La Fuerza Aérea de EE. UU. prolongará la operatividad de 90 QF-16 por al menos una década, asegurando su uso en pruebas de armas y entrenamiento de combate.
Contrato para extender la operatividad de los QF-16
El Centro de Gestión del Ciclo de Vida de la Fuerza Aérea anunció en marzo de 2025 su intención de adjudicar un contrato para mantener una flota de 90 aviones QF-16 hasta mediados de la década de 2030. Esta decisión refleja el compromiso prolongado con la plataforma.
El contrato busca asegurar que los F-16 Fighting Falcons modificados para entrenamiento y pruebas de armas continúen operativos. Esta flota es clave para simular amenazas aéreas avanzadas a un costo reducido. Aunque la Fuerza Aérea aún no ha revelado detalles sobre costos o plazos de licitación, se espera que los contratistas reciban los requisitos en los próximos meses.
El QF-16, una versión no tripulada del F-16, ha sido un elemento central en el programa de objetivos aéreos de la Fuerza Aérea desde 2013. Boeing convierte F-16 retirados del almacenamiento en Arizona en drones capaces de alcanzar Mach 2 y soportar maniobras de 9G, replicando el desempeño de cazas enemigos.
En 2017, Boeing confirmó que el QF-16 reemplazó al QF-4, basado en el F-4 Phantom de la era de Vietnam. Según un informe de Defense News de julio de 2024, más de 100 QF-16 habían sido utilizados como blancos en pruebas de misiles como el AIM-120 AMRAAM.
Extensión del programa y modernización de los QF-16
The War Zone informó que la Fuerza Aérea mantendrá 90 QF-16 en operación por al menos 10 años, asegurando su disponibilidad para pruebas de armas avanzadas. La extensión responde a la necesidad de evaluar nuevas tecnologías en un entorno de combate simulado.

Un portavoz de la Fuerza Aérea declaró a Air & Space Forces que el QF-16 sigue siendo clave para validar sistemas de armas. El mantenimiento incluirá actualizaciones en fuselajes, aviónica y sistemas de control remoto para garantizar que la flota pueda llevar a cabo misiones complejas.
Se prevé que los contratistas interesados presenten propuestas conforme avance el proceso de licitación. Un coronel retirado de la Fuerza Aérea afirmó a Breaking Defense que “mantener 90 QF-16 activos garantiza una ventaja en pruebas, ya que cazas como el F-35 necesitan blancos realistas”.
Características clave del programa QF-16
- Los QF-16 pueden portar contramedidas y simular tácticas enemigas avanzadas.
- En X, entusiastas de la aviación han destacado su importancia en el desarrollo de misiles.
- La Fuerza Aérea ha confiado en estos drones desde el retiro del QF-4 en 2016.
- Algunos analistas cuestionan la viabilidad del programa debido a la antigüedad de los fuselajes.
- Un informe de 2023 advierte sobre el aumento de costos de mantenimiento en plataformas heredadas.
Debate sobre costos y futuro del programa
Algunos expertos han expresado dudas sobre la viabilidad a largo plazo del programa. Un analista citado por Forbes señaló que “mantener estos aviones por diez años es un desafío, ya que los repuestos son limitados y los fuselajes tienen décadas de uso”.
La Oficina de Responsabilidad Gubernamental advirtió que el mantenimiento de plataformas antiguas incrementa los costos operativos. Un asistente del Congreso, citado por The Hill, cuestionó la inversión en el QF-16 cuando podrían desarrollarse drones más avanzados.

Desde su primer derribo en 2017, los QF-16 han participado en cientos de misiones, muchas de ellas terminando en su destrucción en pruebas como las realizadas en White Sands, Nuevo México. Un informe de DVIDS de julio de 2024 describió una prueba en la que un QF-16 evadió amenazas antes de ser impactado por un AIM-9X Sidewinder.
Impacto operativo y posibles alternativas
Boeing equipa cada QF-16 con un sistema de control remoto avanzado, operado desde bases como Tyndall, en Florida. Un ingeniero de la compañía afirmó en 2018 a Aviation Week que “estos drones conservan la velocidad y agilidad del F-16 original”.
El mantenimiento de la flota requerirá una inversión considerable. The War Zone estimó que el contrato incluirá mantenimiento de motores Pratt & Whitney F100 o General Electric F110, junto con reparaciones estructurales y electrónicas.
Un experto en logística citado por Reuters calculó que los costos anuales podrían alcanzar los 50 millones de dólares. Señaló que “no solo se trata de reparaciones, sino de mantenerlos listos para ser derribados en pruebas”.
El programa QF-16 ha sido un pilar en la preparación militar de EE. UU., respaldando ejercicios como el Programa de Evaluación de Sistemas de Armas en la Base Holloman. Un piloto del 82º Escuadrón de Objetivos Aéreos declaró que “enfrentar un QF-16 se siente como un combate real”.
Perspectivas a futuro para los drones de prueba
A pesar de su utilidad, el programa enfrenta críticas. Un organismo de control del presupuesto de defensa, citado por Politico, advirtió que mantener estos drones por diez años podría impedir la inversión en sistemas más modernos. Alternativas como el Avión de Combate Colaborativo, una plataforma autónoma vinculada a cazas tripulados, podrían estar listas para pruebas en 2024.

Mientras tanto, la Fuerza Aérea evalúa cómo equilibrar la dependencia de estos drones con la necesidad de modernización. Un bloguero militar ruso en Telegram afirmó que EE. UU. “sigue usando tecnología obsoleta”, aunque estas declaraciones parecen responder a la propaganda de Moscú.
El contrato aún no tiene un alcance definido. The War Zone informó que el Ejército, que colabora en programas de objetivos aéreos, podría retrasar la licitación hasta finales de la primavera de 2025.
En términos financieros, un comunicado de Boeing en 2022 estimó el costo de conversión de cada QF-16 en 15 millones de dólares. Sin embargo, el mantenimiento durante una década podría superar los 500 millones de dólares, dependiendo del uso.
Para los contribuyentes, este programa representa una combinación de eficiencia y gasto significativo. Más de 200 F-16 almacenados en AMARG podrían ser convertidos en QF-16, evitando el desarrollo de nuevos drones desde cero. Un funcionario del Pentágono afirmó que “estos aviones están teniendo una segunda vida”.
Sin embargo, con el envejecimiento de los fuselajes y la presión sobre el presupuesto de defensa, el futuro del programa dependerá de su ejecución. La Fuerza Aérea deberá equilibrar la necesidad de estos drones con la transición a tecnologías más avanzadas para enfrentar las amenazas emergentes.