Los hutíes casi derriban un F-35 y F-16 estadounidenses con defensas móviles e infrarrojas, complicando operaciones aéreas en Yemen.
Incidentes recientes exponen vulnerabilidades del F-35 en Yemen
En la primavera de 2025, las defensas aéreas de los hutíes en Yemen pusieron en riesgo un caza F-35 estadounidense y, según informes, varios F-16 Viper durante la Operación Rough Rider, una campaña ampliada de ataques aéreos lanzada en marzo. Aunque los detalles son escasos, los terroristas yemeníes estuvieron cerca de derribar estas aeronaves avanzadas, un hecho que destaca la amenaza de sus sistemas de defensa aérea, a pesar de su naturaleza rudimentaria. La combinación de tácticas móviles e improvisadas, junto con sensores infrarrojos pasivos, permitió a los hutíes desafiar la superioridad aérea estadounidense, forzando un mayor uso de aviones furtivos y municiones costosas.
El F-35, diseñado con un avanzado sistema de guerra electrónica AN/ASQ-239 y capacidades sigilosas, enfrentó un entorno donde los misiles Thaqib-1 y Thaqib-2, basados en los modelos rusos R-73 y R-27, se adaptaron para uso tierra-aire. Estos misiles, guiados por infrarrojos, no emiten señales detectables por los sensores de advertencia de radiofrecuencia, lo que reduce el tiempo de reacción de los pilotos. Además, los hutíes emplean misiles Saqr, derivados del diseño iraní 358, que poseen capacidad de merodeo, aunque su efectividad contra cazas rápidos es limitada.
STILL HERE. STILL CRUSHING THE ENEMY.
— Department of Defense 🇺🇸 (@DeptofDefense) April 23, 2025
The @CVN70 remains positioned to counter threats from Iran-backed Houthi forces. pic.twitter.com/mkWlOqoiDg
El uso de sensores infrarrojos pasivos para detección y seguimiento complica aún más las operaciones. A diferencia de los radares activos, estos sistemas no generan emisiones que los aviones puedan detectar, lo que los hace ideales para emboscadas. Los hutíes han mostrado imágenes de cámaras infrarrojas tras supuestas intercepciones, lo que sugiere un uso extendido de esta tecnología. En combinación con sistemas guiados por radar, como el 2K12 Kub (SA-6 Gainful), los sensores infrarrojos permiten a los hutíes retrasar la activación de sus radares, reduciendo la ventana de reacción de las aeronaves objetivo.
El gobierno estadounidense anunció un alto el fuego negociado por Omán con los hutíes la semana pasada, lo que podría reducir temporalmente las tensiones. Sin embargo, los incidentes recientes subrayan la necesidad de reevaluar las tácticas estadounidenses frente a amenazas asimétricas como las de los hutíes.
Datos clave sobre las defensas aéreas hutíes
- Misiles Thaqib-1 y Thaqib-2: Basados en misiles aire-aire R-73 y R-27, adaptados para uso tierra-aire con guía infrarroja.
- Misil Saqr/358: Diseño iraní con capacidad de merodeo, efectivo contra drones pero limitado contra cazas rápidos.
- Sensores infrarrojos: Permiten detección pasiva sin emisiones detectables, ideales para emboscadas.
- Sistemas móviles: Incluyen el 2K12 Kub (SA-6), que dificulta la planificación de rutas seguras para misiones aéreas.
- Apoyo iraní: Teherán ha proporcionado tecnología y modernización para los sistemas hutíes desde hace años.
Tecnología del F-35 frente a tácticas hutíes

El F-35 cuenta con un diseño sigiloso optimizado para evadir radares de alta frecuencia, pero su sección transversal trasera es menos efectiva, lo que lo hace potencialmente vulnerable desde ciertos ángulos. Su sistema AN/ASQ-239 permite neutralizar emisores enemigos electrónicamente, mientras que el sistema de apertura distribuida AN/AAQ-37, con seis cámaras infrarrojas, detecta misiles entrantes. Sin embargo, la falta de advertencia previa contra sensores infrarrojos pasivos reduce el tiempo de reacción, especialmente si el avión debe abrir sus bahías de armas, aumentando su detectabilidad.
