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China iguala al F-22: el J-20 desafía la superioridad aérea de EE. UU.

21 de noviembre de 2025
China iguala al F-22: el J-20 desafía la superioridad aérea de EE. UU.

J-20

El Chengdu J-20, avión de combate desarrollado por la República Popular China, incluye diseño de baja observabilidad, motores de alto empuje y sistemas de armas avanzados. Con este conjunto de características se clasifica como competidor directo del Lockheed Martin F-22 Raptor de Estados Unidos.

La Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación integró el J-20 en su inventario a partir de 2017, fecha en la que alcanzó la capacidad operativa inicial según anuncios oficiales. El fabricante es Chengdu Aerospace Corporation, tras una fase de prototipos iniciada en 2011.

Este programa añadió nuevas capacidades a la aviación militar china, cuya flota total del Ejército Popular de Liberación supera los 1.900 aviones de combate. Por su parte, el F-22 entró en servicio con la Fuerza Aérea de Estados Unidos en 2005; el Congreso estadounidense redujo la producción desde 648 unidades previstas a 187 aparatos operativos.

El J-20 adopta ala delta con alerones canard, dos estabilizadores verticales inclinados y aletas ventrales más pequeñas también inclinadas. Supera los 21 metros de longitud, presenta una envergadura de 12,9 metros y un área alar de 73 m². Su peso al despegue se sitúa entre 75.000 y 80.000 libras sin carga externa.

a versión principal es monoplaza; existe una variante biplaza, conocida de forma informal como J-20S, con asientos en tándem y elevación ligera del asiento trasero para tareas de ataque a objetivos terrestres o navales. El alcance se mantiene equivalente al del modelo monoplaza porque el espacio del segundo asiento ya formaba parte del diseño sin modificación del volumen interno de combustible.

F-22

El fuselaje integra materiales compuestos de fibra de carbono junto con estructuras de titanio y aleaciones de aluminio. Los bordes del fuselaje y de las alas siguen líneas paralelas sin ángulos rectos para reducir la sección transversal radar.

La superficie muestra un acabado liso con remaches y juntas mecanizados con tolerancias estrictas. Los laterales planos se alinean con las colas inclinadas y las puertas de las bahías de armas y del tren de aterrizaje emplean bordes serrados optimizados para bandas de frecuencia entre C y Ku, solución coincidente con configuraciones aplicadas en aeronaves estadounidenses.

En el plano de la baja observabilidad, el J-20 prioriza la reducción de firma frontal. Fuentes estadounidenses han presentado modelados tridimensionales con una sección transversal radar equivalente a 0,027 m² en ese sector. El morro y la cabina guardan similitudes con el F-22, mientras que las tomas de aire recuerdan a las del F-35.

Los prototipos evolucionaron con tomas rediseñadas, morro y radomo modificados de acuerdo con rasgos de diseños estadounidenses, paneles dieléctricos bajo la cabina y un recubrimiento gris claro absorbente de ondas de radar.

La zona posterior, con toberas axisimétricas y aletas ventrales, no optimiza la baja observabilidad en todos los aspectos; el F-22 mantiene una observabilidad reducida en múltiples orientaciones. Los alerones canard del J-20 aportan maniobrabilidad y sustentación adicional, aunque incrementan la sección transversal radar cuando se desvían de la posición neutra.

El nuevo J-20S biplaza permite controlar drones y operar guerra electrónica
Chengdu-J-20

En simulaciones realizadas por organizaciones de investigación militar, como las de Taiwán en 2017, la baja observabilidad del J-20 favorece despliegues chinos de alrededor de 600 aeronaves ofensivas con un 62 por ciento de plataformas de cuarta generación. Dichos escenarios estiman que Estados Unidos necesitaría entre 13,8 y 29,9 alas de combate para lograr una victoria en siete días, cifra que supera la disponibilidad de bases en el teatro de operaciones.

Las unidades de serie del J-20 montan dos turbofán WS-10 de 13.200 kg de empuje por motor fabricados en China, con toberas de vectorización de empuje. Los planes del programa contemplaron la integración de motores WS-15 con 18 a 19 toneladas de empuje y capacidad de crucero supersónico sin postcombustión. Los prototipos iniciales incorporaron motores rusos AL-31F adquiridos por un valor aproximado de medio millardo de dólares.

La variante J-20S incorpora motores WS-15 con empuje estimado entre 19 y 20 toneladas por unidad, por encima de las 17,5 toneladas de los F119 del F-22. Este margen de empuje permite crucero supersónico a velocidades superiores y mejora la eficiencia de combustible, lo que amplía el alcance de patrulla y admite operaciones sobre Taiwán o Japón sin reabastecimiento en vuelo.

