La Fuerza Aérea de Estados Unidos mantiene abierta la posibilidad de ampliar las capacidades del bombardero furtivo B-21 Raider, en el contexto de su actual evaluación de los planes para el caza furtivo tripulado de sexta generación. El B-21 ha sido mencionado anteriormente en relación con posibles misiones de combate aire-aire.
Durante la Conferencia de Reporteros y Editores Militares (MRE) de 2024, el general David Allvin, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, habló sobre el B-21 Raider y el desarrollo del caza de sexta generación, enmarcado en la iniciativa Next Generation Air Dominance (NGAD).
Actualmente, los planes para el avión NGAD, también conocido como la plataforma Penetrating Counter-Air (PCA), están siendo sometidos a un proceso de revisión exhaustiva. Uno de los principales motivos para esta reevaluación son las preocupaciones sobre el elevado coste estimado de estos aviones, que podrían alcanzar los 300 millones de dólares por unidad.
Allvin, al ser consultado sobre los tiempos previstos para la revisión, afirmó: “Esperamos tenerlo listo para diciembre”. Además, subrayó la importancia de que los resultados de esta revisión puedan influir en la propuesta presupuestaria que se presentará en febrero.
Stephen Losey, periodista de Defense News, preguntó a Allvin si el resultado de la revisión del NGAD podría llevar a que el B-21 asuma un rol más destacado. A lo que el general respondió: “No hemos descartado ese tema”.
Aunque Allvin no proporcionó detalles adicionales sobre el posible nuevo papel del B-21, esta no es la primera ocasión en que se sugiere que el Raider podría participar en misiones de “dominio aéreo”.
En 2019, el entonces mayor general Scott Pleus señaló que considerar el NGAD únicamente como un caza sería una visión limitada. Pleus planteó la posibilidad de que un B-21 con capacidades aire-aire, trabajando en conjunto con otros sistemas, podría encajar dentro del concepto de un avión de sexta generación.
Posible uso del B-21 Raider en combate aéreo
En 2019, cuando Scott Pleus era director de Operaciones Aéreas y Cibernéticas del Comando de las Fuerzas Aéreas del Pacífico (PACAF), realizó comentarios sobre el papel del B-21 Raider en el contexto de las futuras misiones de combate.
Hoy, Pleus ha ascendido a teniente general y ocupa el cargo de director de Estado Mayor en el Cuartel general de la Fuerza Aérea en el Pentágono. No queda claro si sus declaraciones de entonces hacían alusión específica al uso del B-21 en combate aire-aire o si se refería a un avión con características similares.
A lo largo de los años, se ha especulado sobre la viabilidad de que el B-21, con su tamaño, gran alcance, alta altitud operativa y furtividad de banda ancha, desempeñe un papel en el combate aire-aire.
En debates sobre el desarrollo del avión de combate NGAD, se han empleado imágenes de aviones sin cola de diseño furtivo, como los mostrados por Lockheed Martin, para ilustrar las capacidades esperadas.
El B-21 Raider tiene el potencial de llevar a cabo lanzamientos de misiles aire-aire, incluyendo modelos de gran tamaño y largo alcance, gracias a su capacidad de carga útil. Además, podría transportar un elevado número de misiles aire-aire más pequeños, lo que ampliaría sus posibilidades operativas.
En el ámbito del combate aéreo, este avión también podría ser clave en misiones SEAD/DEAD, diseñadas para la supresión y destrucción de las defensas aéreas enemigas, lo que a su vez contribuiría a lograr la superioridad aérea.
Además, el B-21 tiene la capacidad de actuar como un centro neurálgico aéreo para coordinar misiones antiaéreas, destacando su capacidad para controlar drones. La Fuerza Aérea ya ha planteado la idea de emplear el B-21 en combinación con aeronaves de combate colaborativo (CCA) en entornos aéreos altamente disputados, lo que ofrecería una ventaja significativa en operaciones de combate.
Los drones podrían transmitir datos de orientación a los B-21, mejorando la precisión de los ataques aéreos. Asimismo, se considera la posibilidad de que el propio B-21 sea capaz de lanzar drones, extendiendo aún más su versatilidad en combate.
El general James Slife, quien en ese momento era el subjefe del Estado Mayor de Operaciones de la Fuerza Aérea, planteó una pregunta en la Conferencia de Defensa del año pasado: “¿Qué papel, si es que hay alguno, desempeñaría una CAA en conjunto con el B-21?”. Slife, quien ahora ocupa el cargo de vicejefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, subrayó la importancia de mantener abiertas todas las opciones para su futura implementación.
El B-21 podría tener un rol mayor mientras se revisa el NGAD
Etiquetar al B-21 exclusivamente como un bombardero es cada vez más inadecuado. Durante la presentación del primer Raider de preproducción en diciembre de 2022, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, destacó la versatilidad del B-21, afirmando que es “multifuncional” y puede realizar desde la recopilación de información hasta la gestión de la batalla.
Sin embargo, no está claro de qué manera un aumento en el papel del B-21 podría influir en los planes futuros para esta aeronave. El general David Allvin aprovechó su intervención para abordar los comentarios recientes de Kathy Warden, CEO de Northrop Grumman, sobre posibles modificaciones en la estructura de la fuerza prevista para el Raider. Aunque la Fuerza Aérea ha manifestado públicamente su intención de adquirir 100 unidades del B-21, el futuro de este número podría cambiar.
Allvin indicó que, por el momento, no hay planes inmediatos para revisar el tamaño de la flota, aunque reconoció que a medida que las pruebas avancen, habrá más claridad sobre la capacidad y el costo del Raider. “Hasta ahora, el programa se ha ejecutado muy bien, por lo que no hemos visto el aumento habitual de los precios”, afirmó.
En una comparecencia ante el Congreso en abril, Allvin ya había reiterado que el plan sigue siendo adquirir 100 B-21, mientras se estudian nuevas capacidades para el avión. Aun así, subrayó que la reevaluación del avión de combate NGAD continúa, con el objetivo de ser exhaustiva.
El secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, ha comentado en varias ocasiones que también se está considerando el desarrollo de un avión furtivo tripulado más económico, destinado principalmente a misiones de control de drones, como una alternativa al NGAD.
Con la revisión completa de los planes del NGAD esperada antes de fin de año, se anticipa que pronto habrá más detalles sobre las decisiones finales y su posible impacto en el B-21.