El B-2 Spirit of Nebraska, perteneciente a la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), ha finalizado su mantenimiento programado de depósito (PDM) con una notable anticipación de 91 días respecto a la fecha inicialmente prevista.
Históricamente, el mantenimiento PDM para un bombardero B-2, que se caracteriza por sus capacidades de sigilo y penetración, ha requerido cerca de 470 días para su culminación.
En contraste, el Spirit of Nebraska logró concluir este proceso en solo 379 días.
Para mejorar la eficiencia del PDM, la Dirección de Bombarderos del Centro de Gestión del Ciclo de Vida de la Fuerza Aérea implementó diversos cambios en el procedimiento. Además, la dirección subrayó la necesidad de mantener la superioridad del B-2 en el contexto de la guerra moderna.
Francis Marino, quien ocupa el cargo de director del programa del sistema B-2 en la Dirección de Bombarderos, declaró: “Traer estos aviones a PDM, hacer el trabajo rápidamente y entregárselos de vuelta al combatiente lo antes posible es algo muy importante”.
Marino agregó: “Este logro no hubiera sido posible sin la gran colaboración entre nuestro equipo, el Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea y Northrop Grumman”.
El PDM del B-2 se enfoca en restaurar la furtividad
El programa de mantenimiento programado de depósito (PDM) se desarrolla en un ciclo intensivo de inspección, revisión y reparación que se extiende por nueve años, con el objetivo principal de restaurar los materiales furtivos del B-2.
Como parte de este proceso, la Fuerza Aérea llevó a cabo una planificación anticipada para la inspección del sistema de combustible, que anteriormente podía generar un retraso de hasta 45 días en caso de que se detectaran problemas.
Al adelantar esta inspección dentro del ciclo PDM, se logró evitar la duplicación de trabajos y retrasos innecesarios.
Adicionalmente, las inspecciones realizadas con anterioridad permitieron al equipo identificar de manera proactiva cualquier inconveniente, solicitar las piezas requeridas e integrar reparaciones específicas en el cronograma de trabajo de manera más eficiente.
Francis Marino, gerente del programa, destacó: “Hasta que se despliegue el B-21, el B-2 es el único bombardero de ataque penetrable de largo alcance del mundo y el único avión que puede hacer lo que necesitamos que haga hoy”.
Marino también comentó: “Mientras el avión esté operativo y nuestros adversarios sigan sacando al mercado armamento nuevo y avanzado en todo el espectro electromagnético, tendremos que seguir invirtiendo en la letalidad del B-2, su capacidad de supervivencia y, por supuesto, su preparación. El trabajo que estamos realizando en la línea PDM desempeñará un papel clave en todo esto”.