El Ejército Popular de Liberación de China activó cuatro cazas J-20 para proteger un transporte Y-20 que devolvía los restos de treinta soldados de los Voluntarios del Pueblo, caídos en la Guerra de Corea. Esta misión, duodécima en su ciclo anual, partió del aeropuerto internacional de Incheon en la República de Corea el 12 de septiembre de 2025 y culminó en el aeropuerto internacional de Taoxian en Shenyang. Además de los restos, el vuelo cargó doscientos sesenta y siete objetos personales de los muertos, todo bajo el marco de leyes internacionales y principios humanitarios.
Autoridades surcoreanas transfirieron los restos y pertenencias esa mañana en Incheon, donde una delegación china presidió una ceremonia solemne. El embajador Dai Bing colocó banderas nacionales sobre los ataúdes, y los presentes —incluido el viceministro Ma Feixiong, diplomáticos, empresarios y estudiantes chinos— incluyeron la cabeza en tres reverencias. Una guardia de honor escoltó los ataúdes hasta el avión después del himno nacional. Esta acción subrayó la colaboración perdurable entre naciones en repatriaciones, con gratitud de la embajada china por el enfoque amistoso de Seúl.
pic.twitter.com/CBcp91tvJS China sent one Y-20 and four J-20 to escort the remains of 30 Chinese martyrs in the War to Resist US Aggression and Aid Korea (1950-1953) back to the homeland.
— Different China (@Different_China) September 12, 2025
El Y-20, obra de Xi’an Aircraft Industrial Corporation desde 2016, despegó con los ataúdes en su bodega principal, que soporta sesenta y seis mil kilogramos. Esta aeronave de cuatro motores mide cuarenta y siete metros de largo, cincuenta de envergadura y quince de alto; versiones iniciales usan turbofanes rusos D-30KP-2, pero las recientes integran motores WS-20 nacionales de Shenyang. Su ala alta y fuselaje ancho permiten aterrizajes en pistas rudimentarias, con una tripulación de tres: dos pilotos y un navegante. El vuelo trazó una ruta directa al noreste de China, sobre el mar Amarillo.
Cuatro J-20 se acoplaron al Y-20 cerca de la frontera aérea china y formaron una formación de cinco aviones que dirigió el grupo hasta Shenyang. Fabricados por Chengdu Aerospace desde 2017, estos cazas extienden veintiún metros y dos decímetros, con trece metros de envergadura y cuatro metros y sesenta y nueve centímetros de altura. Dos turbofanes WS-10C impulsan cada uno con ciento cuarenta y dos a ciento cuarenta y siete kilonewtones, para velocidades dobles de la sónica y techos de veinte mil metros. Su peso máximo al despegue alcanza treinta y siete mil kilogramos, con radio de combate superior a dos mil kilómetros y cabina para un piloto.
El Y-20 descendió en Taoxian, capital de Liaoning, donde bomberos rociaron agua en salutación. Soldados locales extrajeron los ataúdes con delicadeza, colocaron banderas sobre ellos y los cargaron en vehículos blindados para el traslado. Una caravana avanzó por las calles de Shenyang, a lo largo de la avenida Qingnian, con residentes alineados en silencio. Veteranos esperaron en la puerta del cementerio de mártires de los Voluntarios, y el personal del lugar acogió los ataúdes al final del recorrido. Allí reposan ahora los restos, en el sitio dedicado a héroes de 1950 a 1953.
Al día siguiente, el 13 de septiembre, una ceremonia en el cementerio de Shenyang sepultó definitivamente a los treinta soldados, con autoridades y familiares en duelo. Esta devolución integra un pacto bilateral de 2014, que ha completado doce entregas y devuelto mil once restos más artefactos. La primera, en marzo de 2014, incluyó cuatrocientos treinta y siete conjuntos; otras variaron, como ochenta y ocho en 2022 o cuarenta y tres en 2024. Equipos mixtos excavan anualmente en batallales coreanos, con análisis forenses en laboratorios surcoreanos antes de la transferencia.
La Fuerza Aérea otorgó un emblema único a esta operación, con siluetas de Y-20 y J-20, un bajorrelieve de voluntarios y la frase “Héroes regresan a casa – 2025”. La institución lo compartió en WeChat oficial. Desde 2014, los retornos han evolucionado hacia aviones nacionales: del Il-76 al Y-20 actual, lo que agiliza la logística sin apoyos externos. En 2025, el Y-20 salió de una base nororiental china, cargó en Incheon y volvió escoltado sin contratiempos.
Estos soldados combatieron en la Guerra para Resistir la Agresión Estadounidense y Auxiliar a Corea, de junio de 1950 a julio de 1953, con cientos de miles de bajas en ambos lados. China despachó más de dos millones de voluntarios desde octubre de 1950 hasta el armisticio, muchos de Liaoning, donde yacen ahora. El cementerio de Shenyang acoge ya a varios, y su ampliación reciente absorbe lotes anuales. La alianza con Seúl surge de tratados de 2014, actualizados para cubrir sitios como Chosin o Pork Chop.
En lo operativo, los J-20 repitieron un protocolo de escoltas previas, con alas delta y tomas laterales en posiciones de guardia durante la aproximación, bajo control de radares en Liaoning. El Y-20 siguió normas para cargas delicadas, con ataúdes en palés fijos contra turbulencias. La misión de septiembre concluyó puntual, y los restos se inscribieron en el registro nacional de mártires del Ministerio de Asuntos de Veteranos.