El Congreso de Estados Unidos recibió una notificación informal sobre un acuerdo de armas con Israel por $8 mil millones, que incluye municiones para aviones de combate y helicópteros de ataque, además de proyectiles de artillería, según Axios. Dos fuentes confirmaron que gran parte del armamento podría tardar más de un año en ser entregado, aunque parte provendría de existencias actuales.
La propuesta, que requiere la aprobación de los comités de relaciones exteriores del Congreso, incluye misiles aire-aire AIM-120C-8 AMRAAM, proyectiles de artillería de 155 mm, misiles Hellfire AGM-114, bombas de pequeño diámetro y kits JDAM para convertir bombas convencionales en municiones de precisión. En noviembre, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, criticó los retrasos en los envíos de armamento bajo la administración Biden, anticipando cambios con la entrada de Donald Trump.
El Departamento de Estado justificó el acuerdo como una medida para “reabastecer existencias críticas y fortalecer las defensas aéreas de Israel”. Un funcionario estadounidense subrayó el derecho de Israel a defender a sus ciudadanos frente a amenazas de Irán y grupos aliados como Hamás y Hezbolá.
En agosto, Estados Unidos aprobó la venta de equipo militar a Israel por $20 mil millones, mientras que en noviembre confirmó otro acuerdo de $680 millones. Según el Ministerio de Defensa israelí, más de 50,000 toneladas de armamento han llegado a Israel desde el inicio de la guerra.
Israel enfrenta múltiples frentes de agresión en Medio Oriente, una situación exacerbada tras el ataque masivo de Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejó 1,200 muertos y 251 secuestrados. Desde entonces, los enfrentamientos se han intensificado en Gaza, donde las cifras de muertos provistas por Hamás ascienden a más de 45,000, aunque no se diferencian entre civiles y combatientes. Israel sostiene que ha matado a 18,000 combatientes y asegura que Hamás usa a civiles como escudos humanos.
La crisis humanitaria en Gaza sigue en aumento, con miles de desplazados viviendo en condiciones precarias. Israel afirma haber permitido la entrada de ayuda humanitaria, mientras que agencias internacionales denuncian obstáculos en la distribución. Las tensiones persisten también en Líbano, donde un alto el fuego frágil intenta contener la guerra con Hezbolá.