Dos aviones F-16 venezolanos sobrevolaron el destructor USS Jason Dunham en aguas internacionales del Caribe. Esta acción se calificó de provocadora porque interfirió en operaciones antinarcóticos. Estados Unidos advirtió a Venezuela.
Incidente del sobrevuelo de aviones F-16 venezolanos sobre un buque estadounidense
El Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó que dos aviones de caza F-16 de la Aviación Militar Bolivariana de Venezuela realizaron un sobrevuelo sobre el destructor USS Jason Dunham en aguas internacionales del mar Caribe el 4 de septiembre de 2025. Esta acción se calificó de altamente provocadora porque interfirió en operaciones contra el narcotráfico. El buque participa en misiones de vigilancia antidrogas en la región.
El incidente ocurrió a baja altitud, lo que llevó al Pentágono a advertir al gobierno venezolano para que evite aproximaciones similares en el futuro. Este sobrevuelo se produjo por segunda vez en dos días, según informes del Departamento de Defensa. Los aviones venezolanos se aproximaron al buque en una maniobra que puso en riesgo la seguridad de la tripulación estadounidense.
En respuesta, el presidente Donald Trump declaró que las fuerzas armadas de su país derribarán cualquier aeronave venezolana que represente una amenaza directa. Él describió el episodio como una interferencia con las actividades navales en el Caribe. El gobierno venezolano no emitió un comunicado oficial inmediato, aunque fuentes militares locales indicaron que los F-16 operan desde la Base Aérea El Libertador, ubicada en el estado Aragua.
Fuentes del Pentágono indicaron que el buque se encontraba a 30 millas náuticas de la costa venezolana cuando ocurrieron los sobrevuelos. Esta zona se designa como aguas internacionales por tratados marítimos. No se reportaron contactos directos entre las tripulaciones durante los sobrevuelos.
Características técnicas clave de los aviones F-16 venezolanos
- Adquiridos en la década de 1980 mediante un contrato con General Dynamics, ahora Lockheed Martin, con 18 unidades monoplaza F-16A y seis biplaza F-16B entregadas entre 1983 y 1985.
- Alcanzan una velocidad máxima de 2.120 kilómetros por hora, operan a una altitud de hasta 15.000 metros, con un radio de acción de combate que supera los 500 kilómetros en misiones de superioridad aérea.
- Impulsados por un motor turbofán Pratt & Whitney F100-PW-200 que genera un empuje de 12.700 kilogramos en poscombustión, incorporan un radar de impulsos Doppler Westinghouse AN/APG-66 que detecta objetivos a distancias de hasta 80 kilómetros en modo aire-aire.
- El armamento incluye misiles aire-aire AIM-9L Sidewinder de guía infrarroja con un alcance efectivo de 18 kilómetros; modificaciones permiten integrar misiles Python 4 de origen israelí con mayor maniobrabilidad.
- En configuraciones aire-tierra portan bombas convencionales Mk-82 y Mk-84 de 227 y 907 kilogramos respectivamente, complementadas por un cañón M61A1 Vulcan de 20 milímetros que dispara 6.000 rondas por minuto.
Historia y adquisición de la flota F-16 en Venezuela y su uso
Venezuela adquirió estos F-16 en la década de 1980 mediante un contrato con la empresa estadounidense General Dynamics, ahora Lockheed Martin. El acuerdo incluyó 18 unidades monoplaza F-16A y seis biplaza F-16B, entregadas entre 1983 y 1985. En la actualidad, la Aviación Militar Bolivariana mantiene en servicio alrededor de 15 de estos aviones, tras pérdidas por accidentes y desgaste operativo. La flota se utiliza en el Grupo Aéreo de Caza Número 16.
Estos aparatos, clasificados como Block 15 con actualización de capacidad operativa, alcanzan una velocidad máxima de 2.120 kilómetros por hora. Venezuela se convirtió en el primer país de América Latina que recibió estos aviones de caza. El contrato inicial abarcó 24 unidades valoradas en $665 millones, financiado parcialmente por créditos estadounidenses.
