El caza F-22 Raptor se usa para defender Norteamérica, abrir campañas en Siria y reforzar aliados en Europa, el Golfo Pérsico y Asia-Pacífico.
Capacidades técnicas del F-22 y su función en la superioridad aérea
El F-22 Raptor, caza de superioridad aérea de quinta generación de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, ha servido en misiones que buscan asegurar la defensa del territorio, proteger fuerzas desplegadas y apoyar a aliados clave. Su presencia apareció en bombardeos iniciales contra el autodenominado Estado Islámico en Siria y en despliegues a Polonia, el Golfo Pérsico y el espacio aéreo de Norteamérica durante el episodio del globo chino y otros objetos en 2023.
El F-22 es un avión monoplaza y bimotor diseñado para la superioridad aérea con baja observabilidad, maniobrabilidad elevada, vuelo supersónico sostenido sin uso continuo de poscombustión e integración avanzada de sensores y aviónica. La Fuerza Aérea lo define como un sistema capaz de ejecutar misiones aire-aire y aire-suelo dentro de una fuerza de golpe global capaz de proyectar dominio aéreo a grandes distancias frente a adversarios sofisticados.
La célula incorpora líneas y recubrimientos que reducen la firma de radar, bodegas internas para misiles y bombas guiadas, y un conjunto de sensores que permite detectar, seguir e identificar blancos aéreos antes de que el adversario localice al aparato. En configuración aire-aire estándar transporta misiles de alcance medio y corto, mientras que en misiones aire-suelo emplea munición guiada de precisión y mantiene la baja observabilidad.

La combinación de baja detectabilidad, fusión de sensores y armamento interno permitió al F-22 operar como plataforma de apertura, escolta y coordinación. Así, la aeronave resultó útil para atacar objetivos seleccionados, ofrecer cobertura a otras plataformas aliadas y facilitar la integración táctica en entornos con defensas antiaéreas complejas, siempre con énfasis en proteger fuerzas propias y fortalecer estructuras aliadas en escenarios sensibles para Washington.
Datos clave de producción, despliegues y primeras misiones
- Estados Unidos adquirió 195 F-22: 177 de serie y 18 para pruebas y desarrollo.
- Primera misión de combate: 23 de septiembre de 2014 en Siria, con el 27.º Escuadrón.
- En ese despliegue se ejecutaron más de 530 salidas y 4.600 horas, con 263 armas.
- El 4 de febrero de 2023, un F-22 derribó un globo chino de gran altitud frente a Carolina del Sur.
- Doce F-22 reforzaron Air Shielding en Polonia y rotaron a Estonia en la primavera de 2023.
Un programa exclusivo: producción, cifras y prohibición de exportación
El Raptor nació durante la Guerra Fría como sucesor del F-15 para combates aire-aire de alta intensidad. Los planes avanzaron hacia la producción con el inicio del ejercicio fiscal de 1999. Un informe del Servicio de Investigación del Congreso detalla el objetivo de obtener una plataforma de superioridad aérea con capacidad para enfrentar amenazas emergentes y sostener el dominio de Estados Unidos en escenarios exigentes.
Según ese informe, el país adquirió 195 F-22, con 177 aparatos de serie y 18 dedicados a pruebas y desarrollo. La línea de montaje cerró tras las entregas de 2011 y el utillaje pasó a almacenamiento. El cierre dejó a la Fuerza Aérea centrada en sostener y modernizar la flota existente con inversiones que aseguraran relevancia operativa frente a adversarios con sistemas avanzados.

Desde 1998, el Congreso incluyó una cláusula anual que impide usar fondos federales para aprobar o autorizar la venta del F-22 a otros países. La norma permite analizar un diseño de exportación que proteja información clasificada, aunque no habilita transferencias. Esta decisión respondió a consideraciones de seguridad y de protección tecnológica sobre capacidades sensibles del avión.
Como consecuencia directa de ese marco legal y del cierre de la línea, el F-22 se mantuvo como sistema exclusivo de la Fuerza Aérea estadounidense. El aparato no forma parte de ninguna otra flota nacional y su mantenimiento operativo depende de programas de modernización, soporte y actualizaciones que apuntan a conservar su ventaja en misiones aire-aire y aire-suelo a medio plazo.
Defensa del espacio aéreo norteamericano con NORAD y Noble Eagle activos
Una parte esencial de la vida operativa del F-22 se concentra en la defensa del espacio aéreo de Norteamérica. NORAD describe al Raptor integrado en una red escalonada con satélites, radares terrestres, radares aerotransportados y cazas que vigilan la Zona de Identificación de defensa antiaérea de Alaska, área en la que suelen aparecer aeronaves militares rusas que operan cerca de ese perímetro.
En mayo de 2023, NORAD informó de la detección, el seguimiento, la identificación y la interceptación de seis aeronaves rusas —bombarderos Tu-95, aviones cisterna IL-78 y cazas Su-35— en y cerca de esa zona. La misión incluyó F-22 y F-16 con apoyo de aviones cisterna y plataformas de alerta temprana, y los aparatos rusos permanecieron en todo momento en espacio aéreo internacional.

