La Fuerza Aérea integra plan de flota de 145 B-21 Raider con transición de bases, producción inicial, y certificación gradual de armas convencionales y nucleares.
Objetivo de flota, desarrollo del B-21 y transición programada inicial
La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha fijado como objetivo una flota de 145 bombarderos B-21 Raider para alcance global con capacidad de penetración y doble misión, convencional y nuclear. Esta previsión integra la transición de bases y unidades designadas, el ritmo de producción asociado al contrato de fabricación de baja cadencia y la incorporación escalonada de armamento conforme al calendario de ensayos y certificaciones correspondientes de sistemas y armas.
El B-21 forma parte del programa de Ataque de Largo Alcance que la Fuerza Aérea impulsó en la década de 2010 para recuperar bombarderos capaces de penetrar defensas modernas. Northrop Grumman recibió en 2015 el contrato de desarrollo con la Oficina de Capacidades Rápidas al frente. Tras la presentación en Palmdale el 2 de diciembre de 2022, el primer vuelo ocurrió el 10 de noviembre de 2023 y el aparato pasó a Edwards para ensayos.
El objetivo de 145 aeronaves vincula la demanda de plataformas con la retirada escalonada de B-2A y parte de B-1B en los primeros años de la década de 2030, a medida que el B-21 alcance capacidad operativa inicial y aumente el número en servicio. En paralelo, la Fuerza Aérea mantiene la línea B-52 con remotorización y modernización hacia el estándar B-52J, y combina penetración furtiva con lanzamiento de largo alcance desde entornos menos contestados.
El calendario operativo mantiene la meta de capacidad operativa inicial a finales de la década, con incremento de unidades en los años siguientes hasta completar la primera ala y, después, las siguientes. La retirada de B-1B y B-2A se sincroniza con la entrada en servicio del B-21 para evitar vacíos de cobertura estratégica. El B-52J conserva la función de portador de largo alcance desde el exterior de zonas fuertemente defendidas y complementa al B-21.

Datos clave del programa B-21 para el lector especializado
- Objetivo de 145 aeronaves B-21 Raider para doble misión.
- Bases operativas: Ellsworth, Dyess y Whiteman; sostenimiento en Tinker; ensayos en Edwards.
- Certificación nuclear prevista: B61 Mod 12, B61 Mod 13 y AGM-181 LRSO.
- Calendario de capacidad operativa inicial a finales de la década.
- Modernización B-52J con remotorización, aviónica y sensores.
Bases operativas, sostenimiento, entrenamiento y estructura de la fuerza
La fuerza de 145 aparatos se organiza sobre un despliegue en tres bases de bombarderos pesados identificadas para el B-21: Ellsworth, en Dakota del Sur, como primera base operativa y de instrucción; Dyess, en Texas; y Whiteman, en Misuri. Ellsworth asumirá el primer escuadrón operativo y la primera unidad de formación. Tinker, en Oklahoma, figura como centro de sostenimiento, mientras Edwards dirige ensayos de desarrollo y operativos. Este reparto permite una transición ordenada.
Las otras dos localizaciones se incorporarán de forma sucesiva cuando el ritmo de producción y la disponibilidad de tripulaciones y de personal de mantenimiento permitan alcanzar la cadencia prevista. Este esquema asocia fases de coexistencia para retener experiencia operativa hasta que la flota del B-21 alcance el volumen necesario, con transición de las alas de B-1B y B-2A hacia el nuevo modelo sin pérdidas de conocimiento en las unidades designadas.

El dimensionamiento de tripulaciones, mantenimiento y apoyo en tierra se alinea con la cifra de 145 aeronaves y con un esquema de bases. La logística de bodega y armamento se integra con instalaciones de almacenamiento y preparación de munición en bases receptoras, con atención a estándares de seguridad de armas nucleares durante la certificación y en la disponibilidad. La doctrina de mantenimiento prevé paquetes de inspecciones programadas con intervenciones predictivas basadas en datos de condición.
La política de adiestramiento con B-21 integra vuelos de instrucción, simuladores de alta fidelidad y procedimientos de mantenimiento específicos para personal en formación. La unidad de entrenamiento formal en Ellsworth formará tripulaciones antes de su paso a escuadrones operativos, con programas de transición diseñados para personal procedente de B-1B, B-2A y B-52. Los simuladores y dispositivos de entrenamiento de mantenimiento reproducen cabinas, sistemas y procedimientos de seguridad asociados a materiales y recubrimientos de baja observabilidad.
Armamento, certificación nuclear, producción industrial y presupuesto
El armamento del B-21 cubrirá la gama convencional y nuclear prevista para el ataque de largo alcance. En el segmento nuclear, la planificación incluye certificación con la bomba de gravedad B61 Mod 12, la B61 Mod 13 y el misil de crucero AGM-181 LRSO, que reemplazará al AGM-86 ALCM en la componente aérea. En la vertiente convencional, el B-21 podrá emplear JASSM en sus distintas versiones y conjuntos de guiado con empleo desde bodega.

El enfoque de arquitectura abierta facilita la integración de armas y sensores con ciclos de actualización menores que en programas anteriores. La certificación de sistemas de armas seguirá un calendario escalonado que empezará con armamento convencional de integración menos compleja y continuará con perfiles de certificación nuclear después de superar hitos de seguridad, verificación y cumplimiento de normas y tratados. Esquema mantiene coherencia con campaña de pruebas y preparación de unidades y bases para la misión.
El volumen de 145 aeronaves requiere cadencia sostenida en la segunda mitad de la década de 2020 y primer tramo de 2030. El contrato de producción de baja cadencia firmado en 2024 asegura primeros lotes, mientras la línea de Palmdale completa la maduración y estabiliza recubrimiento de baja observabilidad. La cadena de suministros integra centenares de proveedores y exige planes de mitigación; Northrop Grumman informó ajustes contables por cambios de proceso para habilitar tasas de producción.
El programa B-21 incorpora soporte lógico y aviónica de misión que admiten inserciones tecnológicas periódicas sin rediseños, con actualizaciones de sensores, enlaces de datos, guerra electrónica y gestión de firmas validadas en Edwards y distribuidas por ciclos de versión. La cifra de 145 aeronaves exige planificación presupuestaria estable, contratación por lotes con opciones y adecuaciones de infraestructura en bases receptoras, con medidas de seguridad para habilitar sostenimiento, disponibilidad y operaciones según calendario de entregas.
