El bombardero ruso Tu-160M2 ha sido modernizado para poder atacar objetivos aéreos en su hemisferio trasero. Este avance representa un paso importante en la aviación estratégica, ya que es el primer bombardero estratégico en el mundo con esta capacidad.
El programa de desarrollo del Tu-160M2 incluye la fabricación de unidades completamente nuevas desde cero. Las unidades producidas en la Planta de Aviación de Kazán ahora están equipadas con un radar que cubre la parte trasera del avión. Esta mejora incrementa notablemente la capacidad defensiva de la aeronave, al permitirle detectar y atacar amenazas tanto al frente como por detrás.
El avión también ha sido equipado con una nueva clase de misiles aire-aire, diseñados para atacar objetivos en ambas direcciones. Estas mejoras se enmarcan en un programa de modernización más amplio que busca asegurar el poder aéreo estratégico de Rusia en el futuro.
Aunque no se han revelado detalles específicos sobre los tipos de misiles aire-aire instalados en esta versión modernizada del Tu-160M2, expertos en defensa han especulado sobre los sistemas involucrados.
Según una fuente conocedora de las actualizaciones, en caso de una amenaza en la retaguardia, ya sea un avión, un caza o un misil enemigo, el Tu-160M2 puede lanzar misiles hacia adelante que luego se orientan hacia el objetivo en vuelo. El misil parte en dirección hacia adelante, pero mediante el uso del radar trasero, ajusta su trayectoria para impactar en el objetivo posterior.
Esta tecnología se ve como una ventaja clave para los bombarderos pesados, los cuales suelen operar fuera de los perímetros de defensa tradicionales, sin la protección de escoltas de cazas.
En comparación, los misiles aire-aire estándar de los aviones de combate convencionales son menos adecuados para un bombardero estratégico pesado como el Tu-160M2. Si una amenaza aparece en la retaguardia, maniobrar un avión de este tamaño y perfil de misión hacia una posición de ataque requeriría una gran cantidad de tiempo y combustible, lo que podría comprometer su misión principal de atacar objetivos terrestres.
El radar trasero y los nuevos sistemas de misiles solucionan esta limitación, permitiendo al bombardero defenderse sin necesidad de realizar maniobras costosas.
No obstante, no todos están convencidos de la efectividad de estas modificaciones. Una fuente crítica ha expresado dudas, sugiriendo que aunque el tamaño del Tu-160M2 permite la instalación de un radar trasero, la capacidad de los misiles para hacer giros de 180 grados en pleno vuelo aún no se ha demostrado completamente. Esta afirmación contradice algunas pruebas históricas de tecnologías similares en misiles.
El Tu-160M2 emplea el misil R-74M para atacar en la retaguardia
En la década de 1960, la Unión Soviética desarrolló el misil K-13A, inspirado en el misil estadounidense AIM-9 Sidewinder. Con un alcance inicial de 7,5 km, más tarde extendido a 15 km, el K-13A fue creado principalmente para el interceptor MiG-21PFM, el cual incorporaba un periscopio especial para monitorear la retaguardia.
Aunque el K-13A original nunca fue exportado, se vendió en el extranjero una versión simplificada, el K-13VV, sin capacidad de ataque trasero. Estos antecedentes demuestran que los misiles aire-aire capaces de atacar objetivos tras el avión no son una idea nueva para los ingenieros rusos.
A pesar de las dudas planteadas por algunos expertos, la capacidad del Tu-160M2 modernizado para atacar objetivos en la retaguardia ha sido confirmada oficialmente. La primera versión del bombardero, modernizado de manera significativa, realizó su primer vuelo desde el aeródromo de la Planta de Aviación de Kazán en enero de 2022, seguida por una segunda unidad en diciembre de 2022. Ambos aviones ya están operativos en la flota de aviación de largo alcance de Rusia, y una tercera unidad está en proceso de ensamblaje.
Aunque no se han dado detalles oficiales sobre los sistemas de misiles traseros a bordo del Tu-160M2, se ha informado de la entrada en servicio del misil R-74M con el MiG-31BM en 2023. El R-74M, un misil aire-aire de corto alcance y alta maniobrabilidad, fue desarrollado por la Oficina de Diseño y Tecnología Especial de NPO Kurganpribor.
Este misil cuenta con mejoras significativas, como ángulos de lanzamiento extendidos, lo que le permite atacar amenazas, incluso en el hemisferio trasero.
A diferencia del K-13A, que utilizaba aletas para la dirección, el R-74M está equipado con motores de combustible sólido con vectorización de empuje, lo que le otorga una maniobrabilidad excepcional. Su alcance es impresionante, de hasta 40 km, y puede interceptar amenazas aéreas a altitudes de entre 20 metros y 20 km.
Además, el misil es capaz de enfrentarse a objetivos con hasta 12 G de fuerza y velocidades de 2500 km/h, lo que lo convierte en una opción altamente eficaz contra amenazas aéreas muy ágiles.
El avanzado sistema de guía del R-74M le permite cambiar de rumbo abruptamente en pleno vuelo, ajustando su trayectoria para fijar nuevos objetivos si es necesario. Además, su diseño lo hace resistente a las contramedidas electrónicas, como señuelos, lo que lo convierte en un misil muy efectivo en entornos de guerra electrónica moderna.
Aunque no se han proporcionado cifras exactas sobre la cantidad de misiles R-74M a bordo del Tu-160M2, se especula que este misil forma parte de su nuevo arsenal aire-aire, si bien la ubicación y el número siguen siendo información clasificada.
El Tu-160M2 redefine su rol con capacidades aire-aire
Este avance tecnológico señala un cambio estratégico en la visión que Rusia tiene sobre el papel de sus bombarderos estratégicos. Tradicionalmente, estos aviones se concebían como plataformas para lanzar ataques nucleares y convencionales, operando a grandes distancias con cargas útiles pesadas.
La incorporación de misiles aire-aire capaces de neutralizar amenazas en cualquier dirección en el Tu-160M2 modifica esa concepción, dotando al bombardero de mayor versatilidad y autonomía operativa.
La integración de capacidades avanzadas de combate aire-aire en el Tu-160M2 refleja también una estrategia defensiva más amplia frente a las amenazas actuales, especialmente en un entorno dominado por plataformas aéreas altamente maniobrables y veloces.
Esta evolución podría ser una respuesta directa al creciente uso de tecnologías furtivas y capacidades avanzadas de guerra electrónica en las fuerzas aéreas occidentales.
En resumen, la modernización del Tu-160M2 no se limita solo a aumentar su capacidad ofensiva, sino que también mejora significativamente su defensa. La combinación de avanzados sistemas de misiles, un radar orientado hacia atrás y una aviónica modernizada posiciona al Tu-160M2 como un componente clave en el arsenal estratégico de largo alcance de Rusia.
No obstante, persisten preguntas sobre los detalles específicos de las nuevas armas y su eficacia real en combate. Lo que es evidente es que Rusia está decidida a mantener su superioridad en la aviación estratégica, incluso mientras enfrenta nuevos desafíos en el espacio aeroespacial global.