Pyongyang calificó como provocación el ejercicio conjunto entre EE. UU. y Corea del Sur que incluyó bombarderos B-1B sobre la península.
Advertencia norcoreana eleva la tensión tras maniobra aérea
Corea del Norte lanzó el jueves una advertencia de represalias en respuesta al sobrevuelo de bombarderos estratégicos B-1B Lancer estadounidenses sobre la península coreana, realizado el 15 de abril como parte de un ejercicio militar conjunto con Corea del Sur. Según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA), un portavoz anónimo del Ministerio de Defensa calificó la maniobra como “una amenaza abierta contra la seguridad de nuestro Estado” y una “grave provocación”.
El despliegue involucró dos B-1B procedentes de la base aérea de Andersen, en Guam, escoltados por cazas F-16 y F-35B estadounidenses, así como F-35A y F-15K surcoreanos. El Ministerio de Defensa surcoreano declaró que el ejercicio buscó demostrar la capacidad de disuasión conjunta ante la amenaza nuclear y misilística de Pyongyang.
Desde 2007, los B-1B no están equipados para portar armas nucleares, pero su capacidad de transportar hasta 75,000 libras de armamento convencional mantiene su rol como símbolo de poder militar. La presencia de estos bombarderos ha sido interpretada por el régimen norcoreano como una provocación directa.
En su comunicado, Pyongyang sostuvo que las acciones de Estados Unidos “perjudicarán sin duda la seguridad” del país y aseguró que sus fuerzas armadas están listas para actuar ante cualquier intento de desestabilización. Ejercicios similares en el pasado han generado respuestas con lanzamientos de misiles balísticos.
Alianza militar y entrenamiento aéreo entre Seúl y Washington
La relación de defensa entre Estados Unidos y Corea del Sur se mantiene desde 1953, con la presencia de aproximadamente 28,500 tropas estadounidenses en territorio surcoreano bajo un tratado de defensa mutua. Ambos países insisten en que sus ejercicios son defensivos y buscan mantener la preparación militar.
El ejercicio del 15 de abril incluyó prácticas de contraataque aéreo ofensivo y defensivo, según el Séptimo Comando de la Fuerza Aérea de EE. UU. en la base de Osan. Estas actividades perfeccionan tácticas y procedimientos conjuntos.
Datos clave sobre maniobras militares y tensiones regionales
- 15 de abril: Se realizó el sobrevuelo de los bombarderos B-1B sobre la península coreana.
- 28,500 soldados estadounidenses permanecen desplegados en Corea del Sur.
- 90 aeronaves participan en el ejercicio bianual surcoreano “Freedom Flag”.
- 6 pruebas nucleares ha realizado Corea del Norte desde 2006.
- 10,000 soldados norcoreanos habrían sido enviados a Rusia, según informes de inteligencia.
El teniente general David Iverson, comandante de la Séptima Fuerza Aérea, explicó que estos ejercicios mejoran la interoperabilidad y consolidan la postura de defensa combinada entre ambos países aliados.
Las autoridades norcoreanas ven estas maniobras como simulacros de invasión. La movilización de activos estratégicos estadounidenses como bombarderos, portaaviones y submarinos nucleares ha generado reacciones duras de Pyongyang.
Tras su primera prueba nuclear en 2006, Corea del Norte ha avanzado en el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales. En octubre de 2024, presentó el Hwasong-19, que describió como su misil más poderoso, aunque enfrenta dificultades técnicas como la reentrada atmosférica.
Vínculos con Rusia y escalada militar en la región
Desde 2022, el acercamiento de Corea del Norte a Rusia ha reforzado su posicionamiento militar. Informes indican que Pyongyang ha proporcionado municiones y soldados para la guerra en Ucrania a cambio de posible transferencia tecnológica.
Según evaluaciones de inteligencia, Rusia podría estar entregando tecnología avanzada a Pyongyang, lo que aceleraría su programa de misiles y armamento nuclear. Esta cooperación ha causado preocupación en Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.
En respuesta, estos tres países intensificaron sus ejercicios militares trilaterales y revisaron sus estrategias de disuasión. También coordinaron sanciones y formaron en 2024 un equipo multinacional para supervisar las medidas de la ONU contra Corea del Norte.
En noviembre de 2024, Corea del Norte respondió a un ejercicio trilateral con el lanzamiento de misiles balísticos de corto alcance. Según inteligencia surcoreana, el régimen estaría listo para una séptima prueba nuclear en cualquier momento.
Discurso de Trump y tensiones simbólicas en Corea del Norte
El 31 de marzo, Donald Trump elogió su relación con Kim Jong Un y calificó a Corea del Norte como “una gran nación nuclear”. Afirmó que mantienen comunicación, aunque no se conocen negociaciones públicas activas.
Durante su primer mandato, Trump se reunió con Kim en tres ocasiones sin resultados concretos sobre la desnuclearización. Las declaraciones actuales contrastan con la postura norcoreana, que rechaza renunciar a su arsenal.
Kim Yo Jong, hermana del líder norcoreano, criticó las presiones internacionales por el desarme. Reafirmó que Corea del Norte nunca abandonará su capacidad nuclear por considerarla vital para su supervivencia.
El ejercicio del 15 de abril coincidió con el “Día del Sol”, aniversario del nacimiento de Kim Il Sung. La coincidencia con esta celebración nacional podría haber intensificado la reacción de Pyongyang frente al sobrevuelo estadounidense.
Presencia militar estadounidense y percepción norcoreana
La reciente visita del portaaviones USS Carl Vinson a Busan en marzo de 2025 fue criticada por Kim Yo Jong como una acción de confrontación. Pyongyang argumentó que estas maniobras justifican su disuasivo nuclear.
Corea del Norte ha reforzado su capacidad militar en un contexto de aislamiento diplomático y cooperación creciente con Moscú. La presencia de activos estratégicos de EE. UU. en la región es percibida como una amenaza directa.
Las autoridades estadounidenses, surcoreanas y japonesas aumentaron su vigilancia sobre las actividades militares norcoreanas y coordinan nuevas sanciones para limitar su avance nuclear.
La formación del equipo multinacional en 2024 para monitorear las sanciones de la ONU busca frenar el acceso de Corea del Norte a tecnologías militares sensibles, en medio de una de las tensiones más elevadas en la región en décadas.