Dos J-15 desde el portaaviones Liaoning iluminaron con radar a F-15 japoneses en dos episodios sobre aguas internacionales; Tokio protestó y no reportó daños.
Incidentes al sureste de Okinawa y respuesta inicial del Gobierno japonés
El 6 de diciembre de 2025, dos cazas J-15 de la Armada china, embarcados en el portaaviones Liaoning, iluminaron con radar a aviones F-15 de las Fuerzas de Autodefensa de Japón sobre aguas internacionales al sureste de Okinawa. Las acciones ocurrieron en dos episodios separados y originaron una reacción inmediata en Tokio. El Gobierno calificó el hecho como peligroso y extremadamente lamentable, y afirmó que no se registraron daños en los aparatos ni lesiones entre las tripulaciones japonesas.
El ministerio de Defensa de Japón atribuyó las iluminaciones al uso de radares por parte de los J-15 contra cazas F-15 activados para ejecutar medidas de respuesta ante una posible violación del espacio aéreo japonés por el grupo del portaaviones chino. Según esa versión, los F-15 volaron en misión de alerta y vigilancia en la zona, con el objetivo de seguir los movimientos del grupo aeronaval del Liaoning dentro de protocolos habituales de defensa antiaérea.
Tokio presentó una protesta oficial por vía diplomática y exigió medidas para prevenir nuevos episodios. El Ejecutivo subrayó que la iluminación de radar sobre aeronaves en vuelo rebasa, a su juicio, lo necesario para garantizar la seguridad operativa. Las autoridades insistieron en que los hechos se desarrollaron sobre alta mar al sureste de Okinawa y reiteraron que las tripulaciones mantuvieron sus misiones y regresaron a sus bases sin averías ni daños personales.

El ministerio de Defensa difundió una cronología con horarios, localización al sureste de la isla principal de Okinawa y la participación de J-15 despegados del Liaoning. La misma documentación diferenció dos incidentes con características similares, aunque con duraciones distintas. La secuencia incluyó periodos de iluminación intermitente contra F-15 que efectuaban misiones de respuesta. Las comunicaciones oficiales remarcaron que los contactos no implicaron entrada de aeronaves chinas en el espacio aéreo soberano de Japón.
Datos clave del incidente y la protesta oficial
- Fecha y horarios: 6 de diciembre; 16.32–16.35 y 18.37–19.08 (hora de Japón).
- Ubicación: alta mar al sureste de Okinawa, al este del estrecho de Miyako.
- Medios implicados: J-15 del Liaoning y F-15 de la Fuerza Aérea de Autodefensa.
- Balance: sin daños materiales ni lesiones en tripulaciones japonesas.
- Diplomacia: protesta formal de Tokio y exigencia de medidas preventivas.
Cronología, localización operativa y duración de las dos iluminaciones
El primer incidente se produjo entre las 16.32 y las 16.35, hora japonesa, cuando un J-15 despegado del Liaoning realizó una iluminación intermitente con su radar contra un F-15 que volaba en misión de alerta y vigilancia. El episodio tuvo lugar sobre alta mar al sureste de Okinawa, en un sector donde los F-15 seguían los movimientos del grupo de ataque del portaaviones chino, conforme a la descripción divulgada por el Ministerio de Defensa.
El departamento japonés precisó que la actuación del caza chino se dirigió de forma expresa contra el aparato que ejecutaba medidas de respuesta ante una posible incursión en el espacio aéreo japonés. Esa aclaración encuadró la iluminación dentro de las tareas de vigilancia que los F-15 mantenían en la zona y acompañó la cronología con detalles de ubicación y propósito operativo, sin mención de daños ni incidentes colaterales.

