La Fuerza Aérea de los Estados Unidos ha decidido retirar otro bombardero B-2 Spirit, lo que reducirá la flota a un total de 19 unidades operativas. Esta medida se ha tomado tras un accidente ocurrido a finales de 2022, que dejó el avión tan dañado que su reparación se considera económicamente inviable.
En la actualidad, la Fuerza Aérea emplea tres modelos de bombarderos estratégicos: el B-52 Stratofortress, el B-1B Lancer y el B-2 Spirit. De estos, el B-2 es el más avanzado tecnológicamente, con capacidades de sigilo que le permiten penetrar en el espacio aéreo enemigo sin ser detectado.
Además, la Fuerza Aérea de EE. UU. está desarrollando un nuevo bombardero, el B-21 Raider, que eventualmente reemplazará al Spirit. Hasta que este nuevo modelo esté operativo, el B-2 sigue siendo el bombardero más moderno de la flota.
La Fuerza Aérea perderá de manera definitiva otro de sus bombarderos B-2, reduciendo su flota a 19 unidades. Según el Departamento de Defensa, “el B-2 será desactivado en el año fiscal 2025 debido a los daños sufridos en un accidente terrestre, cuya reparación se considera antieconómica”.
El incidente ocurrió a finales de 2022, cuando el bombardero sufrió un aterrizaje de emergencia que se saldó con un incendio en la pista. Ante esta situación, la Fuerza Aérea ha considerado que no vale la pena destinar recursos adicionales para reparar estos fuselajes, dado que el B-21 Raider está destinado a reemplazarlos por completo. Sin embargo, como el Raider aún no está listo para entrar en servicio, la Fuerza Aérea debe ser cautelosa al reducir aún más su flota de bombarderos, que ya es limitada.
Aunque el Spirit fue introducido hace más de 35 años, sigue siendo una pieza clave en la capacidad estratégica de la Fuerza Aérea. En la década de 1970, se reconoció la necesidad de un avión capaz de eludir los radares y volar casi indetectado.
Northrop Grumman fue la empresa seleccionada para desarrollar el B-2, un bombardero capaz de transportar 40.000 libras de armas convencionales y nucleares, incluyendo hasta 16 bombas de 2.000 libras guiadas por satélite. El B-2 ha participado en conflictos en Irak, Kosovo, Afganistán y Libia, demostrando su eficacia en combate.
Aunque el B-2 todavía ofrece capacidades valiosas, se espera que el Raider lo sustituya como el principal bombardero estratégico del mundo. Northrop describe al B-21 Raider, fruto del programa Long-Range Strike Bomber de la Fuerza Aérea, como un bombardero de sexta generación.
El B-21 se presentó oficialmente a finales de 2022 en las instalaciones de producción de Northrop en Palmdale, California. Aunque las especificaciones exactas del Raider son altamente confidenciales, se sabe que es aproximadamente un 15% más corto que el B-2, lo que lo hace más difícil de detectar por radares enemigos.
Al igual que sus predecesores, el Raider será capaz de llevar a cabo misiones de bombardeo estratégico y de ataque de largo alcance desde bases en los Estados Unidos, y contará con capacidad nuclear.
A pesar de que se espera que el B-21 Raider se convierta en una fuerza dominante cuando entre en servicio, el B-2 sigue siendo el bombardero más avanzado en la flota de la Fuerza Aérea.
Mantener una presencia robusta de bombarderos es crucial para disuadir a los adversarios de Estados Unidos, y la Fuerza Aérea deberá gestionar cuidadosamente la transición entre estas dos plataformas clave.