El diseño aerodinámico del J-20 muestra un coeficiente de aspecto de 2,2 frente a 2,36 del F-22. La combinación de alerones canard y vectorización de empuje compensa una relación empuje-peso inferior con mejoras en el rendimiento transónico y supersónico y en las maniobras a alta velocidad. El J-20 prioriza maniobras en régimen supersónico con apoyo de vectorización y canard, mientras que el F-22 resalta la agilidad subsónica mediante un fuselaje más corto y colas verticales de mayor altura.

Un F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de los EE. UU. asignado al Equipo de Demostración F-22 se presenta en la Casa Abierta y Exhibición Aérea Altus Airpower Stampede en la Base de la Fuerza Aérea de Altus, Oklahoma, el 12 de abril de 2025. (Crédito de la imagen: USAF/Aviador de 1ª clase Nathan Langston)
Un F-22 Raptor de la Fuerza Aérea de los EE. UU. asignado al Equipo de Demostración F-22 se presenta en la Casa Abierta y Exhibición Aérea Altus Airpower Stampede en la Base de la Fuerza Aérea de Altus, Oklahoma, el 12 de abril de 2025. (Crédito de la imagen: USAF/Aviador de 1ª clase Nathan Langston)

El sistema de sensores del J-20 integra un radar de barrido electrónico activo con mayor alcance de detección que el de aviones de cuarta generación. La aeronave incorpora además un sistema electro-óptico de puntería y múltiples tipos de sensores con fusión de datos para conciencia situacional multidimensional, con efectos en la identificación de objetivos.

El equipo de a bordo facilita conocimiento del teatro de operaciones y procesos de recolección y distribución de información. En la variante biplaza, el segundo tripulante gestiona el control de vehículos no tripulados y de enjambres, y coordina aviones, buques y misiles en funciones de gestión de batalla.

Evaluaciones de exoficiales de la Fuerza Aérea estadounidense describen la incorporación de tecnologías de baja observabilidad mediante geometrías y recubrimientos, aunque señalan salientes externos en las alas que incrementan la detectabilidad. China estudió capacidades estadounidenses, pero sus diseños carecen de experiencia de combate; el F-22 acumula décadas de operación.

El armamento interno preserva la baja observabilidad. La bahía principal presenta una longitud entre 4,5 y 4,7 metros, un ancho entre 2 y 2,2 metros y una profundidad entre 0,66 y 0,8 metros, con capacidad para al menos cuatro misiles aire-aire PL-15. Las bahías laterales alojan dos PL-10 de corto alcance.

J-20
J-20

En configuración no sigilosa, adaptadores externos bajo las alas admiten hasta cuatro misiles adicionales. La variante J-20S amplía la capacidad de ataque con seis puntos de anclaje internos y dos externos opcionales, con una capacidad interna de armas superior a la de cazas occidentales. Un sistema de gestión de ataques de automatización avanzada favorece la precisión.

En contextos de superioridad aérea, como simulaciones de 2017 en las islas Spratly a 940 kilómetros del territorio continental chino, la proximidad geográfica de las bases chinas permite tasas de salidas más altas desde instalaciones a 200-600 kilómetros. En consecuencia, los modelos de fuerza estiman que Estados Unidos necesita cientos de aeronaves adicionales para compensar esa densidad de salidas.

El mayor tamaño del J-20 se asocia con más combustible interno y más volumen para armas que en el F-22; el radio de combate superior incrementa la presión sobre bases estadounidenses en el Pacífico con menor dependencia del reabastecimiento frecuente.

La flota china incluyó prototipos como el “2011”, con primer vuelo en 2014, que incorporó mejoras en tomas de aire, bahías de equipo, puntas de aletas de cola y un sistema electro-óptico de puntería, con efectos en la reducción de observabilidad y en la fusión de sensores.

Una mirada al lado derecho del F-22A 01-4023 (Crédito de la imagen: Victoria Fontana)

En escenarios de penetración de defensas antiaéreas integradas, los modelos citados señalan una reducción de la accesibilidad de objetivos para aviones convencionales estadounidenses desde el 29 por ciento en 1996 hasta el 0 por ciento en 2017, mientras que las plataformas de quinta generación mantienen un 93 por ciento de accesibilidad.

El Ejército Popular de Liberación emplea el J-20 en funciones de superioridad aérea y ataque de largo alcance, con integración en operaciones conjuntas junto con defensas móviles y radares de alerta temprana.

Estados Unidos mantiene 187 F-22 distribuidos en diez escuadrones. La prioridad de misión es la superioridad aérea con misiles AIM-120 y empleo de armas planeadoras subsónicas para la supresión de defensas.

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