Justo cuando el presidente de EE. UU., Joe Biden, declaraba en su reunión con el primer ministro Naftali Bennett que apoyaba la reposición de las existencias de misiles interceptores Tamir (conocidos en EE. UU. como SkyHunter) de Israel para su sistema de defensa contra cohetes Cúpula de Hierro, que se agotó durante el reciente conflicto entre Israel y Hamás (Operación Guardián de los Muros), el Ejército de EE. UU. anunció que había seleccionado un sistema de defensa contra cohetes diferente en una licitación de miles de millones de dólares. El sistema ganador es un desarrollo de la empresa estadounidense Dynetics, en asociación con Raytheon Technologies.
La elección es sorprendente, dado que la Cúpula de Hierro es un sistema preparado, que ha demostrado su éxito en condiciones de combate, con miles de intercepciones conseguidas y un porcentaje de aciertos cercano al 90%. Las recientes pruebas del sistema realizadas en suelo estadounidense mostraron un índice de aciertos del 100%. Por otra parte, el sistema seleccionado aún no está listo; se espera que su desarrollo no se complete hasta dentro de dos años como mínimo, y es mucho más caro que el sistema multimisión Iron Dome C-RAM ofrecido al ejército estadounidense.
Estos datos curiosos deberían ayudar al productor de la Cúpula de Hierro, Rafael (junto con la unidad de Industrias Aeroespaciales de Israel, Elta, que produce el componente de radar del sistema) y a su socio Raytheon a presentar comentarios sobre la decisión, que se anunció a finales de la semana pasada, aunque sus posibilidades de revocarla no son altas.
Las posibilidades se reducen por el hecho de que Raytheon también es socio de Dynetics, lo que significa que gana de cualquier manera, aunque es el socio principal con Rafael, mientras que solo es un subcontratista con Dynetics. Rafael intentará persuadir a su socio estadounidense para que intente luchar contra la decisión, pero parece que el ejército estadounidense recurrió a su posición por defecto de preferir los equipos producidos en Estados Unidos.
Esto es así a pesar de que muchos de los componentes del misil Tamir se fabrican en EE. UU., y de que el gobierno estadounidense ha invertido casi 2.000 millones de dólares en el desarrollo y la producción del sistema Cúpula de Hierro, la mayor parte de ellos en Israel.
El ejército estadounidense ya cuenta con dos baterías de la Cúpula de Hierro, pero aún no se han desplegado operativamente, a pesar de que este sistema era necesario en Afganistán antes de la retirada y en Irak. Tal vez esto insinúe que los responsables militares de EE. UU. prefieren no optar por la Cúpula de Hierro, ya que el éxito operativo con ella podría haber socavado la decisión de comprar el sistema de la competencia.