Estas salidas se vinculan a misiones de soberanía aérea bajo la denominación Operación Noble Eagle, activada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El empleo coordinado dentro de NORAD refuerza la vigilancia continua y la respuesta rápida sobre el norte del continente. Al operar en esa arquitectura, el F-22 aporta detección temprana, identificación a distancia y capacidad de intercepción en altitudes y distancias elevadas, aspectos que resultan clave para gestionar contactos con aeronaves militares extranjeras sin escalar la situación ni renunciar al control del espacio aéreo.
Combate en Siria y cobertura aliada en la Operación Inherent Resolve
El 27.º Escuadrón de Caza registró la primera misión de combate del F-22 el 23 de septiembre de 2014, durante los ataques iniciales contra objetivos del Estado Islámico en Siria. Un video informativo de la Fuerza Aérea sobre esa participación situó al Raptor como plataforma central en las fases de apertura y como recurso para proteger a otras aeronaves en un teatro con defensas y amenazas diversas.
En un despliegue posterior de esa unidad se ejecutaron más de 530 salidas y más de 4.600 horas de vuelo, con el lanzamiento de 263 armas. El aparato atacó objetivos seleccionados y aseguró cobertura aérea para otras plataformas de la coalición, con el fin de abrir corredores y reducir riesgos para fuerzas propias y aliadas en operaciones dentro de un entorno de alta exigencia operacional.

Su baja observabilidad facilitó el ingreso a áreas vigiladas. La fusión de sensores y la aviónica integrada ofrecieron conciencia situacional ampliada, lo que permitió clasificar amenazas, priorizar blancos y coordinar efectos con otros cazas y plataformas de apoyo. Esa combinación fortaleció la eficacia de ataques de precisión y mejoró la protección de los paquetes aéreos dentro de la campaña.
El empleo en Siria confirmó el papel del F-22 como vector inicial y como coordinador de misiones conjuntas. La aeronave logró unir superioridad aérea, precisión aire-suelo y enlace con fuerzas aliadas, con utilidades que superaron el combate aire-aire tradicional al integrarse en una estructura de golpe con distintas capacidades y con un ritmo de operaciones sostenido por unidades de mantenimiento y apoyo.
Despliegues de refuerzo en el Golfo, Europa oriental y Asia-Pacífico
En febrero de 2022, varios F-22 llegaron a la base de Al Dhafra, en Emiratos Árabes Unidos, después de ataques con misiles y vehículos aéreos no tripulados reivindicados por combatientes hutíes. La Fuerza Aérea del mando de Oriente Próximo describió la llegada como una demostración multifacética de apoyo al país anfitrión tras incidentes que habían puesto en riesgo a fuerzas emiratíes y estadounidenses, decisión adoptada por el secretario de Defensa con el entonces príncipe heredero de Abu Dabi.
Ese refuerzo coincidió con el envío del destructor de misiles guiados USS Cole al puerto de Abu Dabi, con lo que se configuró un incremento conjunto de las defensas antiaéreas y marítimas emiratíes. La medida buscó fortalecer la protección del espacio aéreo y de las infraestructuras críticas mientras se elevaba la disuasión regional y se aseguraba la interoperabilidad con sistemas y unidades de un socio estratégico.

