China propone vender 24 cazas J-10CE a Colombia, fortaleciendo lazos y desafiando la influencia occidental en defensa.
China propone cazas J-10CE para modernizar la Fuerza Aeroespacial Colombiana
En una maniobra que redefine el panorama defensivo de América Latina, China ha presentado una oferta formal para vender hasta 24 cazas Chengdu J-10CE a Colombia, según informaciones publicadas el 16 de mayo de 2025. La propuesta, dirigida a la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC), busca reemplazar la obsoleta flota de aviones Kfir, de origen israelí, que ha operado por décadas. Esta oferta se enmarca en la reciente visita del presidente Gustavo Petro a Pekín, donde el presidente chino Xi Jinping planteó la venta con condiciones de financiación flexible y entregas rápidas, según fuentes de defensa. La iniciativa refleja el interés de China por consolidar su presencia en la región y contrarrestar la influencia de potencias occidentales en el mercado de armamento.
El J-10CE, conocido como “Dragón Vigoroso”, es un caza multipropósito de generación 4.5, equipado con radar de barrido electrónico activo (AESA), misiles de largo alcance PL-15E y capacidades avanzadas de guerra electrónica. Su desempeño en combate fue destacado en el reciente conflicto entre Pakistán e India, donde la Fuerza Aérea Paquistaní afirmó haber derribado aviones Rafale franceses con estos cazas, según reportes de South China Morning Post del 12 de mayo de 2025. Este éxito ha elevado el perfil del J-10CE como competidor frente a cazas occidentales como el F-16 o el Gripen, a un costo estimado de 50 millones de dólares por unidad, significativamente menor que sus equivalentes.
La oferta china incluye un paquete integral con entrenamiento, soporte logístico y transferencia tecnológica limitada, según Infodefensa. Esto responde a la necesidad urgente de Colombia de modernizar su capacidad aérea, limitada por los altos costos de mantenimiento de los Kfir, cuya vida útil está próxima a agotarse. La FAC opera actualmente 21 de estos aviones, adquiridos en los años 80, que enfrentan problemas de obsolescencia y disponibilidad operativa, según un informe de Jane’s Defence Weekly de 2024.
El contexto de la propuesta coincide con un giro en la política exterior colombiana bajo el gobierno de Petro, quien ha buscado diversificar socios estratégicos. La visita a China en mayo de 2025 incluyó discusiones sobre cooperación en infraestructura y comercio, pero la oferta de los J-10CE destaca como un movimiento geopolítico. Analistas citados por The Express Tribune el 10 de mayo de 2025 señalan que China utiliza a Pakistán como vitrina de su tecnología militar, y ahora busca replicar este modelo en América Latina, con Colombia como punto de entrada.
Desempeño del J-10CE y su impacto en el mercado global de defensa

El J-10CE ha ganado atención tras su uso por parte de Pakistán, único operador extranjero del caza hasta la fecha. Chinese state media reportó en 2022 la entrega de los primeros 20 de un pedido de 36 aviones a la Fuerza Aérea Paquistaní. Durante la guerra de mayo de 2025 en Kashmir, Pakistán afirmó que los J-10CE, armados con misiles PL-15E, derribaron al menos dos cazas indios, incluido un Rafale, según Reuters el 10 de mayo de 2025. Aunque India no confirmó las pérdidas, dos oficiales estadounidenses corroboraron el impacto de los cazas chinos, según la misma fuente. Este evento disparó las acciones de AVIC Chengdu Aircraft, fabricante del J-10CE, en un 40% en dos días, según Bloomberg.
El caza incorpora tecnologías avanzadas, como un motor WS-10 de fabricación china, que reemplazó al AL-31F ruso, y un sistema de control de vuelo digital. Su radar AESA permite detectar objetivos a más de 200 kilómetros, y los misiles PL-15E, con un alcance de 145 kilómetros, superan a muchos equivalentes occidentales, según The National Interest del 12 de mayo de 2025. Estas características posicionan al J-10CE como una opción atractiva para países en desarrollo que buscan capacidades avanzadas a bajo costo.
La oferta a Colombia incluye la posibilidad de financiar hasta el 70% del costo total, según estimaciones de Business Insider basadas en acuerdos previos de China con Pakistán. Esto contrasta con propuestas de competidores como Suecia, con el Gripen E, o Estados Unidos, con el F-16 Block 70, cuyos costos superan los 80 millones de dólares por unidad y requieren procesos de aprobación más largos debido a regulaciones de exportación.
El interés de China en Colombia también responde a la dinámica regional. Venezuela, aliada de Pekín, opera cazas rusos Su-30MK2, mientras que Chile y Perú dependen de flotas occidentales. La introducción del J-10CE en Colombia podría alterar el equilibrio de poder aéreo en América del Sur, según un análisis de Defence Security Asia del 11 de mayo de 2025.
Datos clave sobre el Chengdu J-10CE
- Generación: 4.5, comparable al F-16V y Rafale.
- Radar: AESA, con detección a más de 200 km.
- Armamento: Misiles PL-15E (145 km de alcance) y PL-10 para combate cercano.
- Costo: Aproximadamente 50 millones de dólares por unidad.
- Operadores: China y Pakistán (36 unidades pedidas).
- Producción: AVIC Chengdu Aircraft, con capacidad para 30 cazas al año.
Implicaciones estratégicas de la oferta china a Colombia

