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Portada » Zona de guerra » China construyó su caza J-10 con tecnología de Israel

China construyó su caza J-10 con tecnología de Israel

8 de noviembre de 2025
Azerbaiyán tiene en la mira el caza J-10CE de China

J-10CE

El caza J-10 de China adoptó la arquitectura y la filosofía del israelí Lavi, lo que evidenció una transferencia indirecta de conocimiento pese a las negaciones oficiales.

Convergencias entre el J-10 y el Lavi según fuentes técnicas y cronología

El J-10 chino adoptó una arquitectura aerodinámica, una filosofía de control de vuelo y varias soluciones de integración de sistemas que convergen con las desarrolladas en el programa Lavi de Israel en los años ochenta. Publicaciones técnicas y documentos de referencia describen de forma consistente esa relación como una “influencia” o “beneficio” directo del conocimiento acumulado con el Lavi, pese a las negativas oficiales de Pekín y de Tel Aviv de haber suscrito una cooperación formal de diseño.

La aeronave china entró en servicio operativo a mediados de la década de 2000 tras un desarrollo prolongado, un primer vuelo fechado por fuentes especializadas en marzo de 1998 y sucesivas mejoras que culminaron en la variante J-10C, declarada en servicio de combate en 2018, mientras persistían los indicios abiertos de transferencia de saber hacer de terceros países en motores y aviónica.

El historial del J-10 muestra un desarrollo dilatado y una entrada en servicio escalonada. Fuentes de la industria aeronáutica situaron el primer vuelo en marzo de 1998, con prototipos dedicados a ensayos de estructura, armamento y sistemas, y señalaron que los primeros lotes se entregaron en torno a 2002. En enero de 2007, la publicación de fotografías oficiales cerró el periodo de opacidad inicial alrededor del programa, que ya había comenzado a equipar unidades operativas.

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J-10 (Fuente de la imagen: Ministerio de Defensa de China)

El proceso de maduración tecnológica se benefició de componentes externos, de forma destacada en la planta motriz, con el uso de turborreactores AL-31 de origen ruso en las primeras series; la combinación de esa motorización con una célula de control digital permitió a la aeronave alcanzar un nivel de prestaciones competitivo dentro de su categoría.

Datos verificados sobre cronología, motores y acuerdos de licencia

  • Primer vuelo del J-10 fechado por fuentes especializadas en marzo de 1998.
  • Entrada en servicio operativo a mediados de la década de 2000 y fotos oficiales en 2007.
  • Uso inicial de turborreactores AL-31 de origen ruso en las primeras series.
  • Servicio de combate del J-10C comunicado por la Fuerza Aérea china en abril de 2018.
  • Producción china bajo licencia del Python-3 israelí, incorporado como PL-8.

Financiación estadounidense y cancelación del Lavi en informes oficiales

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J-10CE

El Lavi nació como un caza polivalente ligero de nueva generación, diseñado por Israel Aircraft Industries con financiación estadounidense específica y decisiones formales del Congreso de Estados Unidos que habilitaron partidas para investigación y desarrollo. El gabinete israelí canceló el programa el 30 de agosto de 1987 tras un debate interno que colocó los costos y las prioridades de defensa en el centro de la discusión.

Informes del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos documentan que, entre 1980 y 1986, Washington aportó la mayor parte del gasto de desarrollo declarado hasta entonces y que, tras la cancelación, Israel solicitó fondos para cubrir contratos rescindidos. La cronología de ese cierre y el volumen de apoyo financiero quedaron asentados en resúmenes legislativos que detallan los montos autorizados y su ejecución.

Tras el final del Lavi, se produjo un acercamiento gradual entre empresas israelíes y entidades chinas en áreas concretas de armamento, con efectos verificables en misiles aire-aire. La Fuerza Aérea china adquirió a finales de los años ochenta la producción bajo licencia del Python-3 israelí, que se incorporó como PL-8 con transferencia tecnológica pactada y adaptación industrial en Xi’an, según documentación técnica militar estadounidense y cobertura de la prensa aeronáutica profesional.

La secuencia cronológica que enlaza la cancelación del Lavi en 1987, la maduración del vínculo israelí-chino en misiles y equipos, el primer vuelo del J-10 en 1998 y su progresiva entrada en servicio a partir de la primera mitad de la década de 2000, permite reconstruir con fuentes abiertas una cadena de hechos en la que diversos organismos y publicaciones reputadas describen al J-10 como un desarrollo que se benefició de la experiencia y de la tecnología generadas por el Lavi, mientras las partes gubernamentales implicadas mantienen la negativa pública a reconocer un acuerdo formal de co-diseño.

Transferencias y misiles PL-8 en la evolución técnica del J-10C operativa

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J-10

La comparación morfológica entre el J-10 y el Lavi resulta inmediata: ambos adoptan el esquema delta con canards próximos al borde de ataque, una toma ventral bajo el fuselaje y superficies de control que trabajan sobre una configuración deliberadamente inestable estabilizada por un sistema de control de vuelo digital de múltiples canales. La prensa profesional describió esa afinidad como “influencia del Lavi” visible en la configuración final del J-10 y añadió un dato relevante para entender el itinerario técnico.

La oficina de diseño de Chengdu ya había explorado, en los setenta, el proyecto J-9 con canards, lo que sugiere una confluencia entre herencias internas y aportaciones externas. Las mismas fuentes añadieron que, en la década de 1980, Chengdu buscó asistencia de diseño en Israel; tanto Israel como China negaron esa vinculación, pero el trazado aerodinámico y la cronología alimentaron durante años la tesis de una evolución conceptual a partir del Lavi.

Documentos de trabajo elaborados para la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China abordaron la cuestión en términos inequívocos al afirmar que el J-10 se basó en gran medida en tecnología procedente del programa Lavi. Ese dictamen se encuadra en un análisis más amplio sobre la dependencia china de aportes foráneos en sectores críticos, entre ellos los motores aeronáuticos y ciertos equipos de misión.

En paralelo a la evolución de célula y aviónica, la familia creció en variantes con mejoras sensoriales y de empleo de armamento. La Fuerza Aérea china comunicó en abril de 2018 el inicio del servicio de combate de la versión J-10C, que incorporó mejoras de radar, guerra electrónica y gestión de armas guiadas, y cuya motorización pasó de proveedores externos a soluciones nacionales en unidades recientes, según la prensa aeronáutica.

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