El lanzamiento de Lanza del Sur se produce en medio del aumento de maniobras navales y aéreas de EE. UU. cerca de la costa venezolana
Estados Unidos anunció el 13 de noviembre de 2025 el inicio de la operación Lanza del Sur, según informó Pete Hegseth, secretario del Departamento de Guerra, en la red social X. Explicó que la misión busca expulsar a “narcoterroristas” del hemisferio occidental y proteger el territorio estadounidense. Precisó que la Fuerza de Tarea Conjunta Lanza del Sur, en coordinación con el Mando Sur, tendrá la conducción operativa. El anuncio coincidió con un despliegue naval reforzado en el Caribe que incluye al portaaviones Gerald R. Ford y sus escoltas.
En su mensaje, Hegseth señaló que la orden provino directamente del presidente y la vinculó con la estrategia de bloquear el flujo de estupefacientes hacia Estados Unidos. Reiteró que la misión está “liderada por la Fuerza de Tarea Conjunta Lanza del Sur y el Mando Sur”, sin ofrecer precisiones sobre zonas de operaciones ni reglas de enfrentamiento. Los medios internacionales reprodujeron su publicación íntegra y confirmaron la falta de detalles tácticos o logísticos en el comunicado original.
El anuncio se inscribe en una serie de ataques recientes contra embarcaciones señaladas por Washington como dedicadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental desde septiembre. Funcionarios de Defensa informaron que esta semana ocurrió el vigésimo ataque desde el inicio de la campaña, con cuatro muertos a bordo de una lancha, lo que eleva el total a 79 muertos. Estas cifras representan el saldo acumulado hasta la fecha del lanzamiento de Lanza del Sur.
El Mando Sur, con sede en Florida, figura como la estructura de control principal de Lanza del Sur, de acuerdo con el comunicado oficial difundido por el secretario y las confirmaciones de medios internacionales. La referencia a una fuerza de tarea conjunta revela la integración de capacidades navales, aéreas y anfibias para ejecutar misiones de interdicción marítima y aérea en zonas de tránsito del narcotráfico. Este modelo operativo quedó respaldado por fuentes que citan a Hegseth y sitúan a la fuerza bajo la autoridad del Mando Sur.
El despliegue naval constituye otro componente fundamental del dispositivo. Autoridades estadounidenses señalaron que el grupo de ataque del portaaviones Gerald R. Ford se sumó esta semana al conjunto operativo ya desplegado en el Caribe, integrado por ocho buques de guerra, un submarino nuclear y cazas F-35. Desde septiembre se ha registrado un incremento gradual de medios, incluido el envío de aeronaves furtivas a Puerto Rico y la ampliación de la presencia naval para bloquear rutas marítimas usadas por organizaciones criminales transnacionales.
La dimensión tecnológica de la operación incluye plataformas no tripuladas marítimas y aéreas, según registros de la Marina publicados meses atrás. En esa documentación, se describió “Operación Southern Spear” como un marco de integración de sistemas aéreos de despegue vertical y embarcaciones no tripuladas para vigilancia marítima y apoyo a misiones antinarcóticos.
Ese antecedente se considera un referente técnico aplicable al formato anunciado de Lanza del Sur, con un propósito de interdicción y reconocimiento marítimo En las dos últimas semanas se registraron acciones letales en el Pacífico oriental y en el Caribe, con víctimas atribuidas a tripulaciones de redes criminales, sin identificación pública ni presentación de pruebas abiertas. El recuento de 79 muertos en 20 ataques constituye la referencia cuantitativa más reciente asociada al inicio formal de Lanza del Sur.
El dispositivo operativo incluye aviación embarcada del portaaviones, unidades de superficie con misiles, aeronaves de reconocimiento y cazas furtivos F-35 bajo mando del Mando Sur. Desde septiembre, el gobierno estadounidense envió diez F-35 a Puerto Rico para operaciones de interdicción y mantuvo buques en el Caribe y el Atlántico occidental. La llegada del Gerald R. Ford reforzó la capacidad de mando, comunicaciones y defensa antiaérea y submarina.
