Egipto y China realizaron “Águilas de la Civilización 2025”, destacando el caza stealth J-20 en Wadi Abu Rish, fortaleciendo lazos militares.
“Águilas de la Civilización 2025”: el J-20 como protagonista
El ejercicio aéreo conjunto “Águilas de la Civilización 2025”, llevado a cabo del 19 de abril al principios de mayo de 2025, marcó un hito en la cooperación militar entre Egipto y China. Celebrado en la base aérea de Wadi Abu Rish, a 100 kilómetros al oeste del golfo de Suez, el evento destacó la participación del caza stealth Chengdu J-20, el avión de combate de quinta generación más avanzado de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLAAF). Junto al J-20, los cazas J-10C, el tanquero Y-20U, y el avión de alerta temprana KJ-500 integraron la delegación china, mientras que Egipto desplegó sus cazas MiG-29M/M2. Las maniobras incluyeron simulaciones de combate aéreo, ataques de precisión y reabastecimiento en vuelo, según reportes de Breaking Defense y The Aviationist.
El despliegue del J-20, apodado “Mighty Dragon”, generó especulaciones sobre el interés de Egipto en adquirir este caza furtivo, aunque fuentes como Global Times aclararon que no hay acuerdos confirmados. El J-20, equipado con radar AESA y misiles de largo alcance PL-15, ofrece capacidades de superioridad aérea y ataque furtivo, con un costo estimado de 110 millones de dólares por unidad, según BulgarianMilitary.com. Su presencia en Egipto, la primera en un ejercicio internacional en África, subrayó la ambición de China de proyectar poder en el Medio Oriente y demostrar la madurez de su tecnología militar. El ejercicio permitió a los pilotos egipcios observar de cerca las capacidades del J-20, incluyendo maniobras en formaciones conjuntas sobre las pirámides de Giza, un gesto simbólico reportado por South China Morning Post.
La logística del ejercicio reflejó la capacidad de proyección de la PLAAF. Entre el 13 y 15 de abril, al menos cinco aviones de transporte Y-20 trasladaron equipos y personal desde China a Egipto, con escalas en Dubái, cubriendo unos 6,000 kilómetros, según Flightradar24 y Aviation Week. La KJ-500, en su primera misión internacional, proporcionó control aerotransportado, mientras que el Y-20U realizó un reabastecimiento en vuelo de un MiG-29M2 egipcio, una primicia en la cooperación bilateral, según CCTV. Un piloto egipcio también voló en un J-10S biplaza, evaluando las capacidades chinas, lo que alimentó rumores sobre posibles compras del J-10CE o incluso el J-20, según Defence Security Asia.

El ejercicio incluyó simulaciones de combate avanzadas, con el J-20 demostrando maniobras de alta agilidad y capacidades furtivas frente a los MiG-29M/M2 egipcios, que comparten similitudes con los MiG-29 indios, permitiendo a la PLAAF recopilar datos valiosos, según un análisis en The War Zone. Egipto, que opera aviones estadounidenses como los F-16 y franceses como los Rafale, busca diversificar su arsenal ante restricciones en la modernización de su flota, según Mohammed Soliman, del Middle East Institute. La participación del J-20 y otros sistemas chinos ofreció a El Cairo una oportunidad única para evaluar tecnología de punta en condiciones reales.
Claves del ejercicio “Águilas de la Civilización 2025”
- Fechas: 19 de abril a principios de mayo de 2025.
- Ubicación: Base aérea de Wadi Abu Rish, Egipto.
- Aeronaves chinas: J-20, J-10C/S, KJ-500, Y-20U, helicópteros.
- Aeronaves egipcias: MiG-29M/M2, entre otros.
- Actividades: Combate aéreo simulado, reabastecimiento en vuelo, vuelos sobre Giza.
- Distancia: 6,000 km recorridos por los Y-20 chinos.
- Contexto: Interés egipcio en el J-20 y J-10CE.