El segundo episodio ocurrió el mismo día entre las 18.37 y las 19.08, también sobre aguas internacionales al sureste de Okinawa y en circunstancias operativas similares. En esa ocasión, otro J-15 del Liaoning iluminó de forma discontinua con su radar a un F-15 distinto de la Fuerza Aérea de Autodefensa, igualmente desplegado para responder al movimiento del grupo aeronaval chino que navegaba al sur y sureste del archipiélago de Okinawa.
La duración aproximada de la segunda iluminación, algo superior a treinta minutos, contrastó con los tres minutos estimados para el primer incidente. Los tiempos proceden de la información oficial difundida por el ministerio de Defensa y de explicaciones posteriores de autoridades japonesas. Esa diferencia temporal se incorporó a la evaluación de riesgo transmitida por Tokio, que calificó los hechos como peligrosos y extremadamente lamentables.
Reacciones políticas y diplomáticas en Tokio y apoyo australiano
En un comunicado emitido el 7 de diciembre, el ministerio de Defensa calificó la iluminación de radar contra los F-15 como una acción peligrosa que supera lo necesario para el vuelo seguro de las aeronaves y la consideró extremadamente lamentable. El departamento anunció una protesta firme ante la parte china y reclamó medidas estrictas para evitar repetición. Paralelamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores convocó al embajador de China, Wu Jianghao, para comunicar la protesta oficial.
El vicecanciller Kenryo Funakoshi trasladó esa protesta y describió la actuación denunciada como peligrosa y más allá de lo admisible en operaciones rutinarias. El ministro de Defensa, Shinjiro Koizumi, explicó públicamente el incidente en una comparecencia extraordinaria en la sede ministerial durante la madrugada del 7 de diciembre, con detalles sobre horarios, localización al sureste de Okinawa y participación de los J-15 del portaaviones Liaoning.

En declaraciones posteriores, Koizumi reiteró que Japón protestó enérgicamente ante China, insistió en el carácter peligroso de la iluminación de radar contra los F-15 y recalcó la exigencia de medidas de prevención. La primera ministra, Sanae Takaichi, sostuvo que el Gobierno consideraba el suceso muy lamentable y afirmó que Japón respondería con calma y con firmeza, de acuerdo con los resúmenes de su intervención difundidos en Tokio.
El mismo 7 de diciembre, Koizumi informó del incidente a su homólogo australiano, Richard Marles, durante una reunión en Tokio centrada en cooperación de defensa bilateral. Tras el encuentro, ambos responsables expresaron preocupación por el uso de radar contra aeronaves japonesas cerca de Okinawa y coincidieron en resaltar la necesidad de interacciones militares seguras y conformes con el derecho internacional. Australia manifestó apoyo a Japón y disposición a reforzar mecanismos de coordinación.
Versión oficial china, debate sobre el radar y precedentes regionales
Las autoridades chinas ofrecieron una versión distinta. El portavoz naval, coronel Wang Xuemeng, afirmó que el grupo del portaaviones Liaoning realizaba ejercicios de vuelo con cazas embarcados al este del estrecho de Miyako, dentro de un entrenamiento rutinario anunciado previamente. Según esa explicación, aeronaves japonesas se aproximaron en repetidas ocasiones al espacio marítimo y aéreo reservado para el adiestramiento, hasta constituir acciones de hostigamiento que interferían en actividades chinas y generaban riesgos de seguridad.
El portavoz reclamó a Japón que cesara lo que Beijing denominó difamaciones y advirtió de que la Armada china adoptaría las medidas necesarias, dentro de la ley, para proteger su seguridad y sus derechos. El Ministerio de Asuntos Exteriores, por medio de su portavoz Mao Ning, rechazó la protesta verbal remitida por Japón, instó a respetar los hechos y declaró que la actuación china se mantuvo en parámetros profesionales y autorizados.

