Polonia elevó al máximo la alerta de baterías Patriot en Rzeszów-Jasionka el 28 de noviembre tras detectar cuatro MiG-31 con capacidad Kinzhal sobre el Báltico.
Ruta de los MiG-31 y respuesta Patriot alrededor de Rzeszów y el Báltico
Polonia elevó al máximo la alerta de sus defensas Patriot en el aeropuerto de Rzeszów-Jasionka el 28 de noviembre, después de que cuatro MiG-31, descritos como portadores de misiles Kh-47M2 Kinzhal, volaran hacia el oeste sobre el mar Báltico sin salir del espacio aéreo ruso y dieran la vuelta para regresar a su base. Medios europeos citaron fuentes militares aliadas para confirmar la trayectoria y la decisión de aumentar la preparación defensiva.
Los cuatro interceptores despegaron en la mañana del 28 de noviembre y siguieron un corredor aéreo sobre aguas internacionales del Báltico en dirección a fronteras de la OTAN, siempre dentro de límites controlados por Rusia. Sistemas aliados de vigilancia y mando siguieron la formación durante todo el trayecto y notificaron a las autoridades polacas que los aparatos estaban configurados para portar Kinzhal, capacidad usada reiteradamente por la Fuerza Aeroespacial rusa en la guerra contra Ucrania.
El mando de defensa antiaérea polaco ordenó elevar el nivel de preparación de dos sistemas Patriot situados en el entorno de Rzeszów-Jasionka hasta el grado de máximo alistamiento. La medida implicó la activación de radares, puestos de mando y lanzadores, con tripulaciones listas para abrir fuego si se daban condiciones legales y operativas para una intercepción, mientras mantenían la coordinación con los centros de la OTAN responsables de vigilar el espacio aéreo en el flanco oriental.

Fuentes de la Alianza señalaron que, tras alcanzar un punto del Báltico, los MiG-31 viraron hacia el este y regresaron a territorio ruso, siempre sin entrar en espacio aéreo de Polonia ni de otros Estados miembros. La desactivación gradual de la alerta en Rzeszów se produjo después de confirmarse, mediante seguimiento por radar y medios de inteligencia aliados, que la formación se alejaba de las proximidades de la frontera polaca.
Datos clave del episodio y de la respuesta defensiva
- Fecha y lugar: 28 de noviembre; entorno del aeropuerto de Rzeszów-Jasionka.
- Aeronaves detectadas: cuatro MiG-31 con configuración para portar Kh-47M2 Kinzhal.
- Medida polaca: dos sistemas Patriot en máximo alistamiento con radares, puestos de mando y lanzadores activados.
- Trayectoria: ruta sobre aguas internacionales del Báltico; sin incursión en espacios aéreos de la OTAN.
Rzeszów-Jasionka, nodo logístico clave y defensas aliadas en 2025
El aeropuerto de Rzeszów-Jasionka, a menos de 100 kilómetros de Ucrania, se convirtió desde 2022 en el principal punto de tránsito para el envío de armas, municiones y ayuda militar occidental al ejército ucraniano. Autoridades polacas y aliadas señalaron que entre el 90 % y el 95 % del material bélico y de apoyo pasa por este nodo logístico, con instalaciones civiles y militares, plataformas de carga y conexiones por carretera y ferrocarril.
Además de gestionar la entrada de convoyes con material bélico, Rzeszów-Jasionka sirve de escala para vuelos de transporte de heridos ucranianos y funge como punto de llegada y salida de la mayoría de delegaciones de alto nivel que viajan a Kiev, al no operar vuelos diplomáticos directos hacia territorio ucraniano. Para apoyar dichas funciones, la OTAN reforzó progresivamente la seguridad del enclave mediante presencia rotatoria de contingentes aliados y sistemas de defensa antiaérea de distintas procedencias.

A comienzos de 2025, el ministro de Defensa, alemán, Boris Pistorius, confirmó el envío a Rzeszów de dos baterías Patriot y unos doscientos militares alemanes para proteger el centro logístico y el corredor aéreo hacia Ucrania, en sustitución de un dispositivo anterior situado en otra zona de Polonia. En la misma área operan efectivos noruegos con un sistema NASAMS y cuatro cazas F-35, destinados a reforzar defensa de punto y vigilancia del espacio aéreo cercano.
A estos medios se sumará, entre diciembre de 2025 y junio de 2026, un contingente de trescientos militares neerlandeses con dos sistemas Patriot, cuya misión consistirá en contribuir a la protección del centro de ayuda militar a Ucrania en territorio polaco. El ministro de Defensa, de Polonia anunció este despliegue tras un incidente con un dron ruso caído en el este del país, y el Gobierno neerlandés precisó permanencia de seis meses en la red aliada.
Capacidades del MiG-31K, del misil Kinzhal y respuesta Patriot aliada
El MiG-31, desarrollado en la Unión Soviética a partir del MiG-25, está diseñado para operar a alta velocidad y altitud con capacidad para interceptar objetivos a grandes distancias. En su versión MiG-31K, el aparato se adaptó para portar en el punto central del fuselaje un único Kinzhal, lo que lo transformó en vector de ataque contra objetivos terrestres de alto valor. Rusia la empleó contra infraestructuras críticas en Ucrania.
El Kh-47M2 Kinzhal es un misil balístico lanzado desde el aire, de combustible sólido, capaz de portar una ojiva convencional de alto explosivo o una carga nuclear. Evaluaciones de organismos especializados, como el CSIS y el Centro de Doctrina del Ejército de Tierra de Estados Unidos, asignan al sistema un alcance superior a 2.000 kilómetros desde un MiG-31K y una velocidad cercana a Mach 10, con capacidad de maniobra durante el vuelo para complicar su interceptación.
El misil sigue una trayectoria cuasi balística con fases de guiado inercial y posibles actualizaciones en ruta, lo que permite ataques contra objetivos fijos y determinados tipos de objetivos móviles. Fuentes ucranianas y de Estados Unidos sitúan el coste unitario en varios millones de dólares por misil y señalan que, hasta finales de 2025, Rusia lo utilizó varias decenas de veces contra depósitos de munición, infraestructuras energéticas y puestos de mando en Ucrania.

