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China apunta sus satélites a los portaaviones de Estados Unidos

9 de diciembre de 2025
El USS Carl Vinson: Guardián de la seguridad en el Indo-Pacífico

El USS Carl Vinson, con base en San Diego, forma parte de una fuerza de 4 portaaviones que realiza ejercicios cerca de China

China combina satélites, algoritmos de inteligencia artificial y radares para localizar en tiempo casi real a grupos de portaaviones de la Armada estadounidense.

China integra satélites y sensores para seguir portaaviones

China ha demostrado que puede localizar y seguir en tiempo casi real a portaaviones de la Armada de Estados Unidos mediante una combinación de satélites de observación, algoritmos de inteligencia artificial y una densa red de sensores militares y comerciales. Artículos científicos chinos y análisis de organismos oficiales y centros de estudios estadounidenses publicados entre 2022 y 2025 describen estas capacidades y las presentan como un factor central en las evaluaciones recientes sobre el equilibrio militar en el Pacífico occidental.

Un primer hito documentado apareció en junio de 2021, cuando un satélite chino de teledetección con procesadores de inteligencia artificial siguió en tiempo real al portaaviones USS Harry S. Truman durante un ejercicio frente a la costa de Long Island, en el Atlántico estadounidense. Un artículo en una revista china de ingeniería espacial describió el episodio y medios especializados lo difundieron en 2022 como ejemplo concreto de seguimiento automatizado de un portaaviones estadounidense.

Según esa descripción, el satélite detectó de forma automática al portaaviones de la clase Nimitz y transmitió sus coordenadas sin depender de centros de procesamiento en tierra. Sistemas anteriores necesitaban enviar primero las imágenes para su análisis y generaban información con un retraso significativo, mientras que este ensayo mostró una transmisión casi inmediata de datos de posición a partir de las observaciones del satélite.

USS Gerald R. Ford: Llega al Caribe la mayor presencia naval de EE. UU.
USS Gerald R. Ford

Este tipo de demostraciones ha alimentado valoraciones estadounidenses que describen un entorno cada vez más hostil para los grupos de portaaviones. Informes recientes subrayan que, si China consolida una red estable de satélites con capacidad de seguimiento continuo y la enlaza con sensores comerciales y militares en tierra y en el mar, la Armada estadounidense afrontará mayores dificultades para maniobrar sin exposición prolongada a la localización por parte de las fuerzas chinas.

Algoritmos chinos explotan imágenes abiertas de baja resolución

A partir de 2024, investigadores de la Academia Naval de Dalian describieron otro avance relevante. Un equipo dirigido por Hong Jun presentó un método para descubrir y seguir buques de guerra estadounidenses, incluidos portaaviones, mediante imágenes satelitales de baja resolución disponibles de forma abierta y gratuita. El trabajo explica que, incluso cuando un portaaviones ocupa un único píxel en la imagen, la estela que deja a su paso genera un patrón de ondas que actúa como huella característica del buque.

El algoritmo analiza la forma, la longitud y la orientación de esa estela para determinar la presencia del barco, estimar su rumbo y deducir su velocidad. La técnica permite inferir la trayectoria del portaaviones a partir de las variaciones de la estela en sucesivas imágenes, por lo que, con un suministro adecuado de datos, podría apoyar una vigilancia casi continua de grupos de portaaviones que navegan a gran velocidad en mar abierto.

En las pruebas descritas por los investigadores, el sistema identificó correctamente un portaaviones de la clase Nimitz, un crucero de la clase Ticonderoga y un destructor de la clase Arleigh Burke a partir de imágenes de satélite de acceso público tomadas en distintas zonas oceánicas. Artículos de divulgación que resumen este trabajo señalan el uso de productos de servicios de observación terrestre con imágenes casi en tiempo real del planeta, lo que, en teoría, permitiría aplicar el método a la vigilancia global de grupos de portaaviones.

