China probó en Shaanxi la plataforma Jiutian, con carga y bodega para más de cien drones, capaz de lanzar enjambres autónomos con efectos estratégicos regionales.
Atribución, ensayo en Shaanxi y capacidades observadas de Jiutian
Según medios chinos, la prueba se atribuye a una entidad cuyo nombre comercial termina en “Ltd”. El ensayo, efectuado en Shaanxi, presentó una plataforma con capacidad para lanzar y coordinar decenas de drones de menor tamaño, lo que reduce la eficacia de los sistemas antiaéreos de Estados Unidos y de sus aliados en el Indo-Pacífico. El conjunto ilustra un concepto de empleo que prioriza volumen, dispersión y control coordinado con autonomía.
Los medios oficiales confirmaron el vuelo, aunque la información técnica divulgada permanece limitada. Con base en inteligencia de fuentes abiertas y en la exhibición del sistema en el Salón Aéreo de Zhuhai 2024, varias estimaciones sitúan a Jiutian por encima de veinte toneladas de peso máximo al despegue y con una capacidad de carga útil de hasta seis mil kilogramos, cifras coherentes con su papel como lanzador remoto de múltiples sistemas no tripulados.
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— Restitutor Orientis 🇨🇭 (@restitutorII) December 14, 2025
Chine: La Chine a réussi le premier vol du drone géant Jiutian, un appareil conçu pour les missions à haute altitude et capable d’emporter et de déployer en vol des dizaines de drones plus petits. pic.twitter.com/mLYGhQwaLE
La aeronave dispone de ocho puntos externos para armamento diverso. Las opciones incluyen misiles aire-aire, misiles antibuque y bombas guiadas, de acuerdo con la configuración mostrada ante público especializado. Ese conjunto de pilones permite combinar misiones de escolta, disuasión y ataque de precisión contra distintos tipos de objetivos. Su diseño conserva margen para reconfiguraciones de carga, según perfiles de misión que requieren efectos cinéticos o la provisión de apoyo electrónico.
Además, una bodega interna acepta más de cien drones listos para el despliegue coordinado. En ese espacio pueden figurar municiones merodeadoras y UAV de impacto único, con operación autónoma contra objetivos terrestres y navales. El conjunto refuerza la función de Jiutian como vector de saturación y como relevo de plataformas tripuladas en fases de apertura, con efectos que buscan desgastar defensas, agotar interceptores y abrir ventanas temporales para ataques sucesivos.
Datos técnicos y capacidades clave estimadas de Jiutian
- Peso máximo al despegue por encima de veinte toneladas.
- Carga útil estimada de hasta seis mil kilogramos.
- Envergadura superior a treinta y cinco metros, con dos turbofán de alto bypass.
- Ocho puntos externos para misiles aire-aire, misiles antibuque y bombas guiadas.
- Bodega interna con espacio para más de cien drones y municiones merodeadoras.
Diseño, tamaño y empleo como plataforma para lanzamiento a distancia
La plataforma integra dos motores turbofán de alto bypass y una envergadura superior a treinta y cinco metros. Sus dimensiones resultan comparables a las de un avión comercial de pasillo único, con un volumen y una huella que superan a la de UAV convencionales de media altitud. Ese tamaño condiciona decisiones de diseño, de mantenimiento y de operación, e introduce restricciones para perfiles que requieren penetración profunda contra defensas modernas.
Ese volumen resta viabilidad a un perfil de baja detectabilidad, ya que una firma física mayor incrementa posibilidades de adquisición por sensores. Por esa razón, el diseño no asigna prioridad a la penetración en líneas frontales. La arquitectura se orienta a la persistencia lejos de áreas disputadas y a la provisión de alcance para cargas útiles de efecto múltiple, con menor exposición para tripulaciones y con tolerancia al desgaste de activos.
En lugar de buscar invisibilidad, Jiutian actúa como plataforma remota de lanzamiento. La aeronave opera fuera de zonas con disputa y libera paquetes de drones autónomos que ejecutan ataques de precisión y misiones de guerra electrónica a distancia. Esa función asigna al sistema el papel de multiplicador de fuerza, al crear efectos simultáneos contra múltiples nodos enemigos sin necesidad de exposición directa prolongada sobre entornos densos y complejos de defensa antiaérea.

El concepto final toma la masa de enjambres como eje, con mecanismos de mando distribuidos y enlaces que soportan coordinación a gran escala. Esa aproximación facilita salvas repetidas con poca antelación logística y admite reconfiguraciones de misión con rapidez, ya sea para señales de interferencia, reconocimiento puntual o ataques sobre blancos de oportunidad. La plataforma consolida así una cadena de efectos a distancia desde plataformas que conservan seguridad relativa operativa.
Enjambres autónomos, inteligencia distribuida y misiones habilitadas
El rasgo de mayor impacto se relaciona con el empleo en enjambre. Estas operaciones requieren decenas o cientos de drones que cooperan, comparten información y modifican su conducta en tiempo real mediante autonomía. A diferencia de UAV con control individual, la lógica distribuida asigna tareas, establece prioridades y preserva resiliencia frente a pérdidas, sin control humano directo sobre cada unidad, con decisiones locales alineadas con un objetivo común definido por reglas previas.