En junio de 2023, el mando central estadounidense anunció el despliegue de F-22 en su área por el comportamiento que definió como cada vez más inseguro de aeronaves rusas en la región, en referencia a incidentes cerca de aeronaves no tripuladas estadounidenses sobre Siria. Procedentes del 94.º Escuadrón de Caza, los Raptor evidenciaron la capacidad para reubicar fuerzas y concentrar poder aéreo en poco tiempo con integración de coalición.
En el flanco oriental de la OTAN, doce F-22 del 90.º Escuadrón llegaron el 5 de agosto de 2022 a Łask, Polonia, para contribuir a Air Shielding tras la invasión rusa a gran escala de Ucrania. En mayo de 2023, parte de la fuerza rotó a Ämari, Estonia, después de la llegada en abril de doce Raptor del 94.º Escuadrón Expedicionario a Powidz. El despliegue respaldó una defensa integrada a lo largo de casi 1.500 kilómetros con coordinación de sistemas terrestres como NASAMS español.
Intercepciones y derribos de globos y objetos a gran altitud en 2023
El 4 de febrero de 2023, un F-22 derribó con un misil aire-aire un globo de vigilancia de gran altitud de origen chino frente a la costa de Carolina del Sur. El secretario de Defensa lo describió como un medio empleado por la República Popular China para vigilar emplazamientos estratégicos dentro de Estados Unidos, asunto que generó una respuesta con control estricto de riesgos para la población.
La decisión de abatirlo la tomó el presidente de Estados Unidos y la ejecución se postergó hasta que el artefacto cruzó la costa de Carolina del Sur, con el fin de reducir riesgos. El disparo se efectuó sobre aguas territoriales estadounidenses. En comunicaciones posteriores, las autoridades remarcaron la coordinación interinstitucional y la prioridad de preservar la seguridad de las personas en tierra y de las rutas aéreas civiles.

Días más tarde, la Marina informó de la recuperación de restos frente a Myrtle Beach, con apoyo de la Guardia Costera y otras agencias federales. Esa fase posterior cerró el episodio principal y permitió avanzar en labores técnicas y administrativas bajo control de las autoridades competentes, con énfasis en mantener el área segura mientras continuaban las tareas de rescate y clasificación de material recuperado.
El 10 de febrero de 2023, dos F-22 despegados de Elmendorf, Alaska, interceptaron y derribaron un objeto de gran altitud sobre aguas cercanas a la costa norte de ese estado con un misil AIM-9X. Un análisis informativo señaló otro derribo en espacio aéreo canadiense al día siguiente, también por F-22 después de detección y seguimiento de NORAD, y un cuarto caso sobre el lago Hurón con un F-16 y misiles de la misma familia.
Modernización, mantenimiento y patrón operativo del F-22 en la USAF
El programa evolucionó desde el cierre de la producción a comienzos de la década de 2010 hacia una etapa centrada en modernización y mantenimiento de la flota. Un informe del Servicio de Investigación del Congreso de 2012 señaló la necesidad de financiar modificaciones, mejoras de soporte y nuevos desarrollos para enfrentar amenazas emergentes y resolver cuestiones de fiabilidad, como incidentes fisiológicos por suministro de oxígeno que llevaron a inmovilizar temporalmente la flota.
Las inversiones posteriores se orientaron a incorporar nuevos equipos, mejoras de aviónica y capacidades de combate electrónico, con el fin de mantener vigente la superioridad aérea mientras avanzan programas destinados a sustituir a los cazas actuales en el largo plazo. Esta línea de trabajo aseguró actualizaciones sostenidas y un enfoque continuo sobre la disponibilidad, con prioridad en resolver fallos, sostener la flota y preservar ventajas en entornos disputados.

En el plano operativo, la documentación oficial muestra tres escenarios de empleo: defensa cotidiana del espacio aéreo norteamericano bajo estructuras como NORAD y la Operación Noble Eagle; plataforma de apertura y apoyo en campañas en teatros como Siria e Irak; y refuerzos visibles de corto o medio plazo en regiones estratégicas como el Golfo Pérsico, Europa oriental y Asia-Pacífico, con integración en ejercicios o misiones de defensa antiaérea con aliados.
En ese tipo de despliegues, Estados Unidos asocia de forma constante la presencia de F-22 con la protección de fuerzas propias y aliadas, el refuerzo de defensas antiaéreas regionales y la demostración de capacidad para desplazar aviones de superioridad aérea a escenarios prioritarios. Un ejemplo ocurrió en la primavera de 2023, con doce F-22 que operaron desde Polonia y Estonia para contribuir a defender un tramo de aproximadamente 1.500 kilómetros de la frontera oriental de la OTAN.
