El Ejército de Estados Unidos otorga a Lockheed Martin un contrato multimillonario para producir más misiles Hellfire, potenciando así su arsenal ante la creciente tensión con China y Rusia. Conozcamos más sobre este arma icónica y su impacto en conflictos globales.
El origen del Hellfire
El misil AGM-114 Hellfire es el arma predilecta del ejército estadounidense para eliminar objetivos de alto valor, como el general Qassem Soleimani o el líder de Al Qaeda Ayman al-Zawahiri.
Su concepción se remonta a la Guerra Fría, cuando el Pentágono buscaba un misil antitanque lanzado desde helicóptero capaz de enfrentar al ejército soviético. En 1986, el Hellfire entró en servicio militar, obteniendo su nombre de las siglas HELFIRE, que significa “HELiborne Laser FIRE and Forget Missile”.
Originalmente diseñado para helicópteros AH-64 Apache, el Hellfire se ha adaptado para su uso en aeronaves de ala fija, drones, vehículos terrestres y marítimos y emplazamientos fijos. Además, su alcance se ha expandido para atacar radares, búnkeres, pequeñas construcciones y sistemas de comunicación.
Variantes del Hellfire
La familia de misiles Hellfire incluye el Hellfire II, el Longbow Hellfire y otros subconjuntos. Una de las variantes más conocidas es el R9X, apodado “misil Ninja”. A diferencia del Hellfire tradicional, que mata mediante fuerza explosiva y metralla, el Ninja es capaz de abatir objetivos precisos sin dañar a personas cercanas al blanco.
El R9X cobró notoriedad en 2019, cuando fue usado dos veces en menos de una semana para eliminar a terroristas en Siria sin afectar a transeúntes cercanos.
El Hellfire en combate
Los misiles Hellfire han sido empleados en diversas operaciones militares de Estados Unidos, como la Operación Tormenta del Desierto, la Operación Libertad Duradera y la Operación Libertad Iraquí, además de asesinatos selectivos en la Guerra contra el Terror.
También han sido utilizados por fuerzas ucranianas contra objetivos rusos. Suecia envió a Ucrania su sistema de misiles de defensa costera RBS-12, derivado del Hellfire, mientras Noruega donó 160 misiles Hellfire, plataformas de lanzamiento y unidades de guiado. Es probable que más sistemas Hellfire entren en acción en Ucrania próximamente.
El Hellfire: arma esencial en el arsenal estadounidense
El contrato de 439 millones de dólares entre el Ejército de Estados Unidos y Lockheed Martin para la producción de misiles Hellfire evidencia la importancia de este arma en el poderío militar estadounidense.
Su versatilidad y capacidad para abatir objetivos de alto valor sin dañar a civiles cercanos hacen del Hellfire una herramienta esencial en conflictos actuales y futuros. La evolución y adaptación de este misil a lo largo de los años demuestra su relevancia en el cambiante escenario de la guerra moderna, consolidando su posición como un arma clave en el arsenal de Estados Unidos.