Según la Cancillería china, los aviones japoneses se acercaron a la formación del Liaoning con una distancia demasiado reducida. Beijing sostuvo que formuló gestiones propias ante la embajada japonesa y subrayó que continuará con actividades de adiestramiento en áreas marítimas y aéreas consideradas pertinentes. En paralelo, explicaciones oficiales y medios internacionales señalaron el posible empleo de un radar de control de tiro, pese a que comunicados japoneses utilizaron el término genérico radar.
El ministerio de Defensa japonés definió previamente ese tipo de radar en una nota sobre un caso con una fragata surcoreana en 2018: sistemas destinados a apuntar al objetivo inmediatamente antes del disparo, cuyo uso contra aeronaves extranjeras constituye un acto extremadamente peligroso. Fuentes de defensa y expertos recuerdan que fuera de combate tal práctica resulta poco frecuente, con precedentes relevantes en 2013 y 2018 citados en los comunicados de referencia.
Características del J-15 y del portaaviones Liaoning en esta operación
El J-15 implicado pertenece a una familia de cazas de cuarta generación, de un solo asiento y dos motores, diseñada para operar desde portaaviones de la Armada china. El aparato, conocido como Flying Shark en medios especializados, deriva de forma estructural del ruso Su-33, dispone de capacidad para todo tiempo, integra radar propio, porta un cañón interno de 30 milímetros y admite hasta doce puntos de anclaje para misiles aire-aire, misiles antibuque y bombas guiadas o no guiadas.
Fuentes de referencia abiertas asignan al J-15 una velocidad máxima cercana a Mach 2,3, un radio de acción de varios miles de kilómetros y un peso máximo al despegue del orden de treinta y tres toneladas. Esos valores marcan el techo de sus prestaciones operativas desde un portaaviones de tipo convencional, condicionado por el método de despegue y recuperación propio de este sistema de aviación naval.

El portaaviones Liaoning, desde el que despegaron los cazas implicados, fue la primera unidad de este tipo que incorporó la Armada del Ejército Popular de Liberación. China adquirió el casco inacabado del antiguo Varyag a Ucrania en 1998, lo remolcó hasta el astillero de Dalian y acometió una modernización amplia antes de la entrada en servicio en septiembre de 2012. El buque pasó a operar como plataforma de entrenamiento y proyección limitada.
El buque desplaza en torno a sesenta mil toneladas a plena carga, supera los trescientos metros de eslora y utiliza un sistema de despegue corto con rampa y apontaje mediante cables de detención. Diversos estudios sitúan su ala aérea en alrededor de cuarenta aeronaves, con un núcleo de veinticuatro cazas J-15 complementados por helicópteros de guerra antisubmarina, alerta temprana y búsqueda y rescate.
Corredor al este de Miyako y tensiones bilaterales recientes
La zona al sureste de Okinawa y al este del estrecho de Miyako funciona como corredor habitual para el tránsito de unidades navales y aeronaves chinas entre el mar de China Oriental y el Pacífico occidental. Japón intercepta con frecuencia aviones militares chinos y rusos cerca de su espacio aéreo en esa área, mediante despegues rápidos de cazas F-15 y otros modelos, dentro de protocolos vigentes de alerta y control.
El área permanece próxima a las islas Senkaku, administradas por Japón y reclamadas por China, y concentra uno de los principales puntos de fricción en la relación de seguridad bilateral, según análisis de organismos y centros de estudios especializados. En ese contexto, sucesos como los del 6 de diciembre adquieren relevancia adicional para la gestión de riesgos y para los mecanismos de comunicación entre fuerzas armadas en la región.

El incidente se inserta además en un marco político deteriorado tras declaraciones de la primera ministra, Sanae Takaichi, del 7 de noviembre. La jefa del Gobierno planteó que una eventual acción militar china contra Taiwán podría encuadrarse en una situación que amenaza la supervivencia de Japón, categoría que, de acuerdo con la legislación japonesa, permitiría el ejercicio del derecho de autodefensa colectiva.
Pekín respondió con críticas contundentes a esas manifestaciones, con recomendaciones a sus ciudadanos para evitar viajes a Japón y con medidas económicas, entre ellas la suspensión de importaciones de determinados productos del mar. Las autoridades chinas pospusieron además reuniones trilaterales con Japón y Corea del Sur, mientras reiteraban su intención de mantener actividades de entrenamiento y de preservar vínculos estables dentro de sus propios términos.
