El sector de defensa de Corea del Norte ha puesto en marcha una nueva planta destinada a la producción de misiles balísticos tácticos. La instalación opera con líneas de ensamblaje automatizadas capaces de preparar materiales, ejecutar procesos de precisión y ensamblar componentes sin intervención manual.
Los medios estatales destacaron que esta modernización permitirá aumentar el ritmo de producción y, al mismo tiempo, elevar la calidad del armamento, con lo que se espera obtener misiles más precisos y con una vida útil más prolongada. Durante la presentación de la fábrica se exhibieron misiles de corto alcance KN-24, aunque no quedó claro si también se producirán otras variantes.
A pesar de los avances en maquinaria de control numérico por computadora, las imágenes disponibles sugieren que Corea del Norte utiliza equipos de origen chino en sus líneas de producción, lo que podría mejorar la calidad de los sistemas fabricados.
La ampliación de la capacidad de producción de misiles en Corea del Norte tiene repercusiones directas tanto en la seguridad del propio país como en la dinámica militar de Rusia y de sus adversarios occidentales. Las fuerzas armadas rusas dependen en gran medida de importaciones procedentes de Pyongyang, que incluyen proyectiles de artillería, misiles antitanque y sistemas balísticos tácticos.
El primer uso de misiles norcoreanos en Ucrania se confirmó en enero de 2024. El KN-24, considerado uno de los misiles más económicos y compactos de la industria norcoreana, fue descrito en un informe del Congreso de Estados Unidos como un sistema con alta maniobrabilidad y precisión en vuelo. Con un alcance estimado de 400 kilómetros y una carga útil de 500 kilogramos, es más pequeño y menos costoso que el misil ruso 9K720, aunque ofrece prestaciones similares en cuanto a poder destructivo.
La entrega masiva de este armamento ya estaba consolidada en Corea del Norte antes de su cooperación más estrecha con Rusia. El 4 de agosto de 2024, el Ejército Popular de Corea recibió mil misiles KN-24 destinados a las unidades desplegadas en la zona desmilitarizada intercoreana, lo que convirtió a este modelo en uno de los misiles balísticos más numerosos a escala global.
Las adquisiciones realizadas por Moscú pueden modificar de manera sustancial el equilibrio en el frente ucraniano, dado que el KN-24 supera ampliamente al misil OTR-21 en alcance y capacidad operativa, además de ser considerablemente más económico que el 9K720 utilizado en los sistemas Iskander-M.
De forma paralela, la industria rusa incrementó la producción de estos últimos a partir de 2023, lo que permitió mantener un uso más intensivo de sistemas de alta precisión en sus operaciones militares.