Aviones F-35 y F/A-18F Super Hornet simulan ataques en Rumanía
El USS Gerald R. Ford (CVN 78), al frente, navega en formación con el TCG Gelibolu (F-493) de la Armada turca, en el centro, y el destructor de misiles guiados de clase Arleigh Burke USS Bainbridge (DDG 96), mientras que aviones italianos y estadounidenses sobrevuelan el mar Jónico, el 29 de julio de 2025. (Foto de la Marina de los EE. UU. por el especialista en comunicación masiva de 2ª clase Jacob Mattingly)

El uso de imágenes gratuitas de baja resolución se une a experimentos anteriores de la comunidad científica china con satélites propios de mayor calidad. Investigaciones sobre el satélite geoestacionario Gaofen-4 describen métodos de seguimiento de buques basados en secuencias de imágenes, modelos de movimiento en coordenadas geográficas y técnicas de seguimiento por hipótesis múltiples, con apoyo de datos del sistema de identificación automática que llevan los barcos.

Elementos clave de la arquitectura china de vigilancia naval

  • En 2021 un satélite chino con procesadores de inteligencia artificial siguió en tiempo real al portaaviones USS Harry S. Truman frente a la costa de Long Island.
  • La Academia Naval de Dalian desarrolló un método que detecta portaaviones en imágenes gratuitas de baja resolución gracias al análisis detallado de la estela que dejan los buques.
  • Constelaciones militares y comerciales en órbitas geoestacionaria y baja proporcionan múltiples revisitas diarias sobre el Pacífico occidental y otras zonas marítimas.
  • Satélites de radar y de inteligencia de señales de las series Yaogan y Jilin-1 permiten localizar buques y distinguir entre mercantes y unidades de combate a partir de sus emisiones.
  • Misiles balísticos antibuque como los DF-21D y DF-26, con alcances superiores a 1.500 y 4.000 kilómetros, se describen como armas destinadas a atacar buques en movimiento a gran distancia.

China amplía constelaciones de reconocimiento militar en el espacio

Paralelamente a estos desarrollos académicos, China ha realizado una inversión sostenida en teledetección que, según un informe de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China publicado en diciembre de 2024, la ha convertido en un competidor muy cercano en múltiples tecnologías de observación remota. El documento señala que la modernización de esas capacidades figura entre los objetivos prioritarios de Pekín y refuerza la capacidad del Ejército Popular de Liberación para observar, detectar, seguir y apuntar a medios estadounidenses y aliados.

Un MV-22B Osprey del Cuerpo de Marines de los EE. UU. asignado al Escuadrón de Tiltrotor Mediano de la Infantería de Marina (VMM) 265 (Rein.), 31.ª Unidad Expedicionaria de la Infantería de Marina, sale del portaaviones USS George Washington (CVN 73) durante el entrenamiento de guerra antisubmarina, en el mar de Filipinas, el 8 de agosto de 2025. (Foto del Cuerpo de Marines de EE. UU. por Cpl. Alora Finigan)

Un testimonio presentado ante la misma Comisión en marzo de 2024 detalla el crecimiento del segmento espacial militar chino. Ese análisis indica que el número de satélites de inteligencia, vigilancia y reconocimiento del Ejército Popular de Liberación en órbita geoestacionaria se ha duplicado en los últimos años, mientras que los situados en órbita baja casi se han triplicado. El estudio identifica catorce satélites en órbita geoestacionaria y 213 en órbita baja lanzados desde 2018 que podrían ejercer un papel importante en operaciones de contra-intervención. Según ese recuento, 162 de ellos entraron en servicio a partir de 2021, lo que complica los intentos estadounidenses de evitar la detección.

En la órbita geoestacionaria, el testimonio destaca que China es el único país que opera satélites de observación electroóptica capaces de generar imágenes desde esa altitud. Entre ellos se encuentran al menos dos satélites Gaofen-13, con una resolución aproximada de quince metros, suficiente para detectar y seguir buques en mar abierto, aunque sin posibilidad de identificar con precisión su tipo o su clase específica.

