A nivel global, se cuenta con 47 portaaviones activos, operados por catorce armadas distintas. Dentro de esta cifra se incluyen los buques de asalto anfibio (LHA).
La Armada de Estados Unidos destaca por mantener más de un tercio de estos portaaviones. Específicamente, posee once portaaviones de propulsión nuclear de despegue y aterrizaje asistido por catapulta (CATOBAR). Esta flota se compone de diez unidades de la clase Nimitz y una de la clase Gerald R. Ford.
Adicionalmente, la Armada estadounidense gestiona dos LHA de la clase América, como parte de un programa que contempla once buques de este tipo. También opera siete buques de la clase Wasp. Cabe destacar que un octavo buque de esta clase fue gravemente dañado por un incendio y dado de baja el año pasado.
Transición y modernización en la flota de portaaviones de EE. UU.
En un proceso continuo de modernización, la flota actual de portaaviones de la clase Nimitz será reemplazada gradualmente por los más modernos y automatizados portaaviones de la clase Gerald R. Ford. Esta actualización busca reducir significativamente los costos operativos y de mantenimiento.
Un informe presentado por la Armada al Congreso en 2018 revela la intención de mantener una flota constante de 12 portaaviones nucleares (CVN) durante el transcurso de su plan de adquisiciones de los próximos 30 años.
Históricamente, los portaaviones han representado un pilar fundamental para la Armada, siendo una fuerza de impacto y proyección durante más de un siglo. A continuación, se presentan datos clave sobre estos buques insignia.
Evolución histórica de los portaaviones estadounidenses
El USS Langley (CV-1, posteriormente AV-3), transformado a partir del carbonero USS Jupiter, marcó un hito al convertirse en el primer portaaviones de la Armada de los Estados Unidos al ser comisionado en marzo de 1922.
Este buque no solo fue el primer navío de guerra estadounidense propulsado por motores eléctricos, sino que también sirvió como una plataforma crucial para el desarrollo de técnicas y tácticas operativas de portaaviones durante su servicio en el Pacífico.
Posteriormente, fue reclasificado como hidroavión auxiliar (AV-3) y continuó su servicio en la Segunda Guerra Mundial. En febrero de 1942, mientras transportaba aviones P-40 del Ejército de los Estados Unidos hacia las Indias Orientales Neerlandesas, el USS Langley fue atacado por aviones japoneses y finalmente hundido por los destructores que lo escoltaban.
La Armada de los Estados Unidos ha mantenido una preeminencia en la operación de portaaviones a lo largo de la historia, operando más unidades que cualquier otra nación.
Sin embargo, su cifra actual palidece en comparación con los números alcanzados durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se construyeron 155 portaaviones, incluidos 122 de tipo escolta, demostrando un esfuerzo monumental en la producción de esta clase de buques.
La travesía nuclear del USS Enterprise (CVN-65) y su legado
El USS Enterprise (CVN-65), botado en Newport News, Virginia, el 25 de noviembre de 1961, ostenta el título de ser el primer portaaviones de propulsión nuclear en entrar en servicio.
En una demostración de capacidad y autonomía, el “Big-E” formó parte de la Operación Sea Orbit junto con el USS Bainbridge (DLGN-25) y el USS Long Beach (CGN-9) de mayo a octubre de 1964, completando una circunnavegación global sin necesidad de reabastecimiento de combustible.
Este buque también marcó su debut en combate en Vietnam y participó posteriormente en la Guerra de Irak. Al momento de su retiro, era el tercer buque más antiguo en servicio activo en la Armada de los Estados Unidos, solo superado por el USS Constitution y el USS Pueblo (AGER-2).
Portaaviones históricos convertidos en museos
En la actualidad, cinco portaaviones históricos de la Armada de EE. UU. se han transformado en buques museo. Entre ellos se encuentran cuatro de la clase Essex: el USS Yorktown (CV-10), el USS Intrepid (CV-11), el USS Hornet (CV-12) y el USS Lexington (CV-16); además del USS Midway (CV-41), buque insignia de su clase de finales de la Segunda Guerra Mundial.
Estos museos flotantes siguen contando la rica historia naval de Estados Unidos a las futuras generaciones.
El futuro de los portaaviones convencionales en museos
Con los recientes desmantelamientos del USS Kitty Hawk (CV-63) y el USS John F. Kennedy (CVN-67), los últimos portaaviones de propulsión convencional de la Armada de los EE. UU., parece improbable que otros flattops estadounidenses sean preservados como museos.
A pesar de los esfuerzos para salvar estos buques, ambos fueron vendidos por el simbólico precio de un centavo cada uno. El debate sobre la preservación del CVN-65 también concluyó con la decisión de que su mantenimiento como museo resultaría excesivamente costoso y complejo.