Recientes revelaciones auditivas desvelan una situación de emergencia protagonizada por el Cuerpo de Marines, tras la desaparición de uno de sus F-35 en Carolina del Sur, ocurrida en septiembre pasado.
En el incidente del 17 de septiembre de 2023, el F-35 enfrentó un problema en el aire, descrito por los oficiales de la Infantería de Marina como un “percance”, sobre la región de Lowcountry.
El piloto, afortunadamente, sobrevivió al eyectarse y descender en paracaídas en un vecindario de North Charleston. Sin embargo, el F-35 continuó su trayectoria hasta desaparecer de la vista, lo que impulsó a las autoridades a emprender una búsqueda.
“Podría haber un avión caído en el condado de Williamsburg hoy”, comunicó un oficial de la Estación Aérea del Cuerpo de Marines de Beaufort al operador del 911 en Williamsburg.
Al ser cuestionado por el operador, el oficial confirmó la posibilidad y agregó que aún no habían localizado el avión.
Búsqueda aérea y confusión en tierra

Dichas comunicaciones, reveladas por ABC News a través de la Ley de Libertad de Información de Carolina del Sur, ilustran la incertidumbre del día del accidente, incluyendo las coordenadas aproximadas del posible sitio de caída del avión.
Hasta ese momento, se desconocía si el transpondedor del F-35 estaba operativo durante el incidente.
Los audios revelan que se movilizó un equipo médico, inicialmente bajo la creencia de que había un ocupante a bordo. Esta alerta se canceló una vez confirmada la seguridad del piloto, aunque el paradero del avión seguía siendo un misterio.
Las grabaciones adicionales del condado de Williamsburg muestran la confusión sobre la ubicación de los restos del avión, dada la limitada información disponible.
“Si son militares y tienen un helicóptero, los encontrarán antes que nosotros”, comentó un funcionario, aludiendo a los recursos superiores del ejército.
Impacto y conmoción en la comunidad local
En el condado de Charleston, una grabación previa del 911 reveló la sorpresa de un residente al encontrar al piloto del F-35 en su jardín, incluso pasándole el teléfono para explicar la situación.
Posteriormente, se proporcionaron coordenadas actualizadas a los equipos de emergencia en Williamsburg. Al día siguiente, se halló un campo de escombros del F-35 en una zona rural, a 75 millas de donde aterrizó el piloto.
La causa del incidente, que resultó en pérdidas de aproximadamente 100 millones de dólares, sigue siendo un enigma.
El Cuerpo de Marines, en septiembre, anunció que la 2ª Ala Aérea de Marines lideraría la investigación, previendo que se extendería por varios meses.
El F-35 en Carolina del Sur experimentó un “percance” en el aire, como lo describieron los oficiales de la Infantería de Marina. Este incidente llevó al piloto a eyectarse, mientras el avión continuaba su trayectoria hasta desaparecer de la vista, desencadenando una búsqueda exhaustiva por parte de las autoridades.
Durante la emergencia, el piloto del F-35 logró eyectarse y aterrizó con éxito en paracaídas en un vecindario de North Charleston. Esta acción rápida y decisiva aseguró su supervivencia a pesar de la gravedad del incidente.
Tras el accidente del F-35, se movilizó un equipo médico bajo la creencia de que todavía había un ocupante a bordo. Esta alerta se canceló una vez que se confirmó la seguridad del piloto, pero el paradero del avión seguía siendo desconocido.
Los restos del F-35 accidentado fueron descubiertos al día siguiente del incidente, en un campo de escombros situado en una zona rural, a 75 millas de donde el piloto había aterrizado. Esta ubicación fue determinada mediante coordenadas actualizadas proporcionadas a los equipos de emergencia.
La pérdida del F-35 en el incidente resultó en costos estimados de aproximadamente 100 millones de dólares. Este accidente representa una significativa pérdida financiera y material para el Cuerpo de Marines y la defensa aérea.