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EE. UU. emprende su escudo orbital: la Cúpula Dorada desafía la amenaza china

5 de julio de 2025
EE. UU. emprende su escudo orbital: la Cúpula Dorada desafía la amenaza china

La Cúpula Dorada, nuevo sistema defensivo de EE. UU., constituye una respuesta al avance militar espacial de China, lo cual provocó críticas de Pekín y Moscú.

Cúpula Dorada: Respuesta a la militarización espacial china

La administración Trump anunció la Cúpula Dorada, un sistema avanzado de defensa antimisiles diseñado para contrarrestar amenazas balísticas, de crucero e hipersónicas, con especial atención al espacio. Este programa, definido como un escudo defensivo, tiene como objetivo proteger a Estados Unidos frente al incremento del poder militar espacial de China. La reacción de Pekín fue inmediata: junto a Rusia, emitió una condena conjunta durante las ceremonias por el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, al acusar a Washington de alterar el orden global y transformar el espacio en un nuevo escenario de confrontación militar.

La declaración sino-rusa, formulada mientras se realizaban desfiles con tanques en la Plaza Roja, calificó la Cúpula Dorada como una infracción de normas internacionales. Sin embargo, estas acusaciones no tienen sustento. El Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967, que ambas naciones firmaron, prohíbe el emplazamiento de armas de destrucción masiva en el espacio, pero permite sistemas defensivos como el que Estados Unidos propuso. La Cúpula Dorada no constituye un arma ofensiva ni nuclear, sino una red de satélites y sensores destinada a la detección e interceptación de amenazas, en conformidad con lo dispuesto en el tratado.

El desarrollo de este sistema surge como una respuesta directa a las actividades de China. Entre 2018 y 2024, Pekín multiplicó por tres su número de satélites de inteligencia en órbita, según cifras del Departamento de Defensa estadounidense. En 2021, el Ejército Popular de Liberación de China inició investigaciones sobre el sistema de bombardeo orbital fraccionado (FOBS), una tecnología de la Guerra Fría que permite lanzar armas, incluidas nucleares, desde el espacio con escasa advertencia. Este sistema puede eludir radares y realizar ataques desde cualquier dirección, lo que plantea una amenaza grave para la seguridad de Estados Unidos.

La Agencia de Inteligencia de Defensa estima que, si China mantiene esta línea de desarrollo, podría operar 60 plataformas FOBS para 2035. Documentos militares chinos, traducidos por el Instituto de Estudios Aeroespaciales Chinos, afirman que estas capacidades están orientadas a ejercer presión global, incluso sobre los 50 estados de Estados Unidos. Esto sugiere una estrategia que no se limita a la disuasión, sino que busca influir militarmente en las decisiones de política exterior.

Datos clave sobre la Cúpula Dorada y la amenaza china

  • Propósito: La Cúpula Dorada tiene como función interceptar misiles balísticos, de crucero e hipersónicos mediante una red satelital defensiva.
  • Contexto chino: Entre 2018 y 2024, China incrementó su número de satélites de inteligencia de 100 a 300, según el Pentágono.
  • FOBS: El sistema orbital chino tiene la capacidad de realizar ataques nucleares sin previo aviso, con 60 plataformas previstas para 2035.
  • Capacidad hipersónica: Los misiles hipersónicos chinos pueden impactar en cualquier lugar del planeta en 30 minutos, superando los sistemas defensivos actuales.
  • Tratado de 1967: Impide el uso de armas de destrucción masiva en el espacio, pero autoriza sistemas defensivos como la Cúpula Dorada.

China critica, pero sus acciones impulsan la necesidad del sistema

La crítica de China a la Cúpula Dorada contradice su propio comportamiento. Un informe del Departamento de Defensa de 2024 indica que las autoridades chinas han adoptado una actitud más favorable al uso de la coerción militar para alcanzar fines estratégicos. Los avances en misiles hipersónicos, capaces de alcanzar cualquier punto del mundo en 30 minutos, dejaron sin efecto a sistemas defensivos estadounidenses como el Patriot-3, el THAAD-ER y el Standard Missile-6. La Cúpula Dorada ha sido diseñada para compensar esta brecha, mediante la incorporación de tecnologías como el Glide Phase Interceptor.

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La postura incoherente de Pekín queda expuesta al examinar su respuesta ante otras potencias. En 2024, tras revelaciones de inteligencia que implicaban a Rusia en el desarrollo de un arma nuclear antisatélite, Estados Unidos propuso una resolución ante la ONU para reafirmar los principios del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre. Este tipo de armas, de carácter ofensivo, infringen las normas del tratado. No obstante, China rechazó la resolución y reforzó su colaboración con Moscú al proponer un proyecto conjunto para instalar una planta nuclear en la Luna.

Este doble criterio demuestra que las objeciones de China no se centran en la militarización del espacio, sino en la capacidad de Estados Unidos para desarrollar un sistema defensivo funcional. La Cúpula Dorada no tiene por finalidad alterar la estabilidad global, sino establecer un mecanismo de disuasión. En un entorno caracterizado por el fortalecimiento de capacidades ofensivas por parte de regímenes autoritarios como el de Pekín, este sistema constituye una necesidad operativa para resguardar los intereses de Estados Unidos.

El contexto global de la carrera espacial militar

La Cúpula Dorada no se desarrolla en un vacío estratégico. La militarización del espacio ha representado una preocupación constante desde que China amplió su presencia orbital. En 2007, Pekín mostró su aptitud para destruir satélites al derribar uno propio mediante un misil, lo que generó miles de fragmentos de escombros que aún hoy comprometen misiones espaciales. Desde entonces, el país ha incrementado sus capacidades antisatélite con tecnologías como láseres y sistemas de interferencia, de acuerdo con un informe de la Fuerza Espacial de EE. UU.

En paralelo, Rusia ha adoptado un enfoque similar. Sus pruebas de armas antisatélite en 2020 y 2021 motivaron preocupación en el seno de la OTAN. Estas acciones llevaron a Estados Unidos a reformular su estrategia de defensa espacial. La Cúpula Dorada ha sido implementada como reacción a las capacidades de China y también para equilibrar la situación frente a otras potencias que intentan asegurar superioridad en el ámbito espacial.

El programa implica también consecuencias en el plano económico. Las inversiones destinadas a la Cúpula Dorada pueden generar empleos en el sector aeroespacial estadounidense, beneficiando a empresas como Lockheed Martin y Raytheon, que ya participan en el desarrollo de interceptores. Asimismo, el sistema ampliará la capacidad de Estados Unidos para asistir a sus aliados, en particular dentro del Indo-Pacífico, región en la que la actividad militar china se ha incrementado.

En conclusión, la Cúpula Dorada representa una adaptación necesaria dentro de la planificación defensiva de Estados Unidos. Ante el crecimiento de capacidades ofensivas en manos de China y la ausencia de cooperación internacional efectiva para frenar la militarización del espacio, este sistema ofrece una solución técnica para preservar la seguridad nacional en un ámbito que hoy forma parte de la competencia estratégica global.

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