El gobierno de Biden ha retenido envíos de dos tipos de bombas de precisión fabricadas por Boeing, con el fin de enviar un mensaje político a Israel, según un funcionario estadounidense y otras seis personas familiarizadas con las deliberaciones. Esta acción marca un giro significativo en la política de armas estadounidense hacia Israel.
La venta pendiente de municiones de ataque directo conjunto y de bombas de pequeño diámetro aún no ha sido firmada por Estados Unidos, revelaron seis fuentes de la industria y del Congreso. Según un funcionario de la administración de Biden, que habló bajo condición de anonimato, la administración no ha negado formalmente la venta, pero ha pospuesto las aprobaciones y otros procedimientos de transferencia de armas para comunicar su mensaje a Israel.
Este retardo es el primero desde que Hamás atacó Israel el 7 de octubre. El presidente Joe Biden, quien ha recibido presión dentro de su partido para condicionar la ayuda a Israel, enfrenta críticas de su partido debido a las consecuencias humanitarias de la campaña israelí en Gaza y las acusaciones de ataques a convoyes humanitarios.
Un alto asesor del Congreso y otras dos personas, que también pidieron anonimato, confirmaron que las municiones ya estaban listas para ser enviadas a Israel cuando se anunció la retención. Un funcionario de la industria mencionó que la administración instruyó a Boeing a detener el envío debido a “razones políticas”, descartando problemas relacionados con la cadena de suministro. Otro asesor del Congreso describió la situación como un “retraso” en un proceso que usualmente es una venta comercial directa entre Israel y el contratista, pero que requiere la aprobación del gobierno estadounidense.
EE. UU. retiene envíos de bombas de precisión a Israel
Axios fue el primero en reportar la retención de armas no especificadas por parte de EE. UU., mientras que el Wall Street Journal reveló que la retención involucraba municiones JDAM. Informes recientes añaden que las bombas de pequeño diámetro también están siendo retenidas, un detalle que no había sido divulgado anteriormente.
Representantes del Departamento de Estado y del Pentágono se abstuvieron de comentar sobre estos informes. No obstante, el mayor general Pat Ryder, portavoz del Pentágono, comunicó a los periodistas el lunes que no estaba al tanto de cambios en la política estadounidense respecto al condicionamiento de la ayuda a Israel.
Esta noticia surge tras 48 horas de intensos acontecimientos en la guerra entre Israel y Hamás. Tras el ataque con cohetes, que se saldó con la muerte de soldados israelíes, Israel ordenó la evacuación de 100,000 civiles en Rafah hacia una zona segura. Posteriormente, Hamás anunció inesperadamente que había aceptado una propuesta de alto el fuego de Egipto y Qatar, diferente de una versión previamente aprobada por Israel.
Las Fuerzas de Defensa de Israel iniciaron una nueva operación en Gaza, dirigida a los terroristas y descrita como un esfuerzo por ejercer presión militar sobre Hamás, según un comunicado del primer ministro Benjamin Netanyahu. Netanyahu afirmó que la operación continuaría para presionar a Hamás.
En este contexto, una llamada de 30 minutos entre Biden y Netanyahu el lunes reflejó la urgencia de la situación. Durante meses, funcionarios estadounidenses han advertido a Israel contra lanzar operaciones en Rafah, donde más de un millón de palestinos desplazados han buscado refugio.
El retraso en los envíos de armas señala un nuevo enfoque de EE. UU. para presionar discretamente a Israel, evitando un cese dramático y público de la ayuda militar en su totalidad. La administración Biden parece frustrada con el manejo israelí de la situación de los civiles palestinos en Gaza y opta por una táctica más sutil, esperando posiblemente que esto motive al gobierno israelí a modificar su enfoque hacia una posible invasión total de Rafah.
Congreso de EE. UU. retrasa ventas de armas a Israel
Mientras algunas ventas de armas a Israel han sido aprobadas por el gobierno de Biden, su avance se ha estancado en el Congreso. El representante Gregory Meeks (D-N.Y.), alto miembro del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, ha postergado durante meses la aprobación de una venta de aviones F-15 valorada en 18.000 millones de dólares y otras municiones a Israel. A diferencia de las municiones de precisión que están en espera, la entrega de los aviones F-15 tomaría años en concretarse.
Adicionalmente, el gobierno de Biden debe informar al Congreso antes del miércoles si Israel ha infringido el derecho internacional o ha restringido la ayuda humanitaria a Gaza, lo que podría aumentar las demandas para detener los envíos de armas de EE. UU. a Israel. En febrero, la administración emitió un memorando que requiere que los beneficiarios de la ayuda militar estadounidense aseguren su cumplimiento con las leyes de EE. UU., y que el Departamento de Estado evalúe estas garantías.
La presión para que Biden retenga armamento ofensivo a Israel se intensifica tras los ataques de Israel en Rafah. El senador Chris Van Hollen (D-Md.) ha sido una voz crítica, argumentando que EE. UU. no debe apoyar una invasión que resultaría en “incalculables víctimas civiles adicionales y un impacto devastador en la ayuda humanitaria”. En un comunicado, Van Hollen instó a la administración a pausar la entrega de armas ofensivas financiadas por los contribuyentes estadounidenses hasta que Israel atienda las demandas de Biden respecto a su conducta en la guerra.
“Es crucial que el presidente y Estados Unidos utilicen todas las herramientas políticas disponibles para hacer cumplir esta postura”, dijo Van Hollen, comprometiéndose a seguir presionando a la administración para que tome medidas concretas en respuesta a las acciones del gobierno de Netanyahu.