En paralelo, la experiencia ucraniana mostró que el Patriot, en combinación con otros sensores, logró interceptar Kinzhal. La Fuerza Aérea de Ucrania y el Pentágono confirmaron que, a partir de mayo de 2023, baterías Patriot protegieron Kiev frente a ataques con este tipo de misil, con múltiples intercepciones verificadas y una tasa de éxito elevada. Un oficial ucraniano declaró en 2024 que todos los Kinzhal dirigidos contra la ciudad fueron derribados en esa zona de responsabilidad.
Incidentes con drones y violaciones del espacio aéreo en 2025 en Polonia
El 9 y 10 de septiembre, una oleada de diecinueve drones rusos violó el espacio aéreo polaco en el marco de un ataque masivo contra el oeste de Ucrania, lo que obligó a cerrar temporalmente varios aeropuertos, provocó daños en edificios civiles y llevó al Gobierno polaco a solicitar consultas bajo el Artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte. El episodio reforzó la percepción de riesgo sobre infraestructuras críticas y rutas cercanas al corredor de suministros.
En ese mismo periodo, medios alemanes informaron que varios drones derribados por la defensa polaca tenían como trayectoria prevista el aeropuerto de Rzeszów-Jasionka, lo que reforzó la percepción de vulnerabilidad del centro logístico. Posteriormente, investigaciones periodísticas y análisis de institutos de seguridad confirmaron que, en varias ocasiones, objetos aéreos no tripulados procedentes de ataques rusos en Ucrania cruzaron el espacio aéreo polaco o se aproximaron a infraestructuras críticas del país, entre ellas el corredor de suministros.
Los Estados bálticos denunciaron incidentes con aeronaves rusas en 2025. Estonia informó en septiembre de la entrada en su espacio aéreo de tres MiG-31 sobre el golfo de Finlandia, hecho que llevó a Tallin a plantear consultas en la OTAN y a reforzar sus sistemas de vigilancia y defensa. Esas incursiones se sumaron a episodios de vuelos rusos con transpondedores apagados o sin planes de vuelo notificados sobre el Báltico, que obligaron a despegar cazas aliados.

Rzeszów-Jasionka se vio afectado por estas tensiones. El mando aliado tuvo que coordinar la gestión del espacio aéreo civil y militar en el sureste de Polonia, con suspensiones de operaciones o ajustes de rutas para minimizar riesgos derivados de la proximidad de trayectorias de misiles y drones rusos lanzados contra Ucrania. Esa coordinación involucra a las autoridades polacas de aviación civil, al mando aéreo aliado y a contingentes nacionales con Patriot, NASAMS y otros medios.
Mando aliado de ayuda, ajustes de presencia y respuesta automatizada
En 2024 la OTAN asumió la coordinación formal de la ayuda militar a Ucrania mediante una nueva estructura, con personal repartido entre Alemania, Polonia, Rumanía y Bruselas. Al mismo tiempo, Estados Unidos comenzó a reducir gradualmente su contingente en Jasionka y a transferir responsabilidades a socios europeos, mientras mantenía una presencia limitada en Polonia. Estos cambios se vincularon al papel de Rzeszów-Jasionka como nodo estratégico en la red de apoyo militar a Ucrania.
En este escenario, la combinación de plataformas rusas con alcance superior a 2.000 kilómetros y velocidades cerca del espacio aéreo aliado, junto con un centro logístico por el que transita la mayoría de suministros militares a Ucrania, llevó a Polonia y a sus socios a establecer procedimientos automáticos de alerta. Esos procedimientos contemplan el paso a máxima disponibilidad de las baterías Patriot de Rzeszów-Jasionka cuando se detectan vectores armados con Kinzhal en rutas en el Báltico.

El despliegue neerlandés anunciado para finales de 2025 se inscribe en este esquema. Su Gobierno comunicó que dos baterías Patriot y aproximadamente trescientos militares permanecerán en Polonia del 1 de diciembre de 2025 al 1 de junio de 2026 para apoyar la protección del corredor logístico hacia Ucrania en territorio polaco por seis meses. La misión se integrará en la red de defensa antiaérea aliada ya establecida en torno a Rzeszów-Jasionka.
El ministro de Defensa, de Polonia anunció públicamente este despliegue tras un incidente con un dron de fabricación rusa caído en el este del país. El Gobierno neerlandés precisó que los sistemas permanecerán en suelo polaco durante seis meses, integrados en la red aliada. La decisión añadió redundancia a la cobertura del corredor aéreo y al entorno de Rzeszów-Jasionka, núcleo del traslado de armas y apoyo militar con destino a Ucrania.
