El ataque ucraniano con drones dañó componentes clave del sistema S-400 en Crimea, lo que expuso vulnerabilidades en las defensas antiaéreas rusas y permitió futuras operaciones.
Ataque con drones ucranianos en Crimea contra el S-400
El 26 de junio de 2025, la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania (GUR) ejecutó un ataque con drones que destruyó componentes críticos del sistema de defensa antiaérea S-400 Triumf ruso en la península de Crimea, bajo ocupación rusa desde 2014. La operación, llevada a cabo por la unidad especializada “Fantasmas” del GUR, dejó inutilizados dos radares de detección de largo alcance 91N6E “Big Bird”, dos radares multifuncionales de control de fuego 92N2E y un lanzador de misiles S-400. El ataque se produjo en las proximidades de Simferopol, un centro estratégico para las actividades militares rusas en el mar Negro. Imágenes publicadas en el canal de Telegram del GUR muestran el momento en que los drones impactaron los objetivos, con los radares fuera de servicio y el lanzador con daños severos.
Este evento no fue un caso aislado. El 25 de abril de 2025, cerca de la ciudad de Saky, drones ucranianos atacaron una estación de radar 96L6E, vinculada al sistema S-400, lo que causó daños significativos en su antena de seguimiento. Según el canal de Telegram Crimean Wind, el radar quedó fuera de funcionamiento y requiere reparaciones en instalaciones especializadas. Estas acciones forman parte de una serie de ofensivas ucranianas destinadas a reducir la operatividad de las defensas antiaéreas rusas en Crimea, una zona clave para las operaciones militares rusas en el mar Negro.
El sistema S-400, diseñado por la empresa rusa Almaz-Antey, representa una evolución del S-300 y utiliza radares avanzados como el 91N6E, con un alcance de hasta 600 kilómetros, y el 92N2E, que coordina el uso de misiles como el 40N6 de largo alcance y el 9M96 de corto alcance. La pérdida de estos componentes limita la capacidad de Rusia para detectar y defender su espacio aéreo en la zona, lo que compromete otros elementos militares.
Los drones utilizados en los ataques, aunque no fueron identificados con precisión, representan el uso intensivo por parte de Ucrania de sistemas no tripulados de bajo costo. Estos equipos, en muchos casos dotados de inteligencia artificial y funciones de navegación autónoma, han mostrado eficacia en la destrucción de objetivos estratégicos, al poner en evidencia debilidades en la cobertura del S-400.
Vulnerabilidades del sistema S-400 expuestas por drones
La vulnerabilidad del S-400 ante los drones ucranianos pone de manifiesto los límites de los sistemas avanzados frente a amenazas asimétricas. Los radares del S-400, aunque móviles y montados sobre vehículos, permanecen expuestos cuando operan en posición fija, lo que los convierte en blancos viables para ataques de precisión. Los drones ucranianos, al volar a baja altitud y con escasa firma de radar, logran eludir las defensas de corto alcance y las contramedidas electrónicas, incluso cuando están presentes sistemas Pantsir-S1 concebidos para brindar protección al S-400.
El ataque del 26 de junio destruyó equipos costosos, cuyo valor se estimó en 453.$75 millones, según datos de inteligencia ucraniana, y evidenció fallos estructurales en la defensa antiaérea rusa. La imposibilidad de proteger los radares en Crimea, pese a la existencia de múltiples capas defensivas, apunta a deficiencias en la integración de sistemas y en la capacidad de respuesta frente a plataformas de baja tecnología.
Desde que comenzó la guerra en 2022, Ucrania ha destruido o inutilizado diversos componentes del S-400 en zonas ocupadas. En agosto de 2022, un radar 92N6E fue destruido en la región de Jersón. El 14 de septiembre de 2023, otro radar del sistema fue alcanzado en las inmediaciones de Yevpatoria, Crimea. El 19 de abril de 2024, un ataque con misiles ATACMS neutralizó lanzadores, radares y un sistema de vigilancia aérea Fundament-M en Crimea.
