aérea Eielson, Alaska, interceptó a los bombarderos rusos. Este hecho fue notable dado que la unidad fue previamente conocida como el 18º Escuadrón Agresor, y el Halcón de Combate portaba un esquema de camuflaje típico de agresor.
Tu-95MS: Vetusto bombardero de la Guerra Fría sigue operativo
El Tupolev Tu-95MS, descendiente modernizado del icónico bombardero de la era de la Guerra Fría que debutó en 1952, sigue siendo uno de los diseños aeronáuticos más longevos en servicio activo. Este veterano del aire sigue acumulando millas en su contador, a pesar de su antigüedad.
Distinguido por ser el único bombardero en activo propulsado por hélices, el Tu-95MS no destaca por su velocidad, pero su diseño original le permitía cubrir una distancia de 5,000 millas, suficiente para alcanzar objetivos en los Estados Unidos partiendo desde la URSS. Los modelos contemporáneos de este bombardero tienen un alcance ampliado a más de 9,300 millas (aproximadamente 15,000 km).
Esta configuración con hélices se eligió sobre la de motores a reacción, que en la década de 1950 consumían combustible excesivamente rápido, y la capacidad de reabastecimiento aéreo de la Fuerza Aérea Soviética era limitada. Así, el Tu-95 fue diseñado para vuelos prolongados a velocidad constante, y su versión más reciente mantiene este principio.
El Tu-95MS Bear-H, además, sigue siendo el único avión de combate que conserva una posición de artillero de cola equipada con dos cañones de 23 mm, proporcionando una defensa significativa contra interceptores. A pesar de las actualizaciones, este puesto sigue estando aislado del resto de la tripulación, sin incluir mejoras en comodidad o tecnología moderna, reflejando su herencia de la era de la Guerra Fría.
Tu-95 “Oso”: Legado soviético de fortaleza continua
La designación del Tupolev Tu-95 como “Oso” por la OTAN no está del todo explicada, pero este sobrenombre fue rápidamente asumido por la Fuerza Aérea Soviética. Este bombardero pesado se erigió como un ícono del orgullo soviético, promocionado como reflejo de la nación: robusto, diligente y de diseño sencillo, aunque los analistas occidentales podrían argumentar que describir a la Unión Soviética como diligente y a su diseño como simple podría ser más una cuestión de percepción que de realidad. Aunque no tan ostentoso como el B-52 Stratofortress estadounidense, el Tu-95 destacaba frecuentemente en exhibiciones aéreas europeas por su singularidad.
Es interesante destacar que los fuselajes del Tu-95MS son considerablemente más recientes que los de su contraparte, el B-52. Aunque los modelos originales del Bear se lanzaron hace más de 70 años, un intento soviético por modernizar estos aviones a principios de los años ochenta reveló que los fuselajes antiguos habían superado su vida útil prevista. Como resultado, se produjo una nueva serie de aeronaves, entre ellas el Tu-95M, una versión avanzada.
Estos aviones han sido sujetos de constantes actualizaciones hasta alcanzar la versión MS, que hoy en día es un componente crucial del arsenal aéreo de la tríada nuclear rusa, además de desempeñar funciones en el reconocimiento marítimo. Los fuselajes han sido adaptados para equipar misiles de crucero furtivos Kh-101/102.
A pesar de que los Tu-95 originales entraron en servicio hace siete décadas, su debut en combate no se produjo hasta 2015, durante la intervención militar rusa en Siria, donde un par de bombarderos Tu-95MS realizaron una serie de ataques aéreos de largo alcance. Actualmente, continúan su patrullaje regular cerca de las aguas de Alaska, subrayando su durabilidad y relevancia estratégica en el contexto global.