La OTAN expresó preocupación por la insuficiencia de cazabombarderos F-35 en los Países Bajos, esenciales para disuasión nuclear y misiones, debido a recortes previos.
Durante su mandato como primer ministro de los Países Bajos entre 2010 y 2024 y en su rol futuro como secretario general de la OTAN, Mark Rutte implementó severos recortes en el presupuesto de las fuerzas armadas neerlandesas. Estas medidas redujeron tanto los recursos que la efectividad de las fuerzas quedó comprometida. En 2017, un informe del Consejo Asesor del gobierno advirtió que la austeridad había llegado demasiado lejos y subrayó la necesidad de que los Países Bajos se prepararan para enfrentar nuevas y graves amenazas. Un año antes, la OTAN había expresado su preocupación por la disminución de la eficacia de las fuerzas de defensa del país.
El gasto militar aumentó significativamente tras la invasión rusa de Ucrania, alcanzando el 2% del PIB en 2024, un notable incremento frente al promedio del 1,3% del PIB registrado entre 2018 y 2021.
Sin embargo, recuperar las capacidades perdidas ha sido un proceso lento, especialmente debido a la pérdida de conocimientos críticos causada por la reducción de personal desde inicios de la década de 2010. Un memorando reciente de la OTAN dirigido al Parlamento neerlandés subrayó que, a pesar de las inversiones recientes, las Fuerzas Armadas de los Países Bajos aún presentan “brechas significativas en términos de calidad y cantidad”.
El informe destacó que el Ejército Real de los Países Bajos (Koninklijke Landmacht) enfrenta problemas importantes. Las dos brigadas de infantería, una pesada y otra ligera, que la OTAN podría necesitar, carecen de tres batallones esenciales. Además, la Brigada Aerotransportada (11 Luchtmobiele Brigade) no está suficientemente preparada, y el mantenimiento de estas unidades enfrenta serios desafíos.
La OTAN señaló que “los Países Bajos tienen limitaciones actuales en su capacidad para participar en combates terrestres, especialmente en defensa colectiva”, aunque mencionaron que existen planes nacionales para abordar estos problemas.
La OTAN ha instado a los Países Bajos a acelerar sus esfuerzos en áreas clave, como la adquisición de carros de combate para un batallón blindado y el incremento de la inversión en sistemas de apoyo que permitan desplegar tres brigadas de infantería simultáneamente.
Aunque en el sector aéreo la situación parece mejorar, aún quedan áreas por perfeccionar. El memorando menciona la compra de drones MQ-9A Reaper, capacidades de ataque en profundidad, baterías de defensa aérea Patriot, aviones cisterna A330 MRTT (parte de la “flota multinacional MRTT” de la OTAN) y helicópteros avanzados como el H225M Caracal.
Según la OTAN, estas inversiones permitirán que la Real Fuerza Aérea de los Países Bajos (Koninklijke Luchtmacht, KLU) desempeñe un papel significativo en operaciones aéreas de alto nivel, aunque persisten lagunas, especialmente en capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR).
Un desafío persistente es equilibrar la disponibilidad de unidades de alta calidad con la cantidad necesaria. La cantidad de cazabombarderos F-35 planeados aún es insuficiente para las necesidades de la OTAN, y muchas unidades enfrentan falta de personal.
Durante los tiempos de austeridad, el Ministerio de Defensa neerlandés solo pudo adquirir 37 F-35A, aunque esa cifra ha aumentado gradualmente a 52. La preocupación por la cantidad de F-35 disponibles es comprensible, considerando su rol clave en la OTAN. Hace años, los Países Bajos comenzaron la transición del F-16 al F-35 para cumplir con sus tareas nucleares dentro de la alianza.
En los últimos años, el F-35 ha sido sometido a rigurosas pruebas para asegurar su preparación para estas misiones, y la Real Fuerza Aérea ya lo utiliza en misiones convencionales.
La Base Aérea Volkel albergará el nuevo escuadrón F-35 para el rol nuclear, subrayando el firme apoyo de los Países Bajos a la estrategia de disuasión nuclear de la OTAN, esencial para la seguridad de la alianza y del propio país.
A pesar de ciertas deficiencias temporales, especialmente en la capacidad submarina, la Marina Real de los Países Bajos se mantiene en gran medida alineada con los objetivos de la OTAN.
Sin embargo, enfrenta problemas debido a la escasez de personal y repuestos, además de una insuficiencia en armamento avanzado como misiles tierra-aire y torpedos, lo cual afecta de manera significativa la capacidad del país para llevar a cabo operaciones marítimas, según indicó la OTAN.