El sistema JSTARS, clave en vigilancia aérea y ataques conjuntos, completó su última misión en 2024 tras acumular más de 141,000 horas de vuelo.
Un sistema que redefinió la vigilancia aérea desde 1991
Menos conocido que otros sistemas de comando aéreo, el E-8C Joint Surveillance Target Attack Radar System (JSTARS) desempeñó un papel central en misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) durante más de tres décadas. Basado en una aeronave modificada Boeing 707-300, este sistema combinó capacidades de radar avanzadas con funciones de apoyo táctico para coordinar ataques contra objetivos terrestres.
Mientras el E-3 Sentry centraba la atención mediática, el JSTARS se especializó en detectar y rastrear movimientos en tierra en tiempo real, permitiendo una coordinación directa entre el Ejército y la Fuerza Aérea de EE. UU.. Su primer despliegue operativo ocurrió en 1991 durante la Guerra del Golfo, y su última misión se realizó en 2024, tras registrar más de 130,000 horas de vuelo en zonas de conflicto.
El diseño del JSTARS surgió en 1982 como un esfuerzo conjunto entre ramas militares. Northrop Grumman lideró el desarrollo y adaptó el fuselaje del Boeing 707-300 para incluir un radar Norden AN/APY-3 montado en un radomo de 24 pies, capaz de vigilar hasta 50,000 km². Esta antena proporcionó capacidad para detectar tropas, vehículos y helicópteros a distancias de hasta 250 km.
Además del radar, el JSTARS incorporó el enlace de datos Link 16, lo que permitió transmitir datos casi en tiempo real a centros de comando y fuerzas desplegadas. Su tripulación podía incluir hasta 21 personas entre pilotos, analistas e ingenieros de radar, todos integrados para operar en misiones conjuntas, lo que explica el término “Joint” en su denominación.
Primeros despliegues exitosos y consolidación como activo clave
Durante la Operación Tormenta del Desierto en 1991, el JSTARS demostró su potencial cuando dos prototipos E-8A aún en fase de pruebas completaron 49 misiones desde Arabia Saudita. Lograron más de 500 horas de vuelo con una efectividad operativa del 100%, de acuerdo con AF.mil.

El radar del JSTARS resultó especialmente útil para detectar y rastrear convoyes iraquíes incluso bajo condiciones adversas como tormentas de arena o durante la noche. Esta capacidad permitió coordinar ataques de precisión contra fuerzas terrestres enemigas, un logro destacado por Tom Clancy en su obra Fighter Wing, donde señaló su habilidad para “ver lo que se mueve en la oscuridad”.
Entre 1996 y 2005, la Fuerza Aérea adquirió 17 unidades E-8C a un costo estimado de 244 millones de dólares cada una, consolidando su papel dentro de las plataformas de vigilancia estratégica de EE. UU. Su éxito operativo inicial justificó la inversión y la continuidad del programa durante más de tres décadas.
datos clave sobre la historia operativa del E-8C JSTARS
- Capacidad de vigilancia de hasta 50,000 km² gracias a su radar AN/APY-3.
- Primera misión en combate durante la Guerra del Golfo en 1991.
- Participó en más de 130,000 horas de vuelo en misiones antiterroristas.
- Rango operativo de 450 millas náuticas sin reabastecimiento.
- El sistema JSTARS fue retirado en febrero de 2024 tras más de 30 años en servicio.
Participación activa en los Balcanes y la lucha antiterrorista
En 1995, el JSTARS se desplegó durante la Operación Joint Endeavor en los Balcanes, operando desde Alemania. Completó 95 misiones consecutivas con un índice de éxito del 98%, rastreando movimientos serbios y facilitando la aplicación de los Acuerdos de Dayton.
En la Operación Fuerza Aliada de 1999, también en los Balcanes, acumuló 1,000 horas de vuelo en 105 misiones. Su efectividad del 94.5% contribuyó directamente a la selección y destrucción de objetivos móviles por parte de la OTAN, según TheAviationist.com.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el JSTARS reforzó su presencia en operaciones globales, incluyendo Afganistán e Irak. Dentro de la Operación Enduring Freedom y la Operación Inherent Resolve, el sistema proporcionó coordenadas en tiempo real a cazas F-16 y drones MQ-9 Reaper, permitiendo ataques precisos contra lanzacohetes y posiciones enemigas.

El sistema también desempeñó un papel relevante en la identificación de convoyes y artillería durante los conflictos posteriores al 2001. Esta capacidad lo convirtió en un recurso indispensable en la lucha antiterrorista, con más de 130,000 horas de vuelo acumuladas en estas misiones.
Retiro programado y cambios en la estrategia de vigilancia aérea
Ubicado en la Base Aérea Robins en Georgia, el JSTARS operó bajo el Ala de Control Aéreo 116, que combinaba personal regular y de la Guardia Nacional Aérea. Sin necesidad de reabastecimiento, podía cubrir un radio de 450 millas náuticas, extendido por más de 9 horas con ayuda de tanqueros KC-135.
Su radar Norden también permitía identificar vehículos móviles hasta a 155 millas y detectar helicópteros en vuelo bajo utilizando su modo Doppler, según DefenseNews.com. Estas capacidades tecnológicas mantuvieron su vigencia hasta las últimas misiones.
Durante la invasión rusa a Ucrania en 2022, el JSTARS operó desde Ramstein AB en Alemania, siguiendo movimientos rusos cerca de la frontera. Sus datos resultaron cruciales para las fuerzas de la OTAN, aunque ya se encontraba en su fase final de operaciones.
El 11 de febrero de 2024, la aeronave número 92-3290 completó su última misión, cerrando más de 22 años de servicio activo. El JSTARS dejó un legado de más de 141,000 horas de vuelo y una transformación profunda en el campo de la vigilancia militar aérea.
Cancelación del programa JSTARS Recap y nuevo enfoque tecnológico

La Fuerza Aérea había proyectado renovar la flota con fuselajes más modernos, basados en aeronaves como el Boeing 737 o el Gulfstream G650. Sin embargo, el programa JSTARS Recap, con un costo estimado de 6.9 mil millones de dólares, fue cancelado en 2019, según AviationWeek.com.
En lugar de continuar con una plataforma centralizada, el Pentágono decidió invertir en sistemas distribuidos como el Advanced Battle Management System (ABMS), además de fortalecer las capacidades satelitales de vigilancia, según DefenseScoop.com.
El abandono del JSTARS coincidió con una evolución doctrinal hacia estructuras más flexibles y descentralizadas. A pesar de su retiro, la experiencia operacional del sistema seguirá influyendo en las nuevas generaciones de tecnologías ISR.
El JSTARS, con su radomo en forma de canoa y su capacidad para observar el campo de batalla en tiempo real, se convirtió en un referente en guerra moderna. Su retirada marcó el fin de una era en la vigilancia aérea militar de EE. UU.