Los hutíes han demostrado su capacidad para dañar o derribar aeronaves en el pasado. Durante los combates de finales de la década de 2010 y principios de la de 2020, afirmaron haber impactado cazas Tornado, F-15 y F-16 de las fuerzas lideradas por Arabia Saudí. Un ejemplo notable ocurrió en 2021, cuando un F-15 saudí fue alcanzado por un misil Fatter-1, una versión modernizada del SA-6 con asistencia iraní, aunque la aeronave logró escapar. Además, los hutíes han derribado al menos 20 drones MQ-9 Reaper estadounidenses, según reportes verificados hasta abril de 2025.
La movilidad de los sistemas hutíes, como el 2K12 Kub, complica la planificación de misiones. Estos sistemas pueden aparecer en ubicaciones inesperadas, invalidando rutas cuidadosamente diseñadas para maximizar la supervivencia del F-35. La inteligencia previa sobre las defensas enemigas, crucial para trazar la “línea azul” de rutas óptimas, pierde eficacia frente a amenazas móviles e improvisadas.
En marzo de 2025, el teniente general Jeffrey Kruse, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), confirmó ante el Congreso que los hutíes intentaron usar el SA-6 contra aviones estadounidenses, aunque no proporcionó detalles adicionales. Este testimonio refuerza la percepción de que las defensas hutíes, aunque tecnológicamente inferiores, representan un desafío significativo.

Lecciones de conflictos pasados y amenazas futuras
フーシ(※Houthi:イエメンの武装組織)が交戦するサウジアラビアのF-15を撃墜したとする様子を撮影したFLIR動画が・・・
— act (@zaylog) January 9, 2018
ヤバス。 pic.twitter.com/mw1Ib2iDaR
La vulnerabilidad de aeronaves furtivas no es un concepto nuevo. En 1999, las defensas serbias derribaron un F-117 Nighthawk y dañaron otro usando misiles SA-3 de la era soviética, aprovechando rutas predecibles y una emboscada bien planificada. Este incidente demostró que el sigilo no garantiza invulnerabilidad, especialmente sin apoyo de guerra electrónica externa, como los EF-111 Raven o EA-6B Prowler. En Yemen, los F-35 y otros aviones estadounidenses operan con apoyo de supresión de defensas aéreas enemigas (SEAD/DEAD), pero la naturaleza impredecible de las amenazas hutíes limita su efectividad.
Un derribo exitoso de un F-35 o cualquier caza estadounidense por parte de los hutíes habría sido un golpe propagandístico significativo y una humillación para Estados Unidos. Además, la pérdida de un piloto o su captura habría añadido una dimensión aún más grave. La operación de búsqueda y rescate de combate (CSAR) en un entorno con defensas aéreas activas habría requerido recursos considerables, incluyendo helicópteros HH-60W Jolly Green II y aviones de apoyo, enfrentando riesgos adicionales. El Comando Central (CENTCOM) compartió imágenes de estos helicópteros operando en la región el 11 de mayo de 2025, lo que sugiere preparativos para tales escenarios.
Yemeni Houthis intercepted Saudi F-15 by Fatter-1 missile ( it's SA-6 SAM that were restored or supposedly modernized with Iranian assistance). Judging by how close the missile exploded it was quite likely that F-15 could have been damaged, but still managed to fly away. pic.twitter.com/Qmdpb9ER2Q
— Yuri Lyamin (@imp_navigator) December 10, 2021
Las implicaciones de estos incidentes trascienden Yemen. Adversarios como China y Rusia están desarrollando sistemas de búsqueda y seguimiento por infrarrojos (IRST) y misiles antiaéreos de largo alcance con buscadores infrarrojos, mucho más avanzados que los de los hutíes. Estos sistemas, integrados en redes de defensa aérea (IADS), pueden detectar y rastrear aviones furtivos, guiando radares hacia objetivos de interés. la guerra en Ucrania y las operaciones en Yemen están proporcionando lecciones valiosas a estos actores, que probablemente adaptarán sus tácticas.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha priorizado el dominio espectral en su iniciativa NGAD, enfocándose en contramedidas contra sensores infrarrojos y otras amenazas pasivas. El aumento global de aeronaves y misiles furtivos está impulsando la inversión en estas tecnologías, que serán críticas en futuros conflictos de alta intensidad.