El pacto de 142.000 millones con Arabia Saudita choca con la doctrina que preserva la superioridad militar de Israel en la región.
Acuerdo saudí enfrenta restricciones por compromiso con Israel
Donald Trump anunció el 13 de mayo de 2025 un acuerdo de armas de 142.000 millones de dólares con Arabia Saudita, descrito por la Casa Blanca como “el mayor acuerdo de ventas de defensa de la historia”. Este pacto busca modernizar el arsenal saudí en áreas como fuerza aérea, defensa antimisiles, seguridad marítima, protección fronteriza y tecnología de comunicaciones. Sin embargo, expertos señalan que la doctrina estadounidense de preservar la Ventaja Militar Cualitativa (QME) de Israel impondrá límites significativos a la transferencia de armamento avanzado, como los cazas furtivos F-35 solicitados por Riad.
La QME, formalizada en 2008 mediante una ley estadounidense, obliga a considerar la superioridad militar de Israel antes de cualquier venta de armas a países de Oriente Medio. Esta política, instaurada durante la presidencia de Lyndon B. Johnson, garantiza que Israel, como aliado democrático rodeado de vecinos hostiles, mantenga una ventaja tecnológica y táctica. La negativa de EE. UU. a vender F-35 a Arabia Saudita y otros estados árabes refleja este compromiso, ya que Israel es actualmente el único país de la región que opera 45 de estos aviones avanzados.
Arabia Saudita ha expresado interés en adquirir F-35 desde 2017, tras un acuerdo de armas de 110.000 millones de dólares con EE. UU. que no incluyó estos cazas. Fuentes anónimas citadas por Reuters indicaron en mayo de 2025 que Riad y Washington discutieron una posible compra, pero no hay claridad sobre el avance de las negociaciones. Zain Hussain, investigador del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, afirmó: “La exportación de F-35 a otros estados de la región presentaría un cambio significativo en la política de EE. UU.”.
Israel ha fortalecido su ventaja al personalizar su flota de F-35, rebautizada como “Adir”. En colaboración con Lockheed Martin, empresas israelíes integraron sistemas avanzados de guerra electrónica, capacidades de comando y control, y armamento local. Esta exclusividad operativa refuerza la posición de Israel como el operador más experimentado de estos aviones en la región.
Datos clave sobre el acuerdo de armas y la QME
- Monto del acuerdo: 142.000 millones de dólares, el mayor en la historia de ventas de defensa de EE. UU.
- Áreas clave: Modernización de fuerza aérea, defensa antimisiles, seguridad marítima, fronteras y comunicaciones.
- F-35 en la región: Israel opera 45 cazas, siendo el único país de Oriente Medio con este avión.
- Presupuesto saudí: Arabia Saudita incrementó su gasto militar a 78.000 millones de dólares en 2025.
- Ley de QME: Formalizada en 2008, exige priorizar la superioridad militar de Israel en ventas regionales.
Historial de tensiones por ventas de armas en la región
Las ventas de armas estadounidenses a estados árabes han generado tensiones con Israel en el pasado. En 1981, Jerusalén se opuso a la venta de aviones AWACS y mejoras para F-15 a Arabia Saudita, argumentando que erosionaban su ventaja tecnológica. A pesar de la aprobación por un estrecho margen en el Congreso, Ronald Reagan compensó a Israel con 600 millones de dólares en ayuda militar y 15 nuevos F-15. En 2020, la administración Trump acordó vender 50 F-35 a los Emiratos Árabes Unidos tras su normalización con Israel en los Acuerdos de Abraham. Jerusalén no se opuso tras recibir garantías de EE. UU., pero la venta colapsó en 2021 por desacuerdos con Abu Dhabi.
El actual acuerdo saudí se anunció durante la visita de Trump a Riad el 13 de mayo de 2025, donde elogió la transformación de Arabia Saudita bajo el liderazgo del príncipe heredero Mohammed bin Salman. En el Foro de Inversión Saudí-Estados Unidos, Trump destacó la “estrecha asociación” entre ambos países y el rol de Riad como líder empresarial global. Sin embargo, la exclusión de Israel en la gira de Trump, que incluyó visitas a Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, generó preocupación en Jerusalén sobre un posible cambio en las prioridades regionales de EE. UU..
Arabia Saudita ha incrementado su gasto militar, pasando de 75.800 millones de dólares en 2024 a 78.000 millones en 2025, según Ahmad Al-Ohali, gobernador de la Autoridad general de Industrias Militares. Este aumento posiciona al reino como el quinto mayor inversor en defensa a nivel global y el primero en el mundo árabe, reflejando su ambición de desempeñar un rol más asertivo en la región.
El acuerdo de armas se enmarca en los esfuerzos de Trump por lograr la normalización entre Arabia Saudita e Israel, un objetivo clave de su segundo mandato. Sin embargo, Riad ha condicionado cualquier acuerdo a un alto el fuego en Gaza y avances hacia un Estado palestino, demandas que complican las negociaciones en medio de la guerra en curso.
Implicaciones regionales y prioridades de EE. UU.
La doctrina QME ha moldeado las ventas de armas estadounidenses durante décadas, equilibrando el apoyo a aliados árabes con la prioridad de mantener la superioridad de Israel. La posible inclusión de F-35 en el acuerdo saudí representaría un desafío directo a esta política, dado que estos cazas otorgan capacidades de sigilo, fusión de datos y ataque profundo superiores a cualquier otra aeronave en la región. Hussain señaló: “La exportación del F-35 a otro estado significaría potencialmente que adquiera capacidades ampliamente consideradas superiores”.
La visita de Trump a Riad, descrita por el Dr. H. A. Hellyer del Royal United Services Institute como un ejercicio de “transaccionalismo de ‘Estados Unidos primero’”, priorizó las relaciones con el Consejo de Cooperación del Golfo. Aunque Washington expresó frustración por la prolongada guerra en Gaza, la secretaria de prensa Karoline Leavitt reafirmó el compromiso de Trump con poner fin al conflicto, negando informes de un abandono de Israel.
La exclusión de Israel en la gira de Trump generó críticas en Jerusalén. La columnista Sima Kadmon, en Yedioth Ahronoth, escribió: “Nos encontramos jugando el papel de Cenicienta antes de la transformación”. Esta percepción se vio amplificada por recientes decisiones de EE. UU., como las conversaciones nucleares con Irán y un acuerdo con Hamás para liberar al rehén Edan Alexander, que no incluyeron a Israel.
A pesar de estas tensiones, el compromiso de EE. UU. con la QME permanece intacto, limitando la transferencia de tecnología militar avanzada a Arabia Saudita. El acuerdo de armas, aunque histórico, deberá ajustarse a esta doctrina, asegurando que Israel mantenga su ventaja estratégica en un entorno regional cada vez más competitivo.