China ha llevado a cabo con éxito la séptima prueba pública de misiles antibalísticos terrestres de curso medio desde 2010, mostrando dominio en tecnologías relacionadas y reforzando su capacidad de disuasión frente a amenazas nucleares.
China y sus avances en misiles
El pasado viernes, China realizó una prueba terrestre de interceptación de misiles antibalísticos (ABM) a medio curso dentro de sus fronteras, logrando alcanzar los objetivos previstos. Hasta la fecha, China ha realizado seis pruebas similares en 2010, 2013, 2014, 2018, 2021 y 2022. El Ministerio de Defensa Nacional de China declaró que la prueba tiene carácter defensivo y no está dirigida contra ningún país específico.
La interceptación en curso medio suele enfocarse en misiles balísticos de alcance intermedio o intercontinental, que podrían estar equipados con ojivas nucleares. La fase intermedia se refiere al momento en que un misil atraviesa el exterior de la atmósfera tras ser impulsado por un cohete propulsor en la fase inicial.
Desafíos técnicos de la interceptación
Aunque la interceptación ABM a mitad de trayectoria es técnicamente difícil debido a la gran velocidad y altitud del misil, es la opción más viable en comparación con la interceptación en la fase inicial en territorio hostil. Interceptación en la fase terminal, cuando el misil se sumerge hacia su objetivo, resulta demasiado arriesgado, especialmente en un ataque de saturación con varios misiles.
Las pruebas exitosas de ABM demuestran que China domina de forma creíble las tecnologías relacionadas y puede defenderse en caso de un primer ataque.
Política nuclear de China
China sigue una política de no ser el primero en utilizar armas nucleares. Por lo tanto, es fundamental que el país pueda interceptar armas nucleares hostiles en la medida de lo posible y resistir los primeros ataques para poder llevar a cabo contraataques.
Disuasión frente a amenazas nucleares
La combinación de los sistemas ABM de China, sus instalaciones subterráneas de defensa nuclear y su arsenal nuclear en constante modernización, conforman una disuasión creíble contra las amenazas nucleares en medio de la actual inestabilidad de la situación de seguridad mundial.
En resumen
China ha realizado con éxito una nueva prueba de misiles antibalísticos terrestres de curso medio, demostrando su dominio en tecnologías relacionadas y fortaleciendo su capacidad de disuasión ante amenazas nucleares.
La nación asiática se compromete a no ser el primero en utilizar armas nucleares y continúa desarrollando sistemas de defensa para protegerse en un contexto global de inseguridad.