El Reino Unido planeó desarrollar el Avro 730, un avión de reconocimiento supersónico similar al SR-71 Blackbird. Sin embargo, el proyecto fue cancelado en 1957 debido a cambios en la estrategia de defensa.
El SR-71 Blackbird y su dominio en la Guerra Fría
Pocos aficionados a la aviación desconocen la existencia del SR-71 Blackbird, uno de los aviones más veloces de la historia. Diseñado por Lockheed Skunk Works en la década de 1960, este avión de reconocimiento estratégico alcanzaba velocidades superiores a Mach 3.
El SR-71 entró en servicio en la Fuerza Aérea de Estados Unidos en 1966 y se convirtió en un emblema de la Guerra Fría. Operaba a 85.000 pies de altitud, lo que le permitía superar misiles tierra-aire sin dificultad. Ningún caza soviético de la época podía igualar su rendimiento.
El avión estaba equipado con radares, cámaras y sensores de inteligencia de última tecnología, lo que lo convirtió en un activo clave en misiones de reconocimiento. Se fabricaron 32 unidades, de las cuales 12 se perdieron en accidentes, pero ninguna fue derribada en combate. Aunque fue retirado en 1989, la NASA lo reactivó brevemente, y su legado continúa con el desarrollo del SR-72, que se espera que vuele en 2025.
El Avro 730: la respuesta británica que nunca se concretó
El gobierno británico también consideró necesario contar con un avión espía supersónico. Durante un breve período, el Reino Unido impulsó el desarrollo del Avro 730, un avión capaz de volar a Mach 3 y gran altitud, con un potencial operativo aún mayor que el SR-71.
El proyecto del Avro 730 tenía como objetivo crear una plataforma de reconocimiento de alta velocidad para la Real Fuerza Aérea (RAF). Inicialmente, el diseño cumplía con la Especificación OR.330 del Ministerio del Aire. Posteriormente, se modificó para incluir la capacidad de transportar armamento nuclear, acorde con la Especificación RB.156T.
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Este ambicioso programa pretendía combinar dos roles en una sola aeronave: servir como avión de reconocimiento y como sistema de lanzamiento de armas nucleares. Se diseñó para ser indetectable en misiones sobre la Unión Soviética y realizar ataques con rapidez.
Características del Avro 730 y su cancelación
- Velocidad máxima: Mach 3.
- Altitud operativa: 66.400 pies.
- Peso máximo de despegue: 220.000 libras.
- Diseño estructural: Canard sin barrido, construido en acero inoxidable.
- Propulsión: Cuatro motores Armstrong Siddeley P.176.
- Sistemas de reconocimiento: Radares de visión lateral para asistencia a los bombarderos V.
El impacto del Libro Blanco de Defensa de 1957
Si el Avro 730 se hubiera desarrollado por completo, habría reemplazado a los bombarderos V como principal plataforma de armas nucleares del Reino Unido. Sin embargo, en 1957, el gobierno británico publicó el Libro Blanco de Defensa, un documento que redefinió la estrategia militar del país y llevó a la cancelación de varios programas aeronáuticos.
El documento planteaba dudas sobre la viabilidad de los bombarderos tripulados, considerando que los sistemas de defensa aérea soviéticos evolucionaban rápidamente. Se temía que, para cuando el Avro 730 estuviera operativo, ya no fuera eficaz frente a las nuevas amenazas.
Además, el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales comenzó a desplazar a los bombarderos estratégicos. El Ministerio del Aire optó por invertir en tecnologías más avanzadas en lugar de aviones cuya utilidad a largo plazo era incierta.
El legado del Avro 730 en la aviación británica
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la RAF había buscado fortalecer su capacidad estratégica. El Comando de Bombardeo promovió el desarrollo de bombarderos V como el Vickers Valiant, el Avro Vulcan y el Handley Page Victor, los cuales llevaron las primeras armas nucleares británicas.
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En 1954, la RAF emitió la Especificación OR.330, que exigía un avión con alcance superior a 5.700 millas y velocidad de Mach 2,5. Su capacidad para volar a 60.000 pies permitiría esquivar interceptores enemigos y sistemas de defensa aérea.
El Avro 730 parecía ser la respuesta ideal. En 1955, el proyecto recibió financiación oficial, superando las propuestas de Handley Page y Vickers. La aeronave prometía demostrar la destreza británica en ingeniería y consolidar la posición del país en la Guerra Fría.
Las razones detrás del fracaso del Avro 730
Aunque el proyecto avanzaba, su alto coste generaba escepticismo. La complejidad del diseño y la falta de experiencia británica en aviones supersónicos representaban desafíos considerables.
El ministro de Defensa Duncan Sandys impulsó la cancelación del programa en 1957, priorizando el desarrollo de misiles balísticos. Tanto el gobierno británico como analistas militares coincidieron en que el avión estaría obsoleto al momento de su entrada en servicio.
En lugar de seguir invirtiendo en el Avro 730, el Reino Unido centró sus esfuerzos en misiles balísticos de alcance medio, lo que llevó a la desaparición del proyecto.
Aunque el Avro 730 nunca se construyó, la investigación en aerodinámica y materiales avanzados realizada para su desarrollo tuvo un impacto significativo en futuros proyectos británicos. En particular, el Royal Aircraft Establishment utilizó estos conocimientos para ayudar en la creación del Concorde, el primer avión de pasajeros supersónico.
El Avro 730 pudo haber sido un punto de inflexión en la aviación británica, pero las prioridades militares cambiantes y los avances en tecnología de misiles sellaron su destino antes de que pudiera despegar.