El satélite Yaogan-41, lanzado en diciembre de 2023, aparece descrito como un sistema de vigilancia óptica con una resolución cercana a 2,5 metros. Informes de organismos y analistas occidentales le atribuyen la capacidad de proporcionar vigilancia casi continua sobre los océanos Pacífico e Índico e incluso de identificar y rastrear objetos del tamaño de un automóvil. Asimismo, el satélite Ludi Tance-4-01 utiliza radar de apertura sintética, alcanza una resolución de unos veinte metros y obtiene imágenes a través de nubes, por lo que puede detectar y seguir buques con independencia del tiempo atmosférico.

Satélites en órbita baja y uso dual de constelaciones civiles

En órbita baja, China combina satélites de imagen óptica, infrarroja e hiperespectral con plataformas equipadas con radar y con satélites de inteligencia de señales. El testimonio ante la Comisión describe una constelación de 213 satélites de reconocimiento en órbita baja con capacidad potencial para localizar fuerzas estadounidenses y aliadas. Dentro de ese grupo figura la serie comercial Jilin-1, operada por una empresa de mayoría estatal, con más de un centenar de satélites de observación y resoluciones de hasta 75 centímetros.

Según ese documento, la constelación Jilin-1 ofrece revisitas frecuentes sobre una misma zona. Un portavoz de la empresa, citado en el testimonio, afirmó que el objetivo consiste en obtener imágenes de cualquier punto de la Tierra en un intervalo cercano a diez minutos, una capacidad que facilita mantener la pista de buques que navegan a alta velocidad y refuerza, por tanto, la vigilancia sobre grupos de portaaviones en desplazamiento rápido.

F-35 de EE. UU. y Corea del Sur destacan en Freedom Shield 25
F-35 Lightning II de la Fuerza Aérea de los EE. UU., la Marina de los EE. UU. y la Fuerza Aérea de la República de Corea vuelan en formación sobre el portaaviones de clase Nimitz USS Carl Vinson (CVN 70) durante el entrenamiento de integración para Freedom Shield 25, el 13 de marzo de 2025. (Crédito de la imagen: Fuerza Aérea de la República de Corea)

La red espacial se completa con satélites dedicados a captar emisiones electromagnéticas. Destacan las series Yaogan-30, Yaogan-31 y Yaogan-40, que, según el mismo análisis, operan en formaciones de tres satélites para detectar y localizar señales de radar y de comunicaciones, en especial de objetivos marítimos. La constelación Yaogan-30, con treinta satélites distribuidos de manera homogénea, proporciona cobertura casi constante sobre el este de Asia y el Pacífico occidental, mientras que Yaogan-31 y Yaogan-40 extienden esa cobertura al conjunto del planeta con una frecuencia de revisita menor.

De este modo, las fuerzas chinas pueden diferenciar con mayor facilidad entre mercantes y buques de combate a partir de sus emisiones y coordinar esa información con imágenes ópticas o de radar procedentes de otros satélites. Estudios de teledetección describen también la contribución de los satélites civiles geoestacionarios Gaofen-4 y Gaofen-13 a la vigilancia marítima. Gaofen-4, lanzado en 2015, ofrece un campo de visión de unos 400 por 400 kilómetros y una resolución de alrededor de 50 metros en el espectro visible. Además, puede generar secuencias de vídeo y captar imágenes térmicas, combinación que permite detectar y seguir grandes buques, como petroleros y portaaviones, y estimar su tipo a partir de la velocidad, la dirección y la firma térmica observadas, sobre todo cuando los datos se integran con los procedentes de sistemas de identificación automática.