Durante el intento de golpe de Estado del 27 de noviembre de 1992, pilotos leales al gobierno de Carlos Andrés Pérez utilizaron los aparatos para atacar posiciones rebeldes en Caracas y otras ciudades. Los F-16 venezolanos acumulan una vida útil estimada en 8.000 horas de vuelo por unidad. Después de más de 40 años de servicio en la Aviación Militar Bolivariana, su base operativa principal incluye instalaciones para simuladores de vuelo y hangares de mantenimiento.
En el contexto del Caribe, estos F-16 realizan patrullas rutinarias sobre el arco insular venezolano, que abarca islas como Margarita y La Orchila. La fuerza aérea venezolana complementa su flota con otros sistemas, como 23 aviones Sukhoi Su-30MK2 de origen ruso, adquiridos en 2006 para roles multimisión.
Embargo estadounidense, mantenimiento y capacidades actuales de los F-16
Desde 2006, un embargo impuesto por Estados Unidos prohíbe la exportación de repuestos y actualizaciones. Esta medida limita la modernización de la flota y obliga a buscar alternativas en mercados internacionales. No obstante, el mantenimiento se realiza localmente en instalaciones como la Base Aérea El Libertador. La flota venezolana carece de actualizaciones de media vida que otros operadores aplican.
Esta ausencia restringe sus capacidades en guerra electrónica y misiles de largo alcance más allá del horizonte visual. Sin embargo, los aviones conservan sistemas de contramedidas, como lanzadores de bengalas y chaff, para evadir misiles guiados por calor o radar. La estructura monomotor de aleación de aluminio y titanio proporciona a estos F-16 una alta maniobrabilidad, con un factor de carga de hasta nueve gravedades en virajes sostenidos.
La capacidad de combustible interna asciende a 3.200 kilogramos, extensible con tanques externos para misiones de patrulla prolongada sobre el Caribe. El embargo estadounidense redujo el número de aviones operativos de 21 en 2005 a los 15 actuales, según reportes de inteligencia abiertos.
El incidente con el USS Jason Dunham se enmarca en un despliegue naval estadounidense que incluye al menos cuatro buques en el sur del Caribe. Estos navíos se destinan a operaciones contra carteles transnacionales, según el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
Detalles del destructor USS Jason Dunham y respuesta estadounidense
El destructor, comisionado en 2010, presenta una eslora de 155 metros. Armado con misiles Tomahawk y sistemas Aegis para defensa antiaérea, transporta un helicóptero MH-60R Seahawk para tareas de vigilancia marítima. Fuentes militares estadounidenses confirmaron que el USS Jason Dunham cuenta con sistemas de radar SPY-1D para rastrear múltiples objetivos aéreos simultáneamente. Esta tecnología responde a amenazas en un radio de 300 kilómetros.
En respuesta al episodio, Estados Unidos reforzó su presencia aérea en Puerto Rico con el despliegue de 10 aviones de caza F-35. Estos F-35 se asignan a misiones antinarcóticos, como parte de una estrategia para contrarrestar flujos de drogas vinculados a redes en la región. El Pentágono emitió un comunicado en el que advierte que no tolerará interferencias en sus misiones.
El gobierno venezolano, a través de declaraciones previas de su ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, califica las operaciones estadounidenses como una amenaza a su soberanía territorial. La Organización de las Naciones Unidas, en un pronunciamiento relacionado con tensiones en el Caribe, reiteró la necesidad de respetar el derecho internacional en espacios marítimos compartidos. El incidente no se saldó con daños ni en activación de protocolos de defensa, pero elevó el nivel de alerta en la flota desplegada.
Venezuela mantiene una doctrina de defensa integral que incluye la movilización de milicias. Anuncios oficiales del presidente Nicolás Maduro en fechas recientes estiman que 8,2 millones de integrantes están listos para responder a escenarios de conflicto.