El lanzamiento de Lanza del Sur ocurre mientras medios registran el incremento de maniobras navales y aéreas cerca de la costa caribeña de Venezuela, cuyo gobierno declaró medidas de alistamiento militar. Se han reportado ejercicios internos y movimientos preventivos como respuesta a la acumulación de medios estadounidenses en la región. Hasta ahora, el Departamento de Guerra no ha delimitado áreas específicas de responsabilidad ni cambios en las reglas de empleo de la fuerza.
El lenguaje empleado por Hegseth mantiene la calificación de “narcoterroristas” para las tripulaciones de las embarcaciones atacadas desde el inicio de la campaña. Esta expresión se ha repetido en comunicados y notas oficiales como parte del marco conceptual de la operación. Con la designación Lanza del Sur, el Departamento de Guerra unifica bajo un solo nombre las misiones de interdicción y ataques de precisión iniciadas en septiembre.
Medios con base en Washington y Miami informaron además que el despliegue contempla el fortalecimiento logístico en instalaciones caribeñas empleadas en décadas anteriores. Imágenes recientes muestran trabajos de modernización en una antigua base naval de la Guerra Fría, destinados a ampliar la capacidad de apoyo para misiones de vigilancia y control marítimo ilícito, en paralelo al aumento de unidades de combate. Ese componente logístico complementa al grupo de portaaviones y a las plataformas no tripuladas mencionadas por la Marina.
En la fase previa a Lanza del Sur también se registraron acciones en el Pacífico oriental con apoyo aéreo de largo alcance y coordinación con guardacostas regionales para operaciones de rescate. Informes nacionales señalan que uno de los episodios recientes dejó catorce muertos tras cuatro ataques en un solo día, mientras que otras series reportaron tres y cuatro muertos en jornadas distintas. Los partes oficiales insisten en la existencia de cargamentos de drogas, aunque no se han divulgado pruebas verificables sobre incautaciones.
La Marina estadounidense vinculó en enero a Southern Spear con el uso de embarcaciones de superficie no tripuladas, interceptores automáticos y drones de despegue vertical combinados con unidades tripuladas. Estos recursos buscan mejorar la detección temprana y la interdicción remota en rutas de contrabando, con énfasis en vigilancia persistente, identificación de objetivos y ataques de precisión contra embarcaciones pequeñas en mar abierto.
En el plano institucional, la creación de una Fuerza de Tarea Conjunta específica sitúa Lanza del Sur dentro de la tradición de mandos ad hoc estadounidenses para campañas limitadas. El Mando Sur conserva la autoridad regional, mientras la fuerza de tarea coordina medios navales, aéreos y de inteligencia en los frentes del Caribe y el Pacífico. El comunicado del secretario y su difusión internacional fijan este esquema como el eje orgánico del lanzamiento.
Con la incorporación del Gerald R. Ford, Estados Unidos consolida en el entorno latinoamericano una fuerza con capacidad de operaciones sostenidas y proyección a larga distancia, respaldada por destructores y fragatas equipadas con sensores y armamento de defensa múltiple. Los F-35 desplegados fortalecen la cobertura aérea y de reconocimiento, y el submarino nuclear añade disuasión y vigilancia prolongada. Fuentes oficiales y de prensa coinciden en que esta presencia representa la mayor concentración naval estadounidense en la región en décadas.
En términos operativos, Lanza del Sur surge como una campaña anunciada por el secretario de Guerra en X, bajo mando compartido entre una fuerza de tarea y el Mando Sur, con un historial previo de veinte ataques letales desde septiembre que dejaron 79 muertos. Su estructura combina refuerzo naval y aéreo, presencia del portaaviones Gerald R. Ford, despliegue de F-35 en Puerto Rico y empleo de sistemas no tripulados para vigilancia e interdicción marítima.