Radares, misiles antibuque y efectos sobre los portaaviones

La frontera entre constelaciones militares y comerciales se ha difuminado. Un artículo de mayo de 2024 sobre el satélite Taijing-4-03, operado por la empresa china MinoSpace, describe cómo este satélite de radar de apertura sintética obtuvo imágenes detalladas de la base naval estadounidense de Norfolk, en Virginia, que mostraban tres portaaviones, dos destructores de la clase Arleigh Burke y otros cuatro buques. Los medios que difundieron la información indicaron que el satélite forma parte de una constelación de cinco unidades. Según esas fuentes, el sistema incorpora procesadores de inteligencia artificial para detectar y clasificar objetivos en el mar y en aeródromos y transmite imágenes en tiempo casi real, lo que ilustra el papel de plataformas nominalmente civiles en funciones de inteligencia.

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Ilustrativo: Esta foto muestra los Super Hornets F/A-18E de la Marina de los EE. UU., asignados al Carrier Air Wing 1 (CVW-1) y los F-16 de la Fuerza Aérea Belga volando sobre el portaaviones de clase Nimitz USS Harry S. Truman (CVN 75) en el mar Mediterráneo, el 25 de julio de 2022. (Christina SEARS / US NAVY / AFP)

Los avances en algoritmos de análisis de imágenes se han multiplicado. Además del trabajo de la Academia Naval de Dalian sobre estelas de buques en imágenes de baja resolución, revistas científicas internacionales han publicado estudios de equipos chinos que describen métodos de detección de barcos en secuencias de vídeo satelital de baja resolución y técnicas de seguimiento basadas en hipótesis múltiples adaptadas a trayectorias marítimas. Estos estudios utilizan datos de satélites como Gaofen-4 y muestran que los algoritmos detectan el movimiento de grandes buques a partir de cambios sutiles entre imágenes. Las investigaciones destacan que la evolución de las estelas en pasadas sucesivas refuerza esa detección y permite reconstruir de forma aproximada las rutas de los buques dentro del campo de visión del satélite.

Fuera del dominio espacial, China ha desplegado y ampliado de manera continuada una red de radares costeros y radares transhorizonte. Análisis de instituciones de investigación estadounidenses y europeas señalan que desde hace años el país opera radares de superficie de ondas rastreadoras y radares de retrodispersión instalados en el interior, capaces de detectar buques y aeronaves a cientos o miles de kilómetros más allá del horizonte de los radares convencionales. Desde 2014, Pekín ha anunciado planes para ampliar la red de radares costeros. En ese periodo, China instaló sensores en las islas artificiales construidas en el mar de China Meridional con el objetivo de cubrir desde posiciones avanzadas las rutas por las que suelen transitar los grupos de portaaviones estadounidenses.

Próximos portaaviones: USS Bill Clinton y USS George W. Bush

Estudios sobre doctrina militar china describen una integración estrecha entre esta arquitectura de satélites y radares y misiles antibuque de largo alcance. Fuentes del Departamento de Defensa de Estados Unidos atribuyen al misil balístico DF-21D un alcance superior a 1.500 kilómetros y al DF-26 más de 4.000 kilómetros, y señalan que ambos se diseñaron para atacar buques en movimiento a gran distancia. Un análisis publicado en abril de 2025 por un portal especializado en material militar resume fuentes chinas que afirman que el problema de localizar en tiempo real a un portaaviones en mar abierto ya tiene solución gracias a una red combinada de satélites, radares transhorizonte y vehículos aéreos no tripulados.

Según esa interpretación, la constelación de satélites de reconocimiento en órbita baja y geoestacionaria ofrece múltiples revisitas diarias sobre el Pacífico occidental, mientras que plataformas como Yaogan-41 y Gaofen-4 pueden mantener una vigilancia casi continua sobre amplias zonas marítimas. La combinación de estos sensores con algoritmos capaces de explotar imágenes de baja resolución, más las redes de radares costeros y transhorizonte, reduce de forma progresiva los márgenes de maniobra de los grupos de portaaviones estadounidenses, incluso cuando navegan a velocidades superiores a 30 nudos en el teatro del Indo-Pacífico.

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