El Ejército de los Estados Unidos ha adjudicado un contrato por 300 millones de dólares a General Dynamics Land Systems (GDLS) para la producción y entrega de más vehículos de combate M10 Booker. Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo clave por modernizar la flota de vehículos blindados y garantizar la preparación de la fuerza para futuros conflictos.
El M10 Booker, también conocido como vehículo de potencia de fuego móvil protegida (MPF), es una plataforma blindada ligera y altamente móvil, diseñada para mejorar la capacidad operativa del Ejército en entornos desafiantes. Este vehículo es esencial para cubrir una brecha operativa importante en las brigadas de infantería, brindando apoyo de fuego directo con una combinación única de potencia similar a la de un tanque y la movilidad de un vehículo más ligero.
Con un peso aproximado de 42 toneladas, el M10 Booker equilibra perfectamente potencia y agilidad, adaptándose a las exigencias de la guerra moderna. Su cañón de 105 mm es capaz de destruir fortificaciones y amenazas blindadas, proporcionando un apoyo de fuego crucial para las unidades de infantería. Esta capacidad permite a las tropas moverse de manera más eficiente, sin depender de vehículos más pesados como el tanque M1 Abrams, optimizando los despliegues rápidos.
La movilidad es una de las principales ventajas del M10. Equipado con un chasis de orugas, el vehículo puede atravesar terrenos difíciles sin perder velocidad ni maniobrabilidad. Alcanza una velocidad superior a los 72 km/h, situándose entre los más ágiles de su categoría. Su sistema de transmisión robusto y la avanzada suspensión permiten que el M10 acompañe a las formaciones de infantería y supere en maniobrabilidad a otros vehículos blindados más grandes.
La integración del M10 Booker permitirá al Ejército ejecutar operaciones ofensivas rápidas y precisas, aumentando la sostenibilidad en combate. Además, su blindaje de última generación lo protege contra amenazas tanto cinéticas como químicas. El blindaje modular adaptable ofrece un equilibrio adecuado entre protección y movilidad, ajustándose a las diferentes amenazas del campo de batalla.
El M10 también cuenta con un sistema de protección activa (APS) integrado que detecta y neutraliza amenazas como misiles guiados antitanque (ATGM), proporcionando una defensa en capas contra ataques antiblindaje avanzados. Junto con su alto nivel de automatización y sistemas avanzados de control de tiro, que incluyen imágenes térmicas y telémetros láser, el vehículo garantiza precisión en el ataque de objetivos tanto de día como de noche.
El vehículo está tripulado por cuatro personas: comandante, artillero, cargador y conductor. Esta configuración minimiza la logística, al requerir menos personal que otras plataformas. Además, la torreta operada de forma remota mejora la seguridad de la tripulación, manteniéndola protegida dentro del casco blindado.
El Ejército de los EE. UU. planea integrar el M10 Booker en los Equipos de Combate de Brigada de Infantería (IBCT) en los próximos años, para dotar a estas unidades de capacidades de fuego directo. Históricamente, los IBCT dependen de vehículos más ligeros y cuentan con un apoyo limitado en términos de blindaje, lo que convierte al M10 en una adición estratégica fundamental. Esta nueva capacidad les permitirá enfrentar defensas enemigas de manera más efectiva y mantener posiciones clave en terrenos disputados, especialmente en zonas donde los vehículos más pesados resultan menos prácticos por las condiciones del terreno o las limitaciones logísticas.
En cuanto a sus ventajas logísticas, el M10 Booker destaca por requerir menos mantenimiento que las plataformas blindadas anteriores. También reduce la necesidad de piezas especializadas y consume menos combustible, haciéndolo ideal para operaciones prolongadas.
Este contrato de 300 millones de dólares permitirá al Ejército continuar adquiriendo estos vehículos a un ritmo constante, asegurando su preparación para futuras misiones y facilitando a General Dynamics Land Systems un aumento eficiente en la producción. La adquisición del M10 Booker forma parte de una estrategia más amplia del Ejército para mejorar la movilidad, capacidad de supervivencia y letalidad en sus plataformas de combate.
La inversión en estos vehículos pone de manifiesto el compromiso del Ejército con mantener su superioridad tecnológica en el campo de batalla. A medida que los adversarios continúan desarrollando sistemas antiblindaje avanzados, la incorporación de plataformas como el M10 Booker garantiza que las fuerzas estadounidenses estén preparadas para enfrentar nuevas amenazas. Este contrato refleja además las tendencias actuales en adquisiciones militares, que priorizan la versatilidad y las capacidades multidominio, adaptándose a un entorno global de seguridad en constante evolución.