China afirma haber desarrollado una fuente de energía compacta que podría reducir drásticamente el tamaño de un arma de microondas de alta potencia capaz de derribar satélites Starlink.
Este dispositivo puede producir hasta 10 gigavatios de potencia, con una frecuencia de 10 pulsos por segundo. Según los medios chinos, la energía de alta intensidad producida por este dispositivo podría generar haces de microondas lo suficientemente potentes como para dañar drones, aviones e incluso satélites.
El equipo responsable del desarrollo del nuevo dispositivo está dirigido por Shu Ting, asociado al Colegio de Estudios Interdisciplinarios Avanzados de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de Changsha, en la provincia de Hunan.
¿Arma de rayo láser o guerra electrónica?
Normalmente, un sistema de suministro de energía capaz de producir una potencia tan alta es intrincado, voluminoso y ocupa mucho espacio.
Sin embargo, el informe señala que el dispositivo recién desarrollado, junto con todos los componentes necesarios, como condensadores y un sistema de control, puede caber incluso en una estantería gracias a su reducido tamaño.
El dispositivo es valioso para fines militares, ya que permite montar el arma de microondas en un camión o un tejado, facilitando ataques inesperados contra objetivos enemigos que pasen por el cielo.
Según el informe, el dispositivo podría conectarse de forma continua a la red eléctrica de una ciudad. Sin embargo, el equipo se topó con algunos problemas al intentar que este dispositivo funcionara con eficacia.
Dispositivo de electricidad de alta potencia
Según los científicos chinos, generar electricidad de alta potencia en un dispositivo pequeño puede provocar fallos catastróficos. En sus experimentos preliminares, el flujo de electricidad a un voltaje extremadamente alto provocó cortocircuitos que quemaron los aislantes endurecidos.
Según el diseñador del arma, los impulsos eléctricos deben ser casi similares y mantener toda su potencia incluso después de varios disparos. Estas estrictas limitaciones planteaban obstáculos adicionales para varios componentes vitales, como los interruptores y los materiales aislantes.
El dispositivo fabricado por el equipo de Shu es un acelerador de electrones con una peculiar estructura interior parecida al ADN. El informe añade que el acelerador utiliza dos tubos en espiral estructurados como la doble hélice del material genético para acelerar los electrones.
Este peculiar diseño facilitó la producción de haces de electrones de potencia ultraelevada en un espacio restringido. Los científicos chinos afirmaron que para sumergir los tubos en espiral se utilizó glicerina, un producto químico líquido barato que ofrecía un excelente aislamiento y no requería mantenimiento sobre el terreno.
También afirmaron que los cortocircuitos desaparecieron después de averiguar cómo deshacerse de las burbujas microscópicas en la glicerina.
¿Por qué desconfía China de Starlink?
Tras el eficaz uso de los satélites Starlink de SpaceX contra Rusia en Ucrania, varios expertos señalaron que los militares chinos habían acelerado el desarrollo de armas de microondas de alta potencia.
Pero, destruir la red Starlink, que ya ha lanzado miles de satélites a la órbita cercana a la Tierra, utilizando misiles antisatélites convencionales sería difícil tanto desde el punto de vista técnico como financiero.
Sin embargo, los cañones de microondas son armas baratas que bloquean las comunicaciones por satélite o dañan irreparablemente sus sistemas eléctricos.
Ben Lewis, analista de defensa centrado en el desarrollo del EPL y en cuestiones de seguridad de Taiwán, declaró al EurAsian Times: “Hemos visto lo eficaz que ha sido Starlink para facilitar las comunicaciones en Ucrania, y a China le preocupa su posible utilidad para Taiwán, o para las fuerzas estadounidenses que intervengan en un escenario de contingencia en Taiwán”.
“Disponer de armas con capacidad para dejar fuera de juego a Starlink, y que los medios de comunicación chinos mencionen específicamente a Starlink en su informe al respecto, es indicativo de la seriedad con la que ven a Starlink”, añadió.
Pero por el momento, la mayoría de los equipos militares sólo producen microondas con niveles de potencia de kilovatios o megavatios.
Asesino de satélites
El último informe, que cita estimaciones recientes de científicos del Ejército Popular de Liberación, sugiere que para dañar un satélite que probablemente esté protegido por medidas de blindaje, la potencia del haz de microondas tendría que ser de un gigavatio o superior.
China va a la zaga de Estados Unidos y Rusia en el uso militar de tecnologías de microondas de alta potencia. La empresa de defensa estadounidense Raytheon anunció en 2018 que la compañía utilizó un láser de alta energía y una microonda de alta potencia para derribar 45 drones durante un ejercicio.
Sin embargo, estas armas podrían utilizarse eficientemente como un arma antisatélite, lo que potencialmente permitiría a China atacar con precisión los satélites Starlink.
Lewis mencionó que “las armas antisatélite (ASAT) desempeñan un papel importante en la guerra convencional moderna, especialmente para China. Estados Unidos mantiene un robusto conjunto de satélites para reconocimiento y comunicaciones que ayudan a facilitar las operaciones lejos de casa”.
“Para impedir las operaciones estadounidenses contra las fuerzas chinas en, por ejemplo, una contingencia en Taiwán, China tratará de inutilizar o destruir los satélites estadounidenses utilizando armas ASAT. Este nuevo sistema es otro método que China puede utilizar para llevar a cabo esa tarea, aumentando la amenaza para los satélites, drones y aviones estadounidenses”, explicó Lewis.
En otras palabras, los importantes avances de China en la creación de armas de microondas de alta potencia indican su firme deseo de poseer la capacidad de destruir satélites enemigos en caso de conflicto.