El calendario del futuro USS Enterprise (CVN-80) sufre un ajuste que amplía el plazo de entrega hasta septiembre de 2029, lo que supone un retraso de 18 meses respecto a la fecha inicialmente prevista de marzo de 2028.
Este cambio, detallado en los documentos presupuestarios de la Armada para el año fiscal 2025, se atribuye a dificultades en la adquisición de materiales e inconvenientes relacionados con el rendimiento tanto de la industria como de la cadena de suministro.
Esta situación se produce en el contexto de la construcción del mencionado portaaviones de la clase Ford, que se está llevando a cabo en las instalaciones de Newport News Shipbuilding de Huntington Ingalls Industries (HII), situadas en Virginia.
Al mismo tiempo, se ha anunciado un cambio en la planificación de la adquisición del próximo portaaviones, el CVN-82, que se pospone de 2028 a 2030.
Todd Corillo, portavoz de HII’s Newport News Shipbuilding, expresó su preocupación por estos cambios de calendario, señalando las posibles complicaciones que estos retrasos podrían crear para la cadena de proveedores, aun en proceso de recuperación y que se enfrenta a una gran demanda de sus productos y materiales.
Retos de la construcción naval: Impacto y estrategias futuras
Además, el año pasado se planteó posponer la compra de los portaaviones CVN-82 y CVN-83, tratando de adoptar un enfoque de adquisición en bloque para estos proyectos.
Esta decisión estuvo motivada, en parte, por el retraso en la entrega del CVN-80. Jay Stefany, entonces director de adquisiciones en funciones de la Armada, atribuyó estos aplazamientos a factores como la escasez de mano de obra, las secuelas de la pandemia COVID-19 y los problemas con la cadena de suministro.
El debate sobre el ritmo de adquisición de portaaviones ha persistido, y los directivos de HII han expresado su decepción ante la posibilidad de aplazar la compra del CVN-82. HII ha promovido la idea de realizar dos compras de portaaviones en bloque, planificando adelantar la financiación tres años antes de la adjudicación de cada buque y manteniendo un ritmo de construcción que garantice la continuidad laboral y el apoyo a la cadena de suministro.
En este escenario, la Armada solicita ahora financiación anticipada para el CVN-82 a partir del AF 2027, alineándose con la sugerencia de adelantar esta financiación tres años antes de la adjudicación prevista para el AF 2030, lo que evidencia un esfuerzo por adaptarse a las recomendaciones de la industria y garantizar la viabilidad futura de estas complejas y críticas construcciones navales.
Impacto de la planificación en la industria de la construcción naval: Retos y estrategias
La prolongación del plazo hasta el año 2030 para la adquisición del próximo portaaviones, que marca un largo intervalo desde la última compra de este tipo por parte de la Armada, suscita importantes preocupaciones entre los constructores navales y la red de proveedores. Estas preocupaciones se centran en las posibles consecuencias, como la reducción de plantilla, el enfriamiento de las líneas de producción y el aumento de los costes de explotación.
Una encuesta realizada por la Aircraft Carrier Industrial Base Coalition (ACIBC), que agrupa a los proveedores de la industria, revela que el 40% de los proveedores prevé la necesidad de reducir su plantilla en caso de que la adquisición del CVN-82 se retrase más allá del año fiscal 2028.
Lisa Papini, presidenta de ACIBC, en declaraciones a USNI News, expresó su preocupación por el hecho de que la prolongación de los ciclos de adquisición pudiera desviar la atención de la industria naval militar hacia el sector comercial, afectando negativamente a la disponibilidad de mano de obra y recursos.
Impacto en la base de proveedores ante los retos de las adquisiciones navales
La continuación de esta tendencia, con ciclos de adquisición de portaaviones que se prolongan más allá de los seis años, podría resultar extremadamente perjudicial para el 71% de los proveedores, según Papini, que aboga por una planificación más coherente y previsible por parte de la Marina para permitir a los proveedores organizar adecuadamente su producción futura.
Entre los retos actuales a los que se enfrenta la base de proveedores de ACIBC figuran la escasez de mano de obra, la inflación y los problemas de la cadena de suministro. Para ejemplificar la situación, Papini mencionó a un proveedor que sigue esperando materiales pedidos en febrero de 2022 y a otro que se enfrenta a un aumento exponencial de los costes de material previsto para 2020, lo que evidencia la volatilidad y las dificultades del mercado actual.
Las interdependencias de los proveedores con las plataformas de submarinos y portaaviones de la Armada ponen de relieve la importancia de mantener una cadencia estable en la construcción de estas unidades. La decisión de adquirir el Enterprise y el USS Doris Miller en bloque, con un ahorro previsto de 4.000 millones de dólares, demuestra las ventajas potenciales de este planteamiento.
Sin embargo, la realización de futuras compras en bloque, incluidos los CVN-82 y CVN-83, está sujeta a aprobación legislativa, lo que añade una capa de incertidumbre al proceso de planificación y adquisición.