Datos clave sobre los ataques al S-400 en Crimea
- 26 de junio de 2025: Drones ucranianos destruyeron dos radares 91N6E, dos 92N2E y un lanzador S-400 en las cercanías de Simferopol.
- 25 de abril de 2025: Un radar 96L6E fue dañado en Saky y quedó fuera de servicio.
- Costo estimado: Los elementos destruidos en junio de 2025 se valoran en aproximadamente 453.$75 millones.
- Impacto táctico: La pérdida de radares disminuye la capacidad de respuesta aérea rusa en el mar Negro.
- Tecnología empleada: Drones de bajo costo con funciones autónomas y precisión elevada.
Impacto táctico en las operaciones aéreas en el mar Negro
La reducción de la eficacia de las defensas rusas en Crimea tiene consecuencias directas en el control del espacio aéreo en el mar Negro. La península, anexada por Rusia en 2014, cumple funciones logísticas y militares relevantes, al concentrar bases navales, almacenes y sistemas de defensa. El daño a los radares del S-400 permitió a Ucrania ejecutar maniobras aéreas y marítimas más fácilmente, entre ellas ataques con drones y misiles contra instalaciones rusas.
Un precedente de esta situación fue el hundimiento del buque ruso Moskva en abril de 2022, que mostró la importancia de controlar el entorno aéreo y marítimo en la región. Los ataques a los sistemas S-400 han permitido que Ucrania lleve a cabo misiones de largo alcance contra instalaciones militares, rutas logísticas y unidades navales.
El 1 de julio de 2025, drones ucranianos UJ-26 Bober destruyeron en Crimea un sistema de defensa Pantsir-S1, un radar Niobium-SV, un radar costero Pechora-3, un radar Protivnik-GE y un avión Su-30 en el aeródromo de Saky. Estos resultados, sumados a los daños al S-400, muestran la capacidad de Ucrania para realizar operaciones planificadas que se dirigen a puntos débiles específicos.
La estrategia ucraniana se ha visto reforzada por avances tecnológicos. Los drones con sistemas de inteligencia artificial y capacidad para funcionar en entornos con interferencia electrónica han permitido a Ucrania compensar su desventaja numérica y técnica frente a Rusia. Esta metodología ha alterado el curso de la guerra y ha forzado a Rusia a redistribuir sus medios defensivos, lo que ha incrementado su exposición.
Evolución de la guerra moderna con drones en Ucrania
Los ataques al S-400 en Crimea ilustran el desarrollo rápido de la guerra con drones en la guerra en Ucrania. Desde 2022, Ucrania ha perfeccionado el empleo de drones, que incluyen modelos adaptados de uso comercial y plataformas diseñadas con fines militares. Estos sistemas han sido utilizados en misiones de reconocimiento, ataque dirigido y operaciones en zonas controladas por el enemigo, lo que ha transformado el enfoque táctico de la guerra.
El 1 de junio de 2025, Ucrania ejecutó la Operación Spider Web, una acción con 117 drones de vista en primera persona (FPV) contra bases aéreas rusas, en la que fueron destruidos bombarderos estratégicos. Esto confirmó que los drones pueden operar a gran distancia y lograr efectos considerables. Esta acción, junto con las operaciones contra el S-400, evidenció la función creciente de los drones en los combates actuales, en los que plataformas económicas pueden neutralizar sistemas de alto costo.
La dependencia de Rusia del sistema S-400, considerado uno de los más avanzados del mundo en su categoría, ha sido cuestionada por la flexibilidad operativa de los drones ucranianos.
Los ataques ucranianos contra el S-400 generan un efecto táctico inmediato y también establecen una referencia para conflictos futuros. La combinación de drones accesibles, inteligencia artificial y procedimientos adaptativos ha mostrado que incluso sistemas sofisticados pueden ser superados, lo que obliga a replantear los esquemas de defensa antiaérea en escenarios de guerra moderna.