La propuesta de China llega en un momento de tensión en las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, tradicional proveedor de equipos militares. La FAC ha dependido históricamente de tecnología estadounidense e israelí, pero las restricciones presupuestarias y la lentitud en los procesos de adquisición han limitado la modernización. Un informe de The Guardian del 14 de mayo de 2025 destaca que China aprovecha estas brechas para posicionar sus productos, ofreciendo plazos de entrega de 18 a 24 meses, frente a los 36 meses promedio de competidores occidentales.
La oferta también tiene implicaciones para la OTAN y sus aliados, que monitorean de cerca la expansión de la tecnología militar china. Según The Japan Times del 13 de mayo de 2025, el desempeño del J-10CE en Kashmir ha generado preocupación en países como Taiwán y Corea del Sur, que enfrentan amenazas de China. La posible venta a Colombia podría servir como precedente para otros países latinoamericanos, como Argentina o Bolivia, que han mostrado interés en equipos chinos.
En el ámbito interno, la oferta ha generado debate en Colombia. Sectores militares y políticos expresan preocupación por la interoperabilidad con sistemas occidentales y la dependencia de repuestos chinos, según Jane’s Defence Weekly. Sin embargo, el bajo costo y las condiciones de financiación hacen que la propuesta sea atractiva, especialmente en un contexto de restricciones fiscales. La decisión final dependerá de evaluaciones técnicas y políticas, pero el movimiento de China ya ha alterado la dinámica del mercado de defensa en la región.
El interés chino en América Latina no es nuevo. China ha vendido drones y vehículos blindados a países como Bolivia y Ecuador, pero la venta de cazas supersónicos marcaría un hito. Según SIPRI, China representó el 5% de las exportaciones globales de armas entre 2019 y 2023, y busca aumentar esta cuota frente a Rusia y Estados Unidos. La oferta a Colombia es un paso estratégico en esa dirección.
Contexto global de la expansión militar china

La oferta del J-10CE a Colombia se inscribe en una estrategia más amplia de China para proyectar poder blando y duro en regiones tradicionalmente dominadas por Estados Unidos y Europa. El éxito del J-10CE en Pakistán ha validado su tecnología, y China ahora busca nuevos mercados. Países africanos como Nigeria y Sudán han adquirido aviones chinos, y América Latina representa una oportunidad debido a su creciente demanda de equipos modernos a bajo costo, según CNA del 15 de mayo de 2025.
La competencia con Occidente también se refleja en la innovación tecnológica. Mientras Estados Unidos desarrolla su caza de sexta generación F-47, China avanza con los prototipos J-36 y J-50, según South China Morning Post del 14 de mayo de 2025. El J-10CE, aunque de generación anterior, ofrece un equilibrio entre costo y capacidad que lo hace competitivo en mercados emergentes.
En conclusión, la oferta de China a Colombia no solo busca modernizar la FAC, sino también consolidar a Pekín como actor clave en la defensa global. La decisión de Colombia será vigilada de cerca por aliados y competidores, en un momento en que la geopolítica redefine las alianzas en América Latina.