Los destructores de la clase Arleigh Burke Block III destacan por su avanzada guerra electrónica y poder de fuego.
Nuevas imágenes revelan capacidades del sistema de guerra electrónica SEWIP
La última versión de los destructores de clase Arleigh Burke de la Armada de los Estados Unidos, conocidos como Block III, ha captado la atención con la aparición de nuevas imágenes del sistema SEWIP. En noviembre del año pasado, estas imágenes se divulgaron en medios especializados, mostrando por primera vez la instalación del Bloque III del Programa de Mejora de la Guerra Electrónica de Superficie (SEWIP) de última generación a bordo de uno de estos buques.
Este nuevo sistema otorga a los destructores Arleigh Burke Block III un aspecto distintivo en comparación con sus predecesores, destacando particularmente un armazón central prominente, apodado “la parte superior del muffin”. Esta serie de destructores, que se desarrolla en un contexto de tensiones crecientes entre Washington y Beijing, ha sido considerada parte de una estrategia de Estados Unidos para mantener una flota naval robusta. Según James Marques, analista de Defensa de GlobalData, es una medida para evaluar el tamaño de la fuerza militar estadounidense.
El diseño de estos destructores con misiles guiados, que lleva el nombre del almirante Arleigh Burke, destacado oficial de la Segunda Guerra Mundial, incluye mejoras significativas respecto a versiones anteriores. En parte, el diseño se inspiró en las lecciones aprendidas por la Marina Real británica durante la campaña de las Malvinas y en los cruceros clase Ticonderoga, conocidos por ser costosos y de difícil mantenimiento. Estas consideraciones llevaron a los ingenieros a desarrollar un destructor moderno con capacidades para reducir su sección transversal de radar, una característica esencial para dificultar su detección por parte de buques enemigos. Además, los destructores de la clase Arleigh Burke están equipados con un sistema de protección colectiva que les permite operar en entornos contaminados por agentes radiológicos, químicos o biológicos.
En términos de sensores, los barcos incorporan una versión ligeramente degradada del Sistema de Combate Aegis, permitiéndoles la capacidad de lanzar, rastrear y evadir misiles simultáneamente. El USS Arleigh Burke fue puesto en servicio en 1991, tras varios años de pruebas exhaustivas de sus sistemas de combate y planta de propulsión. Como otros buques de superficie modernos de la Marina de los EE. UU., el DDG 51 emplea un sistema de propulsión de turbinas de gas. Cada destructor cuenta con cuatro turbinas General Electric LM 2500, generando un total de 100,000 caballos de fuerza en el eje, lo que permite alcanzar velocidades de hasta 30 nudos.
Arleigh Burke Block III: Armamento avanzado y capacidad de respuesta rápida
Los destructores de la clase Arleigh Burke están fuertemente armados. Cada barco está equipado con 56 misiles de crucero Tomahawk de Raytheon, combinados con misiles de ataque terrestre y antibuque, así como un sistema de navegación asistida por Tercom. Los misiles se lanzan desde sistemas de lanzamiento vertical Lockheed Martin MK41. Desde principios de la década de 2000, se han implementado mejoras continuas en estos buques. Raytheon introdujo el misil estándar SM-3, diseñado con una ojiva cinética para interceptar misiles balísticos de corto y mediano alcance. Se espera que el SM-3 se actualice a las versiones SM-3 Block IIA y SM-3 Block IIB, con el USS John Finn demostrando la capacidad del SM-3 Block IIA durante una prueba en 2018 en Hawái, donde interceptó y destruyó un objetivo con éxito.
Además de los misiles Tomahawk y SM-3, los destructores están equipados con misiles Sea Sparrow y ocho misiles superficie-superficie Boeing Harpoon. Estas mejoras de armamento y sistemas de combate posicionan a los destructores clase Arleigh Burke como una plataforma naval formidable. En diciembre pasado, el primer destructor Arleigh Burke Flight III se lanzó para pruebas en el Golfo de México. Esta versión es la primera en estar equipada con el radar AN/SPY-6, que ofrece capacidades avanzadas de defensa aérea y antimisiles gracias a su sistema de barrido electrónico activo.
La última variante del Bloque III también incluye tres generadores Rolls Royce de 3 megavatios, mientras que los barcos Flight 11A cuentan con generadores Royce de 4 megavatios. Según el gerente de programa de la clase DDG 51 de la Oficina Ejecutiva del Programa, “como primer barco Flight III, el DDG-125 representa la culminación de años de dedicación y perseverancia para diseñar, construir e integrar la capacidad Flight III del Aegis Combat System Baseline 10 y el radar AN/SPY-6, junto con nuevas instalaciones eléctricas y actualizaciones del sistema de control de maquinaria”.
Futuro de los destructores Arleigh Burke en el contexto geopolítico actual
El diseño de la voluminosa sección media del Bloque III se pensó para permitir la incorporación de futuras mejoras en los destructores. Las capacidades de ataque electrónico de esta clase son cruciales, considerando que actores no estatales y grupos rebeldes disponen de vehículos aéreos no tripulados, misiles de crucero antibuque y misiles balísticos cada vez más sofisticados. Además, naciones como China y Rusia están desarrollando capacidades de guerra electrónica avanzadas en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.
El coste estimado de cada variante de la clase Arleigh Burke Block III se sitúa alrededor de los 2.000 millones de dólares, incluidos aproximadamente 1.000 millones de dólares en equipamiento aportados por la Armada para cada buque. A pesar del elevado coste, la rápida incorporación de estos destructores avanzados es vital para mantener la superioridad naval de Estados Unidos. La implementación de estas naves es una respuesta directa a las crecientes amenazas y desafíos en el escenario global, destacando la importancia de contar con una flota moderna y bien equipada.
La Armada de los EE. UU. continúa invirtiendo en tecnología y capacidades para sus destructores, asegurando que estas naves puedan enfrentar una amplia gama de amenazas. Con la introducción de la variante Flight III, se espera que la clase Arleigh Burke mantenga su relevancia y capacidad operativa en las próximas décadas. Estos buques no solo representan un avance tecnológico significativo, sino que también son un componente clave en la estrategia de defensa nacional de Estados Unidos.