Este método incrementa la dificultad de intercepción para defensas en capas, ya que la masa y la variabilidad táctica producen incertidumbre de evaluación. En consecuencia, el sistema habilita misiones como supresión de defensas antiaéreas (SEAD), interferencia de comunicaciones y ataques de saturación contra sensores y nodos de mando. El efecto buscado rompe ciclos de observación y decisión, y degrada respuestas coordinadas en fases iniciales de un conflicto operativo de alta intensidad.
En términos operativos, Jiutian puede liberar enjambres con tareas de saturación de radares, degradación de defensas antimisiles o ataque contra centros de mando, con menor exposición de personal. El empleo a distancia favorece lanzamientos en masa desde posiciones seguras y reduce exigencias para corredores de penetración. Esa combinación asigna prioridad a efectos distribuidos y a la persistencia de salvas, con un coste por unidad más bajo que el de plataformas tripuladas.
Cuando la escala alcanza cientos de unidades, estos sistemas modifican el balance militar en zonas disputadas, porque sustituyen parte de los ataques tripulados por grandes cantidades de drones autónomos. El efecto resultante permite ejecutar misiones de forma repetida con tasas de disponibilidad elevadas y con tolerancia a pérdidas. Así, la capacidad para sostener presión táctica se convierte en un factor decisivo en campañas prolongadas con desgaste acumulado sobre recursos críticos.
Implicaciones operativas para Taiwán, Guam y aliados del Indo-Pacífico
Para Estados Unidos y sus socios del Indo-Pacífico, este avance implica una amenaza estratégica directa y de varios componentes. En un escenario de crisis en Taiwán, Jiutian podría desplegar enjambres de municiones merodeadoras a gran escala contra bases aéreas, emplazamientos de misiles y puertos en toda la isla. Ese planteamiento busca neutralizar capacidades críticas de salida y recepción, y disminuir márgenes de respuesta en las primeras horas de la operación regional.

Estas oleadas iniciales podrían superar defensas antiaéreas en capas. En consecuencia, aumentarían las probabilidades de incursiones posteriores con menor resistencia para plataformas tripuladas y no tripuladas. La combinación de saturación y desgaste permitiría abrir brechas temporales en la cobertura radar y en la arquitectura de mando y control local, con efectos que favorecen campañas aéreas y navales regionales de alcance mayor desde fases siguientes de la guerra y proyección operativa sostenida.
Instalaciones estadounidenses en Guam, Okinawa y Filipinas también podrían entrar en el radio operativo de municiones lanzadas desde Jiutian. Estas bases, relevantes para una respuesta regional rápida, podrían recibir ataques coordinados con el objetivo de degradar sistemas de alerta temprana, dañar redes de comunicación y destruir nodos logísticos. Incluso con defensas avanzadas como Aegis y THAAD, los sistemas tradicionales afrontan dificultades ante enjambres numerosos de drones de menor coste fuera de umbrales habituales de amenaza.
Además de Taiwán, Jiutian podría influir en el mar de China Meridional. Desde territorio chino o desde aeródromos avanzados, la plataforma podría apoyar operaciones de control del espacio aéreo en zonas disputadas mediante acciones coordinadas con drones contra aeronaves de vigilancia, patrulleros y grupos de portaaviones estadounidenses. El empleo en enjambre obliga a gestionar cientos de objetivos semiautónomos que se aproximan desde múltiples direcciones, un desafío para una doctrina naval centrada en blancos de alto valor.
Base industrial de doble uso e integración de tecnologías civiles
El programa Jiutian se apoya en una estructura industrial china de doble uso. Empresas civiles destacadas en el sector de drones, como DJI y Easy Fly Intelligent Technology, aportaron tecnologías que sirven como base para sistemas militares autónomos. Con respaldo estatal y acceso a inteligencia artificial y microelectrónica avanzadas, China desarrolló una capacidad industrial que facilita el despliegue rápido de plataformas no tripuladas con innovación civil y aplicaciones militares.
En paralelo, el Ejército Popular de Liberación presenta tensiones internas. Evaluaciones de inteligencia estadounidenses señalan que la corrupción afectó la fiabilidad de algunos sistemas, en especial dentro de las fuerzas estratégicas de misiles. Sin embargo, los sistemas no tripulados como Jiutian siguen una trayectoria distinta, debido a un modelo de innovación con mayor descentralización operativa y con menor dependencia de jerarquías tradicionales en fases de adopción y ajuste.
Jiutian permanece en fase de ensayos y requiere evaluaciones antes de la entrada en servicio. No obstante, si las prestaciones previstas se verifican, el sistema podría convertirse en un componente de la doctrina china. En ese caso, el planteamiento daría prioridad a plataformas no tripuladas prescindibles e interconectadas por encima de la supervivencia individual o de un perfil de baja detectabilidad extremo, en contraste con un enfoque estadounidense centrado en plataformas tripuladas de alto valor.
Para Washington y sus aliados, la implicación resulta directa. Los escenarios futuros no dependerán solo de sigilo, velocidad o alcance; también exigirán generar, coordinar y neutralizar sistemas autónomos a gran escala. Conforme China incrementa capacidades de guerra con drones, el reto para las democracias incluye acelerar innovación, desarrollar defensas eficaces contra enjambres y revisar la arquitectura de seguridad. Jiutian no constituye únicamente un nuevo dron chino, sino una señal de cambio con consecuencias estratégicas.
