La Fuerza Aérea de Estados Unidos llevó a cabo un juego de guerra en otoño de 2020, en el que se analizó lo que ocurriría en caso de una invasión china de Taiwán, dentro de diez años. Según Defense News, la guerra simulada incluía “drones que actuaban como red de detección, un avanzado avión de combate de sexta generación capaz de penetrar en los entornos más disputados, aviones de carga que lanzaban palés de municiones guiadas y otras tecnologías novedosas aún no vistas en el campo de batalla moderno”.
El resultado del juego de guerra fue que “el ejército estadounidense pudo evitar una toma total de Taiwán al confinar a las fuerzas chinas en una sola zona”. El ejercicio, sin embargo, fue mejor por parte de Estados Unidos que otros ejercicios recientes, en 2018 y 2019, que implicaban una guerra con China.
La diferencia con el juego de guerra de 2020, sin embargo, fue que Estados Unidos tenía su concepto de Mando y Control Conjunto de Todos los Dominios en funcionamiento, lo que permite que diferentes sensores y tiradores se comuniquen entre sí y envíen datos. Otra advertencia importante es que el juego de guerra se realizó en un escenario futuro en el que Taiwán había aumentado el gasto en defensa por encima de sus niveles actuales.
“Intentamos diseñarnos de forma que fuéramos un objetivo difícil. Por ejemplo, nunca llenamos ningún aeródromo más del 50%, de modo que aunque se perdiera todo el aeródromo, no se perdería toda la flota”, dijo al sitio el teniente general Clint Hinote, jefe adjunto del Estado Mayor de la Fuerza Aérea para estrategia, integración y requisitos.
Entre los aviones utilizados en el juego de guerra se encontraban aviones del futuro como el Next Generation Air Dominance, el F-35 Joint Strike Fighter, fabricado por Lockheed Martin, el F-15EX de Boeing y un “caza táctico ligero no sigiloso para la defensa de la patria y de la base” no identificado. Los drones, por su parte, eran una parte importante del plan al otro lado del estrecho de Taiwán.
“Ni siquiera jugaríamos con la versión actual del F-35”, dijo Hinote al sitio. “No valdría la pena. … Cada caza que sale de la línea hoy es un caza que ni siquiera nos molestaríamos en poner en estos escenarios”.
Ninguna de las partes en el ejercicio utilizó armas nucleares. Pero, sin embargo, tanto el bando de Estados Unidos como el de China sufrieron “altos niveles de desgaste”. Las conclusiones del juego de guerra tienen el potencial de afectar a los presupuestos de defensa, a partir de este año.
Una guerra entre Estados Unidos y China, que tendría lugar en la década de 2030, fue también el tema de una novela, “2034: Una novela de la próxima guerra mundial”, que se publicó a principios de este año y cuyo autor es el almirante retirado James Stavridis y el novelista Elliot Ackerman. La página de ese libro en Amazon lo describe como “un thriller geopolítico escalofriantemente auténtico que imagina un enfrentamiento naval entre Estados Unidos y China en el Mar de la China Meridional en 2034, y el camino desde allí hasta una conflagración mundial de pesadilla”.