Las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos están planeando la jubilación del icónico avión de ataque terrestre A-10 “Thunderbolt II” en la próxima década, poniendo fin a su presencia de medio siglo en los cielos.
El A-10 Warthog: una historia de servicio activo
El A-10, también conocido como “Warthog”, ha sido un activo fundamental para las operaciones de contrainsurgencia de los EE. UU. en Irak y Afganistán en las dos últimas décadas. Sin embargo, con el reciente cambio de enfoque hacia Asia, la utilidad específica del A-10 parece estar disminuyendo.
Tras la Segunda Guerra Mundial, las Fuerzas Aéreas de los EE. UU. identificaron la necesidad de un avión de ataque convencional moderno. Durante la guerra de Vietnam, el uso del Douglas A-1 Skyraider mostró su limitación debido a su lentitud y fuego insuficiente, lo que lo hizo vulnerable al fuego enemigo.
En esa época, el secretario de Defensa, Robert McNamara, impulsó la creación de dos aviones tácticos para satisfacer la necesidad de una plataforma de ataque de largo alcance y una plataforma de cazabombardero. De ahí nacieron el F-4 Phantom y el F-111 Aardvark. Aun así, se necesitaba un avión que pudiera contrarrestar las operaciones de ataque de la Unión Soviética, lo que llevó a la conceptualización del programa A-X, que finalmente dio como resultado el prototipo A-10.
El Fairchild Republic A-10 Thunderbolt II: una leyenda en el aire
El A-10, apodado “Warthog”, es conocido por su durabilidad y está equipado con una blindadura de titanio para una protección extra contra el fuego terrestre. Entró en servicio en las Fuerzas Aéreas a mediados de la década de 1970 y ha sido un elemento crucial en el ejército desde entonces.
El Warthog se caracteriza por su gran potencia. El cañón GAU-8/A Avenger Gatling hidráulico, ubicado bajo la nariz del avión, puede disparar hasta 4.200 proyectiles por minuto. A pesar de que esta arma es el armamento principal del A-10 para misiones de apoyo aéreo cercano, dispararla en posición invertida presenta un desafío.
Un ex piloto de A-10, Lynn Taylor, declaró que aunque el Warthog puede disparar su cañón en posición invertida, esta posición no es la más adecuada por razones de entrenamiento, práctica y memoria muscular. Sin embargo, concluyó que mecánicamente, el A-10 puede funcionar bien en esa posición, aunque sería una situación poco común querer probarlo.
El destino del A-10: el final de una era
A pesar de la resistencia del Congreso a aprobar el retiro del A-10, la intención de las Fuerzas Aéreas de hacerlo está clara. Esto significa el fin de la única plataforma de ataque terrestre de apoyo aéreo cercano del servicio, marcando un hito en la historia de la aviación militar estadounidense.
Las Fuerzas Aéreas de EE. UU. consideran retirar el A-10 Thunderbolt II, también conocido como Warthog, debido al cambio en la postura de seguridad de Estados Unidos que se ha desplazado hacia Asia. Esto reduce la necesidad de la función específica del A-10 como una plataforma de ataque terrestre de apoyo aéreo cercano.
El A-10 Warthog ha demostrado ser un activo vital en las contrainsurgencias de EE. UU. en Irak y Afganistán. Sus capacidades de ataque terrestre cercano han brindado soporte crucial en estos contextos de conflicto.
El A-10 Thunderbolt II está equipado con blindaje de titanio, apodado “bañera de titanio”, que ofrece una protección robusta contra el fuego terrestre, resaltando su durabilidad en situaciones de combate.
El armamento principal del A-10 para misiones de apoyo aéreo cercano es el cañón GAU-8/A Avenger Gatling. Este cañón de accionamiento hidráulico puede disparar a una velocidad de 4.200 proyectiles por minuto.
Técnicamente, el A-10 Warthog puede disparar su cañón Avenger Gatling en posición invertida, pero esto no es ideal debido a los desafíos de precisión y seguridad. Esta situación requeriría ajustes significativos, en especial si el objetivo está a gran distancia.