La Guardia Nacional Aérea de Alabama inicia pruebas de F-35A en Moody, en sustitución del A-10 para operaciones de quinta generación.
Pruebas de F-35A marcan transición en Base Aérea Moody
La Guardia Nacional Aérea de Alabama comenzó un proceso clave para reemplazar los aviones de ataque a tierra A-10 Thunderbolt II por los avanzados F-35A Lightning II. El 18 de junio de 2025, dos F-35A del Ala de Combate 187 realizaron pruebas de compatibilidad de infraestructura en la Base de la Fuerza Aérea Moody, Georgia. Las evaluaciones se centraron en el impacto acústico de los motores del F-35A sobre la infraestructura de la torre de control de tráfico aéreo, un paso crítico para garantizar la operatividad de la base.
Las pruebas incluyeron maniobras como vuelos a baja altura y carreras de postcombustión que simularon operaciones reales. Los datos recopilados permiten evaluar los niveles de presión sonora para asegurar que los controladores aéreos conserven una comunicación efectiva y pleno conocimiento situacional. Jason Hughes, director de la Oficina de Integración del Programa F-35A, afirmó: “Estas pruebas son cruciales para informar decisiones sobre actualizaciones de infraestructura y asignación de recursos”.
El F-35A ofrece capacidades avanzadas, entre ellas el sigilo, sensores de última generación y conectividad en red, lo que lo convierte en un sucesor ideal del A-10. Este último, conocido como “Warthog”, destacó por su cañón GAU-8/A Avenger de 30 mm y su robustez en misiones de apoyo aéreo cercano durante conflictos como Tormenta del Desierto, Afganistán e Irak. Sin embargo, su diseño de la Guerra Fría resulta menos efectivo frente a defensas antiaéreas modernas y amenazas en regiones como el Indo-Pacífico y Europa.
La Base Aérea Moody se prepara para integrar completamente al F-35A, con una evaluación del impacto acústico y también de la resiliencia de los sistemas de comunicación y de la insonorización existente. Paul Sheets, comandante del Ala 23, destacó: “Estas pruebas reflejan nuestro compromiso con la continuidad de la misión y la excelencia en el poder aéreo”. Los resultados guiarán las mejoras necesarias para sostener las operaciones de quinta generación.
Datos clave sobre la transición del A-10 al F-35A
- El F-35A combina sigilo, sensores avanzados y conectividad, y supera al A-10 en entornos de alta amenaza.
- El A-10 Thunderbolt II entró en servicio en 1976, diseñado para brindar apoyo aéreo cercano con su cañón GAU-8/A.
- Las pruebas en Moody permiten evaluar los niveles de presión sonora para garantizar la operatividad de la torre de control.
- La modernización busca alinear la Fuerza Aérea de EE. UU. con amenazas emergentes en el Indo-Pacífico y Europa.
Modernización responde a nuevas amenazas globales
La decisión de retirar al A-10 obedece a imperativos estratégicos. El F-35A permite detectar y atacar objetivos antes de que sea identificado, gracias a su baja observabilidad y capacidades de guerra electrónica. Su diseño centrado en la red facilita la integración con fuerzas conjuntas y aliadas. Esta flexibilidad contrasta con el enfoque especializado del A-10, optimizado para la destrucción de blindaje en campos de batalla de la Guerra Fría.
El A-10 destacó por su armadura de titanio, que protegía al piloto, y su capacidad para operar desde pistas improvisadas. Sin embargo, los avances en defensas antiaéreas redujeron su efectividad en espacios aéreos disputados. La Fuerza Aérea de EE. UU. prioriza plataformas polivalentes como el F-35A, que pueden cumplir misiones de apoyo aéreo cercano, ataque de precisión y superioridad aérea.
Las pruebas en Moody también tienen como objetivo evaluar la capacidad del personal para adaptarse a las nuevas condiciones operativas. Los controladores aéreos enfrentan niveles más altos de ruido, lo que obliga a modificar los protocolos y la infraestructura. Los datos recopilados permitirán que la base conserve los estándares de seguridad y eficiencia durante la transición.
La modernización en Moody sigue la visión de la Fuerza Aérea de retirar plataformas heredadas y optimizar su poder aéreo táctico. El F-35A asumirá roles ampliados, que abarcarán desde misiones de combate hasta operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
Impacto a largo plazo de la transición al F-35A
La integración del F-35A en la Base Aérea Moody representa un cambio estratégico hacia una fuerza aérea más adaptable y letal. La plataforma sustituye al A-10 y redefine las capacidades operativas de la Guardia Nacional Aérea de Alabama. Su capacidad para operar en entornos de alta amenaza garantiza la superioridad aérea frente a adversarios avanzados.
El A-10, aunque icónico, presenta limitaciones en escenarios modernos. Su velocidad y falta de sigilo lo hacen vulnerable ante sistemas de defensa como los S-400 rusos o equivalentes chinos. En cambio, el F-35A ofrece una mayor supervivencia, lo que permite a la Fuerza Aérea proyectar poder en regiones estratégicas.
Las pruebas de compatibilidad en Moody forman parte de un esfuerzo más amplio para estandarizar la infraestructura de las bases aéreas estadounidenses. Los resultados permitirán planificar futuros despliegues del F-35A en otras instalaciones, con el fin de asegurar una transición fluida en todo el servicio. La Fuerza Aérea tiene previsto retirar la mayoría de los A-10 en los próximos años y reemplazarlos por plataformas de quinta generación.
La Guardia Nacional Aérea de Alabama asumirá el liderazgo de esta transición con la innovación y la preparación necesarias para enfrentar desafíos globales en evolución.