El 16 de agosto, dos bombarderos furtivos B-2 Spirit de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos aterrizaron discretamente a 8 kilómetros al suroeste de Ipswich, en Queensland, Australia.
Estas aeronaves se alojaron en la Base Real de la Fuerza Aérea Australiana en Amberley. El aterrizaje fue confirmado por las Fuerzas Aéreas del Pacífico de EE. UU., que proporcionaron detalles adicionales sobre la misión.
Los B-2 Spirit fueron desplegados en una misión de la Fuerza de Tareas de Bombardeo [BTF] dos días antes del aterrizaje. Los aviadores y el personal de apoyo provenían del 509.º Ala de Bombardeo y del 131.º Ala de Bombardeo, ambos ubicados en la Base Aérea Whiteman en Missouri.
Esta misión en Australia forma parte del entrenamiento conjunto de la Fuerza Aérea del Pacífico con aliados, socios y fuerzas conjuntas, además de apoyar los esfuerzos de disuasión estratégica para mantener el orden internacional basado en reglas.

“Los bombarderos estratégicos de Estados Unidos pueden operar en la región del Indo-Pacífico desde una variedad de ubicaciones en el extranjero y en el territorio continental con alta resistencia operativa”, subrayó la oficina de prensa de las Fuerzas Aéreas del Pacífico.
Llama la atención que Estados Unidos despliega un bombardero B-2 Spirit en Australia cada dos años. La misión más reciente antes de la actual fue en 2022, reflejando un patrón observado en agosto de 2020, cuando se enviaron dos B-2. En ambas ocasiones, estos avanzados bombarderos aterrizaron en la base aérea Amberley de la Real Fuerza Aérea Australiana en Queensland.
Durante estos despliegues, los efectivos de la USAF y la RAAF se enfocan en “misiones de entrenamiento y disuasión estratégica”, según expertos locales.
La presencia frecuente de bombarderos furtivos estadounidenses en Australia subraya el fortalecimiento de la cooperación entre Estados Unidos y Australia, principalmente como una estrategia para contrarrestar a China. La visible presencia de los B-2 en Australia es una clara señal de que Estados Unidos está preparado para desplegar estos bombarderos en caso de un conflicto con China en el futuro.
Este despliegue también refuerza el compromiso inquebrantable de Estados Unidos de apoyar a sus aliados en la región del Indo-Pacífico, especialmente a Australia. En septiembre de 2021, Estados Unidos, Australia y el Reino Unido formalizaron un acuerdo de seguridad trilateral conocido como AUKUS, que busca mejorar la cooperación en la región del Indo-Pacífico.

Este pacto facilita el intercambio de armas y tecnología entre las tres naciones. Un aspecto clave del AUKUS es la asistencia de Estados Unidos y el Reino Unido a Australia en el desarrollo de submarinos de propulsión nuclear.
En las próximas semanas, los aviadores australianos y estadounidenses se preparan para realizar misiones conjuntas que simulan la disuasión contra un adversario hipotético. Con la notable capacidad del B-2 para volar de manera continua gracias al reabastecimiento en el aire, estos ejercicios son factibles. Ejemplos similares se observaron en 2023.
Para recordar, el año pasado, el teniente coronel Andrew Kusgaard, comandante del 393.º Escuadrón Expedicionario de Bombardeo, anunció futuras operaciones de reabastecimiento de combustible con equipo australiano, que incluyeron el reabastecimiento en vuelo con el avión cisterna KC-30A de transporte multifunción australiano. Según expertos locales, se espera que estos ejercicios se repitan en 2024.
El B-2 Spirit, desarrollado por Northrop Grumman para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, es un bombardero furtivo estratégico diseñado para penetrar densas defensas antiaéreas y lanzar cargas tanto convencionales como nucleares. Su diseño único de ala volante contribuye a su baja firma de radar, haciéndolo uno de los bombarderos más avanzados y elusivos del mundo.
El B-2 Spirit tiene una envergadura de 52,4 metros, una longitud de 21 metros, y una altura de 5,18 metros, con un peso máximo de despegue de aproximadamente 152.634 kilogramos. El diseño del avión prioriza la eficiencia aerodinámica y las capacidades de sigilo.

El B-2 está equipado con cuatro motores turbofán General Electric F118-GE-100, cada uno con una potencia de 17.300 libras de empuje. Estos motores están integrados en la estructura del ala para minimizar las señales de radar e infrarrojas del avión. La ubicación y diseño de los motores contribuyen a sus características furtivas, reduciendo sus emisiones de calor y ruido.
El alcance operativo del B-2 Spirit es de aproximadamente 6.000 millas náuticas [11.100 kilómetros] sin necesidad de reabastecimiento. Con el reabastecimiento en vuelo, su alcance puede extenderse considerablemente, permitiéndole alcanzar prácticamente cualquier objetivo a nivel global. Esta capacidad de largo alcance es vital para misiones estratégicas que requieren una penetración profunda en territorio enemigo.
El sigilo del B-2 se consigue a través de una combinación de su forma, materiales y tecnologías. El diseño de ala volante minimiza la sección transversal del radar, mientras que el uso de materiales absorbentes del radar reduce aún más su detectabilidad. Además, el sistema de escape del avión está refrigerado para disminuir su firma infrarroja, y sus sistemas electrónicos están diseñados para minimizar las emisiones electromagnéticas.
El B-2 Spirit puede transportar una amplia gama de armas, incluidas municiones convencionales y nucleares. Es capaz de llevar hasta 40.000 libras [18.144 kilogramos] de municiones en sus dos bodegas internas.
Entre las armas convencionales se incluyen bombas guiadas de precisión como la JDAM [Joint Direct Attack Munition] y la GBU-57 Massive Ordnance Penetrator. Para misiones nucleares, el B-2 puede equiparse con bombas nucleares B61 y B83.