Contexto estratégico y ambiciones chinas
La participación del J-20 en “Águilas de la Civilización 2025” reflejó la estrategia de China para expandir su influencia en el Medio Oriente y África. Reuters y Newsweek destacaron que el ejercicio coincidió con un periodo de reevaluación de la política exterior de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, lo que permitió a Beijing fortalecer lazos con aliados tradicionales de Washington, como Egipto, que recibe 1.3 mil millones de dólares anuales en ayuda militar estadounidense. Egipto busca diversificar sus socios estratégicos ante restricciones en la adquisición de sistemas avanzados como el F-35, según The Jerusalem Post.
La exhibición del J-20 en Egipto siguió a la participación china en la Feria Internacional del Aire de Egipto 2024, donde el J-10 y el Y-20 realizaron demostraciones, según Global Times. Este evento permitió a Egipto familiarizarse con la tecnología china, y el ejercicio reciente consolidó esa relación. Sun Degang, del Centro de Estudios de Medio Oriente de la Universidad de Fudan, describió el despliegue del J-20 y la KJ-500 como “un paso significativo en la modernización militar de China”, destacando su capacidad para operar en entornos lejanos como el desierto del Sinaí.
El interés de Egipto en el J-20, aunque especulativo, responde a su necesidad de contrarrestar capacidades regionales, como los F-35 de Israel, según BulgarianMilitary.com. Sin embargo, la integración del J-20 en la fuerza aérea egipcia enfrentaría desafíos, incluyendo interoperabilidad con sistemas de la OTAN y un costo elevado, lo que hace más probable un acuerdo por el J-10CE, valuado en 50 millones de dólares, según The Defense Post. China también suministra a Egipto sistemas como el dron Wing Loong-1D y el sistema antiaéreo HQ-9B, confirmado en abril de 2025, lo que refuerza la cooperación militar.

El ejercicio tuvo un fuerte componente diplomático. El comandante de la Fuerza Aérea Egipcia, el jefe de Estado Mayor de la PLAAF, y el embajador chino en El Cairo asistieron a las actividades, según Egypt Independent. Un video de CCTV mostró al J-20 volando junto a los MiG-29 egipcios, describiendo el evento como “una nueva era de cooperación”. Las imágenes de sobrevuelos conjuntos sobre Giza reforzaron el simbolismo cultural y militar del ejercicio.
Implicaciones regionales y globales
La presencia del J-20 en Egipto envió un mensaje claro a actores regionales como Israel y Arabia Saudita, así como a potencias globales como Estados Unidos. China demostró su capacidad para desplegar activos de quinta generación a 6,000 kilómetros de su territorio, un logro logístico destacado por Wang Yunfei, experto militar chino, en Global Times. Para Egipto, el ejercicio representó una oportunidad para afirmar su autonomía estratégica, equilibrando relaciones con Occidente y socios emergentes como China, según The War Zone.
El J-20, aunque no está confirmado para exportación, posicionó a China como un competidor en el mercado de armas, desafiando a proveedores tradicionales como Estados Unidos y Rusia. La PLAAF aprovechó el ejercicio para probar el J-20 en el terreno desértico del Sinaí, un entorno diferente al del Indo-Pacífico, según BulgarianMilitary.com. Egipto, por su parte, evaluó el desempeño del J-20 frente a sus MiG-29, lo que podría influir en futuras decisiones de adquisición, especialmente ante la competencia regional con flotas avanzadas.
El ejercicio también generó interés en Israel, donde analistas como Eli Dekel, exoficial de inteligencia, señalaron que la cooperación con China es una extensión lógica de la política de Egipto de diversificar socios, según The Jerusalem Post. Sin embargo, El Cairo destacó que el ejercicio forma parte de su plan de entrenamiento con naciones amigas, evitando percepciones de confrontación. La cobertura de South China Morning Post destacó que el J-20 y la KJ-500 representan el pináculo de la tecnología de la PLAAF, reforzando la imagen de China como un socio militar confiable.
“Águilas de la Civilización 2025” consolidó la alianza entre Egipto y China, con el J-20 como símbolo de las ambiciones de Beijing en el Medio Oriente. Las maniobras conjuntas, respaldadas por un despliegue logístico sin precedentes, sentaron las bases para futuros intercambios militares y posibles acuerdos de defensa, según The Aviationist.