Estados Unidos se encuentra en una carrera por acelerar la producción del misil táctico avanzado conjunto AIM-260, armamento destinado a equipar drones de combate, cazas F-22 Raptor y el futuro caza NGAD.
Producción acelerada del AIM-260
El misil AIM-260, anunciado en 2019, podría comenzar su producción este año, según reveló el secretario del Ejército del Aire, Frank Kendall. La meta es aumentar la capacidad de la línea de producción respecto a lo planeado originalmente.
El despliegue inicial del AIM-260 se espera en el F-22 Raptor, y luego en el caza de nueva generación del Programa NGAD.
Además, este misil de largo alcance se equipará en los futuros aviones no tripulados de combate, denominados Avión de Combate Colaborativo (CCA), aumentando significativamente el alcance de sus homólogos tripulados.
Los CCA, clave en el futuro de la USAF
El Ejército del Aire de EE. UU. planea adquirir al menos 1.000 CCA y posiblemente hasta 200 ejemplares del futuro caza de combate de sexta generación. Los CCA mejorarán no sólo el sistema NGAD, sino todas las variedades de aviones tácticos.
Estos aviones no tripulados formarán equipo con cazas tripulados como el F-35A y el avión de combate de sexta generación en desarrollo.
El programa NGAD está destinado a desarrollar un “sistema de sistemas” que incorporará aviones tripulados, drones y una nueva generación de tecnologías de red.
El misil AIM-260: reforzando la letalidad
El AIM-260 es el sucesor del AIM-120 Advanced Medium-Range Air to Air Missile (AMRAAM) y tiene como objetivo principal superar a los misiles chinos, como el PL-15 de largo alcance.
El misil tendrá un alcance significativamente mayor que el AMRAAM y es probable que cuente con un buscador multimodo, aunque su rendimiento y capacidad se mantienen en secreto.
Equipar a miles de CCA con el AIM-260 reforzará la letalidad y capacidad de supervivencia de estos cazas no tripulados, un factor crucial en combate.
Aceleración en la fabricación del JATM
La Fuerza Aérea de EE. UU. busca aumentar su capacidad armamentística mediante la aceleración en la fabricación del JATM, solicitando también autorización para adquisiciones plurianuales de otros misiles, como el AMRAAM, el AGM-158 (JASSM) y el LRASM.
El teniente general Richard Moore enfatizó la importancia de llegar al JATM lo antes posible y aumentar su producción.