La Administración del Programa de Adquisiciones para la Defensa (DAPA) de Corea del Sur ha confirmado su plan de adquirir un segundo lote de 20 cazas furtivos F-35A, marcando un hito crucial en la estrategia de modernización y fortalecimiento militar del país. La validación de esta importante decisión tuvo lugar el pasado 27 de diciembre de 2023, tras recibir la luz verde del gobierno estadounidense en septiembre de ese mismo año para la compra de estos avanzados aviones fabricados por Lockheed Martin.
Esta adquisición se alinea perfectamente con la actual búsqueda de poderío militar de Corea del Sur, un aspecto fundamental de su estrategia de seguridad nacional. La integración programada de estos F-35A en las Fuerzas Aéreas de la República de Corea (ROKAF) está prevista para el año 2027, lo que complementará el escuadrón existente de 39 F-35A y reforzará significativamente la supremacía aérea de las ROKAF. La DAPA ha destacado con orgullo que los F-35A recién adquiridos superarán a sus predecesores en términos de rendimiento de armas y características de seguridad, lo que sirve como un firme testimonio del compromiso de Corea del Sur para mejorar sus capacidades defensivas.
En el contexto de la estrategia de defensa de tres ejes de Corea del Sur, que incluye el sistema de Castigo y Represalia Masivos de Corea (KMPR), el sistema de ataque preventivo Kill Chain y el escudo antimisiles de Defensa Aérea y Antimisiles de Corea (KAMD), se espera que la incorporación de estos cazas de última generación tenga un impacto significativo en el equilibrio de poder en la península coreana. Esto se vuelve especialmente crucial en respuesta a las persistentes amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte.
El primer lote de F-35A, entregado entre 2019 y 2022, ya ha mejorado considerablemente las capacidades de defensa de Corea del Sur. El F-35A se ha convertido en una pieza clave en la configuración del sistema coreano de tres ejes, marcando un cambio de juego en términos de capacidad defensiva. El próximo lote de adquisición promete aún más mejoras en el rendimiento, incluyendo una respuesta más refinada a las amenazas, funcionalidades de encriptación y seguridad de primer nivel, así como capacidades extendidas de operaciones armadas.
La consideración de Corea del Sur para adquirir el F-35 se remonta a 2009, cuando se evaluaron varios competidores para su programa de cazas F-X Fase III. La firma del contrato para los 40 aviones se programó para septiembre después de una revisión en enero de 2014 por parte de la Administración del Programa de Adquisiciones de Defensa. Se espera que el costo unitario recurrente (URF) de un F-35A, que incluye la aeronave, la aviónica, los sistemas de misión, el motor, el apoyo logístico y un simulador de vuelo, oscile entre 80 y 85 millones de dólares una vez iniciada la producción a gran escala. Sin embargo, debido al acuerdo de Ventas Militares al Extranjero (FMS) y a las cuestiones presupuestarias, es probable que esta previsión de costos aumente.
La selección formal de Corea del Sur para la compra del F-35 se completó el 24 de septiembre de 2014. Corea del Sur se convirtió en el tercer país cliente del programa FMS en adquirir el F-35A, siguiendo los pasos de Israel y Japón. Además, se han contemplado posibles operaciones de aviones F-35B desde buques de asalto anfibio de clase Dokdo operados por la Armada coreana, lo que demuestra la versatilidad y potencial de estos avanzados cazas.
El primer F-35A se entregó en Fort Worth, Texas, el 28 de marzo de 2018, y las tripulaciones surcoreanas comenzarán su entrenamiento con estos aviones en la base aérea Luke. La llegada de los primeros F-35 a Corea del Sur tuvo lugar en marzo de 2019, cuando se entregaron dos F-35A en una base de Cheongju. A día de hoy, 13 F-35A del Ala de Caza 17 se han declarado operativos en la Fuerza Aérea de la República de Corea (ROKAF), consolidando aún más la capacidad defensiva del país.